Los hechos posteriores, no hicieron sino agravar la crisis. En días sucesivos se supo que no se trataba de un Rolex, sino de cuatro, y de hasta 15 relojes de alta gama, como si la señora en cuestión hubiese decidido dedicarse a vender relojes después de salir de Palacio, para solventar su vida. Pero no sólo de relojes se llegó a hablar. También de pulseras, de collares y de otros adornos exquisitos, extraídos todos de alguna novela rosa. Casi medio millón de dólares en joyas de la Realeza.
Gustavo Espinoza M. Periodista. Lima. 8/4/2024. Para algunos, la crisis política de Viernes Santo culminaba con el discurso de Dina Boluarte en Palacio, calurosamente aplaudido por sus ministros. Para otros, asomaba cuando la írrita mandataria aparecía en las escalinatas de la Casa de Gobierno escoltada por mandos castrenses saludando el cambio de guardia el domingo al mediodía. Para terceros, el telón cayó finalmente la noche del lunes 1 cuando juramentaron seis nuevos titulares en el gabinete ministerial. Para los cuartos, la cosa fue sólo cuando el Gabinete Rolex obtuvo una exigua votación congresal el miércoles 3. En verdad, todos tenían un poco de razón, y nadie la tenía en absoluto.
Todos un poco porque la crisis de la semana religiosa imponía un corte rápido, casi inmediato. Y ninguno, porque ella resulta tan profunda que no tiene fin. Dicho de otro modo, tendrá fines sucesivos, y cada uno de ellos parecerá ser el último. En realidad, lo que ocurre, es que la espuria Presidenta atraviesa un proceso de caída indetenible. Vive en cuenta regresiva.
Parecía que esta crisis tuvo un origen displicente. La denuncia de “La Encerrona”, era más bien anecdótica. Se refería sólo a un reloj que lucía ostentosamente la Boluarte y que, sin embargo, había pasado inadvertido para muchos.
El tema podía aclararse pronto pero, como lo advirtiera Maquiavelo, el diablo metió su cola, y Dina se enredó pillada en falta. Y así ocurrió, por cuanto no atinó a dar una explicación coherente ni creíble. De ese modo, generó una bola que fue creciendo no cada día, sino cada hora. Todo lo que vino después, fue la consecuencia natural del desaguisado inicial.
Los hechos posteriores, no hicieron sino agravar la crisis. En días sucesivos se supo que no se trataba de un Rolex, sino de cuatro, y de hasta 15 relojes de alta gama, como si la señora en cuestión hubiese decidido dedicarse a vender relojes después de salir de Palacio, para solventar su vida. Pero no sólo de relojes se llegó a hablar. También de pulseras, de collares y de otros adornos exquisitos, extraídos todos de alguna novela rosa. Casi medio millón de dólares en joyas de la Realeza.
Por eso el discurso de Palacio resultó fofo. No dijo lo único que tenía que decir: de dónde sacó esa suma de preseas que constituían algo así como un Pecado Capital en Semana Santa. Por eso eludir el tema para decir apenas que hablar de él es atacar la Democracia y poner en riesgo la estabilidad del país, es poco menos que una afrenta a la inteligencia, y al sentido común de los peruanos.
Lo de la foto con los “Mandos”, es una pantomima. Se orienta a pretender demostrar que “los militares la apoyan”, lo que podría ser cierto si limitáramos el tema al caso de los peruanos asesinados en el pasado reciente. Claro, la apoyan para que no se investigue nada ni se castigue a nadie. Entonces, es al revés. No la apoyan: Se apoyan en ella, para asegurarse impunidad.
Cuando se sientan seguros de haberla logrado, olvidarán a Dina como a una espuela vencida. Por lo demás, estuvieron allí porque ella los convocó. Y ella dispuso que se pararan a su lado porque ella es “su Comandante en Jefe”. Cuando el arbolito se caiga, ese Pavo Real, dormirá en el suelo, como cualquier animal. Ya lo verán.
Lo del Gabinete, tiene otro signo. Los cambios que se insertaran en ese escenario, sólo revelan el pánico que corroe las entrañas de Dina. Sin duda, está aterrada y busca por eso rodearse de incondicionales sin aliento. Premia a uno de ellos con el despacho de Educación, pero mantiene en su esfera de influencia a la titular de Cultura, a la de Vivienda y Construcción y al de Minería -socio de la Southern-. Ellos habrán de graduarse con Botón de Oro como lustrabotas de la Mandataria.
La otra arista del “nuevo gabinete” muestra el afán de agarrarse de cualquier palo para no caerse. Por eso ha puesto una de Avanza País, otra de Somos Perú y una tercera del Partido Morado, que ya tomó distancia. Incluso, un titular del Interior que podría ir preso por delitos comunes.
Claro que ahí no termina la cosa. El caso del “cuaderno de ocurrencias” perdido es casi la tapa de la bombonera. Habrá de aparecer, sin duda, con alguna novedosa noticia- Y será un paso más al más allá. Por ahora el fujimorismo puede no querer cargo alguno -para no “quemarse”-; pero eso no le impedirá co-gobernar para imponer “su línea”. Presionará hasta el fin, mostrando su mayor herramienta persuasiva: sus votos parlamentarios para la vacancia presidencial.
Lo previsible es que ella no se produzca el 2024, pero si más adelante. La Constitución señala que el Congreso no podrá ser disuelto en el último año de su mandato. Los Legisladores tendrán en esa circunstancia, carta libre, Podrán desprenderse de Dina y echarla, como quien se deshace de un papel higiénico usado. En ese instante, no la necesitarán para nada.
Entre tanto, la trama Boluarte-Oscorima buscará “darle salida” al tema de los Rolex con una versión para niños.