Podría ser una primera manera de quitarle ese sello tradicional de cónclave medio elitista y oculto a los ojos de la gente, a los encuentros presidenciales y ministeriales. En El Cañaveral o no, ese día será el inicio de la pega y el primer cara a cara de las y los 24 ministros que estarán con Gabriel Boric.
Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 26/01/2022. No hay nada oficial. Pero al menos nadie lo ha desmentido. Este viernes, según se pudo saber, entre las 8 de la mañana y las 8 de la noche, estarán reunidos en El Cañaveral, en la zona precordillerana de la capital, las y los 24 ministros del futuro Gobierno, junto al Presidente electo Gabriel Boric. Se estima que podrían llegar las y los nombrados subsecretarios. También estarían integrantes del equipo del próximo mandatario y de algunos ministros o ministras.
El encuentro será un primer cara a cara y una primera conversación entre todas y todos los que estarán en la primera línea de la nueva administración. Seguro habrá un tono de aproximación personal. Conocerse, tantearse, junto a validar convicciones y tomar apuntes para la gestión. Obvio que será, ante todo, un momento de trabajo.
No se sabe si, como en un encuentro cerca de la playa de las y los colaboradores de la entonces presidenta Michelle Bachelet, habrá couching o algo similar. En todo caso, el paisaje precordillerano, los árboles, las plantas, la casona de madera y piedra, el cielo abierto, los cerros circundantes, contribuirán al buen ambiente y la concentración.
Habrá mucho para la “nota de color” como decimos los periodistas. Considerando las especulaciones de este jueves y la mañana del viernes.
Sin embargo, está claro que el contenido estará sustentado en el trazado de líneas que seguro hará el Presidente electo, para los primeros días y quizá meses del Gobierno donde estarán laborando de cabeza no solo militantes del conglomerado Apruebo Dignidad, sino de otros partidos.
En lo anecdótico, o no tanto, continúan los simbolismos. Las y los ministros estarán en la casa de La Payita -Miria Contreras-, la leal y eficiente secretaria del Presidente Salvador Allende, recinto al parecer administrado por su hija. Ahí, en medio de ese ambiente de cordillera y vegetación, descansó y trabajó Allende, dio entrevistas de prensa y en esos espacios se reunió con Fidel Castro. Tati Allende, la madre de Maya Fernández, futura ministra de Defensa, pasó mucho tiempo en El Cañaveral.
La casona fue epicentro de planificaciones y decisiones del Presidente Allende. Ahora, será el centro de resoluciones y establecimiento de ejes del Presidente Boric.
Es previsible que las noticias formales/tradicionales se centren en figuras particulares, en posibles ausencias (se sabe que no estará Mario Marcel, futuro ministro de Hacienda, por contagio de Covid-19), en gestos y señales, en quien se siente al lado de quien, en la participación más o menos protagónica de algunos, en el papel de miembros de equipos.
Pero lo sustancial es que será el primer encuentro del gabinete ministerial con el próximo mandatario, el primer intercambio sustantivo, las primeras orientaciones claves, los primeros asomos comunicacionales, la primera ocasión de abordar dudas y fijar énfasis, y el primer espacio compartido en lo humano (habrá reuniones largas, pero también almuerzo, café, salidas a los jardines).
Puede parecer obvio que las materias a tratar tendrán que ver con partir bien en marzo y continuar así los primeros meses. Posiblemente haya diseños y hasta orientaciones comunicacionales. Serán asuntos altamente serios y sensibles, considerando las primeras medidas, la agenda legislativa, los asuntos de coyuntura, el comienzo de la implementación del programa de Gobierno.
Quizá, a partir de ello, se considera una vocería al final de la jornada o al día siguiente, para contarle bien a la gente, a la ciudadanía -más que a la prensa (aunque a través de ella) y a los grupos políticos-, lo que se trató, abordó y concluyó. Podría ser una primera manera de quitarle ese sello tradicional de cónclave medio elitista y oculto a los ojos de la gente, a los encuentros presidenciales y ministeriales.
Si el Presidente electo llevará pendrive o carpetas, si usará nuevas técnicas digitales para compartir documentos o minutas, si llegarán expertos comunicacionales o de otras materias a dar talleres, si usarán o no la piscina, podrá ser entretenido mediáticamente, y hasta bueno contarlo, pero no será lo sustancial ni comunicacional ni políticamente.
El viernes es, de alguna manera, el punto de partida de la pega. Una especie de primera señal de cómo se trabajará. Y cómo se presentará el contenido de lo que se trabaje. Por eso debe tener importancia para la gente, por la gente y con la gente. Quizá sea un estreno político, comunicacional y de gestión de la próxima administración gubernamental.