NOTAS DEL REPORTEO. Semana agridulce

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Ingreso contundente de Chile al Consejo de Derechos Humanos y, el mismo día, el voto del Senado para dar luz verde al TPP-11. El asesinato y fallecimiento de dos  suboficiales de Carabineros y el relato de queja y victimización desde la institución policial. El episodio grotesco en la “mesa paralela” del proceso constituyente, que quita credibilidad y genera reticencias a lo que se conversa entre partidos y entre las paredes del Parlamento.

Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 14/10/2022. 1.-En sectores del Gobierno y del conglomerado Apruebo Dignidad, en un mismo día se vivieron dos episodios en una mezcla agridulce. El contundente logro en Naciones Unidas (NU), en Nueva York, donde 144 países le dieron el voto a Chile para integrar el Consejo de Derechos Humanos de ese organismo, como un reconocimiento a las posiciones chilenas en esa materia, mientras en Valparaíso, la mayoría del Senado aprobada el TPP-11 cuestionado por cientos de organizaciones sociales, medioambientalistas y sindicales. El logro en materia de DDHH a nivel internacional, tuvo su contrapunto en materia de comercio mundial, cruzando reflexiones y polémicas en el mundo oficialista.

2.-El asesinato del sargento segundo Carlos Retamal Jaque en San Antonio durante un procedimiento por carreras clandestinas de autos, y la muerte del Cabo 1° Gastón Hermosilla Sáez al desbarrancar un carro Mowag en Cañete, instaló con fuerza un relato desde Carabineros en tono de queja y victimización. Se habló desde el alto mando de un “punto de inflexión” respecto a la violencia en su contra, con palabras del general director de la institución como que nunca más se les debería dejar solos. Las situaciones de los suboficiales Retamal y Hermosilla vino a reforzar una idea de que Carabineros está desprotegido, que son víctimas de situaciones como la falta de acción judicial ante la delincuencia y que ya no saben qué hacer para enfrentar el crimen. Eso llevó a que el Gobierno tuviera que reforzar su discurso de respaldo a Carabineros de Chile (se sumó el caso de agresiones a personal de la policía uniformada en el norte por parte de migrantes), de aplicación de la ley al máximo para agresores de policías e insistir en que se está trabajando en mayor presupuesto y apoyo a las policías. En definitiva, durante la semana hubo un reforzamiento de la agenda de seguridad pública en base a sucesos negativos. Claro que, como ejemplo preciso de las caras que puede presentar la policía uniformada, fue condenado a 12 años de cárcel un ex capitán de Carabineros que le disparó y dejó ciega a la trabajadora y hoy senadora Fabiola Campillai; y el recordatorio de que Carabineros tiene a su haber más de 400 casos de víctimas de trauma ocular por disparos de balines y bombas lacrimógenas, y tener responsabilidad en las más de dos mil querellas presentadas en el marco de la revuelta social de 2019, por violaciones a los derechos humanos y actos represivos sin respeto de protocolos.

3.-El hecho ocurrido en la llamada “mesa paralela” del nuevo proceso constituyente, con la  presencia del ultraderechista Francisco Muñoz, alias “Pancho Malo”, junto a un grupo de pinochetistas, y la reacción agresiva y descontrolada del diputado del Partido de la Gente, Gaspar Rivas, vino a alimentar la desconfianza y reticencias que parecen instalarse en la ciudadanía respecto a cómo se están llevando las cosas, en conversaciones entre los partidos políticos y entre las paredes del Congreso. Cierto que el episodio grotesco de la “mesa paralela”, promovida por partidos de derecha y ultraderecha, más dos legisladores de la Democracia Cristiana, no está en el contexto del espacio de dirigentes y legisladores del oficialismo y la oposición que están conversando y buscando acuerdos en el Parlamento sobre cómo seguir el proceso constituyente para dar con otro texto constitucional, pero comunicacionalmente fue un misil a la credibilidad de la gente respecto a los actuales espacios de debate y resolución de ese proceso. Si se pudo cuestionar cosas como el voto desde la ducha o el irrespeto a emblemas patrios en el trabajo de la Convención Constitucional, hoy se puede cuestionar el tono agresivo y descontrolado de actores del nuevo proceso que, para no pocos, se está dando desde la elite y entre cuatro paredes.