El rechazo a la reforma tributaria como ejemplo del obstruccionismo al Gobierno y negación de recursos para objetivos sociales. La idea anidada en sectores de la oposición de desgastar y boicotear los planes del Gobierno, y el re-planteó de la táctica/ procedimiento a seguir por parte del oficialismo.
Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 10/03/2023. 1.-Si puede haber un buen ejemplo de la acusación de “obstruccionismo” que hace el oficialismo a la oposición, fue el voto total de legisladores de los partidos de la derecha y la extrema derecha en contra del proyecto de reforma tributaria. Un episodio más de lo que se define como fase regresiva conservadora que vive el país, sobre todo después del resultado del plebiscito y la ofensiva de los sectores conservadores.
2.-La mayoría de los medios de prensa y muchos columnistas hablaron de “una de derrota del Gobierno”, pero desde el oficialismo, comenzando por el Presidente, siguiendo con las y los legisladores y representantes políticos y sindicales, se dijo que se trató “de un golpe a millones de chilenas y chilenos” porque sin reforma tributaria no habrá captación de ingresos para financiar programas/medidas sociales de beneficio para la población, se puso un candado al aumento de pensiones, se afectaron planes de construcción de viviendas, se afectó aumento del presupuesto para seguridad pública y recursos para apoyar a sectores pobres.
3.-Tanto el Presidente como el Ministro de Hacienda plantearon dos elementos que son sustanciales. El mandatario indicó que la oposición se negó siquiera a analizar y discutir la iniciativa tributaria votando en contra de la idea de legislar y de todo el proyecto, afectando la práctica democrática en el Legislativo, y el titular de Hacienda planteó que se trató de una postura ideologizada por encima del pragmatismo/mecanismo para avanzar en una materia tan importante como la tributación. En definitiva, hay una convicción de que con esta votación la derecha y la extrema derecha -coordinadas, por cierto- dieron un portazo a un proyecto decisivo no sólo en cuanto a los objetivos programáticos del Gobierno, sino en cuanto a contar con más recursos para jubilaciones, apoyos a población vulnerable, aumento de las pensiones y planes en seguridad pública.
4.-En ese marco, el jefe del Ejecutivo deslizó una posición muy sensible. Que con este rechazo, “algunos” pretenden golpear al Gobierno. La lectura de la afirmación lleva a que, tácitamente, el Presidente está hablando de las fuerzas políticas conservadoras y su objetivo de torpedear a la actual administración y sabotearle sus planes estratégicos. Eso se suma a vocerías de personeros políticos en cuanto a una intención de “desgastar” al gabinete ministerial y quitarle la sal y el agua al Gobierno. La oposición logró fusilar el proyecto de reforma tributaria y adelantó que no aprobará la reforma de pensiones, inclusive presentando una iniciativa propia, negándose a analizar y discutir el proyecto del Ejecutivo que es lo que marca la labor legislativa/democrática. Parece, entonces, un diseño estratégico destinado a golpear/sabotear al Gobierno y, sobre todo, hacer abortar proyectos que tienen un claro sello progresistas/social, impactando en la posibilidad de potenciar derechos ciudadanos.
5.-Esa situación coloca al Gobierno en una situación de re-planteó de la táctica/ procedimiento a seguir, porque es claro que se requiere de un cambio tributario, hay que consagrar la reforma previsional, se debe avanzar hacia una reforma de salud, y sacar adelante objetivos como la reducción a 40 horas de la jornada laboral semanal, la Empresa Nacional del Litio, la construcción de viviendas, la baja de las listas de espera en el sistema de salud, junto a medidas frente a la inflación, la seguridad pública, la migración ilegal, el aumento del salario mínimo, entre otros objetivos.