“No es mi ideal”, “no da para salir a celebrar”; pero hay que salir a disputar

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Las voces desde el oficialismo apuntando a que el acuerdo político para este nuevo “proceso constituyente” no es lo óptimo, pero hay que respetarlo y realizar los esfuerzos para avanzar hacia una nueva Constitución. Coincidencia de que fue “un acuerdo imperfecto”.

Equipo “El Siglo”. Santiago. Valparaíso. 15/12/2022. “A mí me parece que hay que seguir teniendo como norte continuar con un proceso que permite tener una nueva Constitución y a mi juicio a lo mejor todas las cosas que nosotros hubiésemos querido no están, pero claramente no podemos seguir con la Constitución del 80. Este acuerdo nos permite seguir el proceso, pero claro no se puede decir que es mi ideal”.

Así lo manifestó la senadora del Partido Comunista (PC), Claudia Pascual, al comentar el resultado del acuerdo suscrito entre diversidad de colectividades políticas para darle continuidad al “proceso constituyente” de cara a contar con una nueva propuesta de nueva Constitución, que incluye un Consejo Constitucional de 50 personas electas, 24 expertos designados por el Congreso, 12 puntos de “bordes”, entre otras cosas.

La parlamentaria comunista indicó: “Este acuerdo es lo que se pudo lograr. Yo no podría manifestarme como feliz completamente porque obviamente este es un acuerdo con partidos de distintos cortes políticos y en particular con fuerzas políticas que se sintieron dueñas del nuevo proceso a partir de los resultados del 4 de septiembre”.

Entrevistada por el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, opinó sobre puntos del acuerdo. “Hubiese esperado que el número de electos fuera mayor, nosotros promovimos que los electos fueran más desde el primer momento. Nos parece que la diversidad político social del país es más diversa que lo que se alcanza a representar con el esquema de elección del Senado”, dijo en cuanto a la composición del Consejo.

Estableció que “hubiésemos esperado que se respetara de mejor manera que la influencia de los expertos fuera más acotada, que efectivamente fuesen asesores y no tuviesen un rol tan participativo. Esos fueron puntos absolutamente inamovibles que instaló la derecha”.

En todo caso, la senadora del PC sostuvo que “este órgano nuevo elegido por la ciudadanía no es una cámara buzón y por lo tanto tiene la posibilidad de tomar como base lo que vaya preparando ese equipo de expertos y expertas y que además estos expertos no solo tienen que ser juristas sino que comprendan todas las materias que una Constitución tiene”.

De cara a cuestionamientos que surgieron en el ámbito del progresismo y de la izquierda sobre el acuerdo, Claudia Pascual resaltó que “la situación actual tiene que ver con la contundencia del resultado del 4 de septiembre. Este acuerdo no es lo que a mí me hubiese gustado, lo digo francamente, pero es el acuerdo que se pudo lograr para habilitar un nuevo proceso que nos permite modificar la nueva Constitución y no con los peligros reales de que empiecen ahora propuestas muy contradictorias entre sí para modificar la actual Constitución”.

El también senador comunista, Daniel Núñez, dijo que “las fuerzas democráticas todavía estamos pagando los costos de la derrota que sufrimos en el plebiscito del 4 de septiembre, es evidente que cualquier acuerdo en estas condiciones iba a ser, y este acuerdo también es, imperfecto”.

Advirtió que lo resuelto “no representa nuestras aspiraciones, nuestras demandas, nuestro sentido de lo que debe ser un proceso con una soberanía popular plena y, desde ese punto de vista, tiene limitaciones que son relevantes, pero es un costo necesario que hubo que pagar”.

En tanto, Flavia Torrealba, presidenta de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS),  hablando de lo que resultó finalmente del acuerdo, opinó que el sector transformador, progresistas y de izquierda hizo “concesiones muy dolorosas, limitando considerablemente nuestra propuesta de cambio transformador”.

A pocos días de concretado el acuerdo, fue el partido Comunes el que surgió con una postura directa y polémica, llamando explícitamente a “disputar y mejorar lo que sea necesario” de lo resuelto por los partidos en la discusión del proyecto que se realizará en el Congreso.

Específicamente, se apuntó a que “consideramos que existen excesivos elementos de tutelaje al órgano soberano popular que deberá redactar la nueva carta constitucional”. Se puntualizó: “Tenemos legítimos reparos con lo emanado del Acuerdo”.

La diputada del Partido Comunista, Karol Cariola, participando en el seminario online “Nuevo escenario constituyente y proyecciones 2023”, opinó que “este es un proceso que quedó completamente tutelado, a propósito de lo que va a significar la discusión posterior en relación a cómo se van a tomar las decisiones. Si bien se logra un órgano 100% electo, con 50 representantes con el modelo del Senado, queda un modelo que, por lo demás, no logra la presentación equitativa respecto de las regiones”.

Enfatizó que “no me da para salir a celebrar y decir que estamos en la panacea de lo uno esperaría de un proceso constituyente. Sin embargo, es lo que se pudo lograr”.

La parlamentaria, haciendo un paralelo de lo que fue el proceso constituyente anterior con el actual, sostuvo que “cuando esto partió la fuerza política que teníamos para poder dialogar, iniciar un proceso constitucional, claramente era absolutamente distinta. Después de la revuelta popular de octubre (de 2019), la posibilidades de conversación, de diálogo, eran absolutamente distintas a las que tenemos hoy”. Reconoció que “teníamos una posición de fuerza desde la movilización social que nos permitía incentivar un proceso constituyente mucho más profundo, democrático y participativo”.

También desde el PC, el exconvencional Marcos Barraza, aseguró en Twitter que “el acuerdo constitucional es insuficiente en materia de estándares democráticos. Subrepresenta la voluntad popular. Se hace necesario que el Congreso sea capaz de mejorar el acuerdo y darle un estándar que legitime el proceso”. Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, afirmó que “en el acuerdo constitucional persisten los fantasmas de la democracia tutelada y la medida de lo posible. Faltó coraje y convicción, y a pesar de que no es lo que el PC proponía, como siempre, nos sumaremos al proceso a disputarle espacio a quienes siguen creyéndose dueños de Chile”.

Citado por la prensa, el senador y presidente de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre, dijo que “cuando estás metido en la negociación y te das cuenta de que no puedes lograr todo lo que quisieras, claramente es un acuerdo imperfecto”.

Aceptando implícitamente que no sería un cien por ciento de positivo el acuerdo y que no estaría cerrado, manifestó que “yo sé que hay muchos elementos del acuerdo que quedaron abiertos, por ejemplo, la remuneración de expertos, mecanismos de participación ciudadana, que son cosas que yo estoy de acuerdo que hay que regular y tienen que estar dentro de la reforma constitucional”. A su juicio, “cualquier parlamentario es libre de presentar indicaciones, lo que yo sí sugeriría a las fuerzas que firmaron el acuerdo, es que las indicaciones estén dentro del marco del acuerdo, para mejorarlo, profundizar la democracia, pero no para desviarse del acuerdo que ya firmamos”.

En tono crítico, y dando cuenta de contenidos clave del acuerdo político, Germán Correa, ex ministro de Estado y militante socialista, escribió una columna donde señaló: “La nueva Constitución la elaborará el Congreso. Primero, porque han sido los partidos los que han acordado 12 puntos esenciales de la nueva Constitución dentro de los que el futuro Consejo Constituyente ‘deberá’, como dice el acuerdo, elaborar el nuevo texto. Segundo, porque serán los partidos políticos con representación parlamentaria los que elegirán a los 20 ‘expertos’, debidamente ratificados por el Congreso, que participarán protagónicamente en este nuevo proceso constituyente. Tan protagónicamente que serán los primeros que asumirán la tarea, el próximo mes de enero, de elaborar un primer borrador de la nueva Constitución, para luego presentarlo a los miembros del Consejo Constituyente, que se elegirían recién en abril. Tercero, porque son los partidos con representación parlamentaria los únicos que podrán presentar candidaturas al Consejo Constituyente y los que aceptarán llevar o no a ‘independientes’ en sus listas. Cuarto, porque el futuro Consejo Constituyente, aunque sus miembros serán todos elegidos por voto popular (el maquillaje democrático que se le da al proceso), no va a elaborar el nuevo texto constitucional sino solo aprobar o rechazar la propuesta de texto constitucional que le entregará el grupo de expertos designados por los partidos, y si tiene propuestas diferentes a las de los expertos los quórum establecidos son tan altos que difícilmente lo logren. En el fondo, los parlamentarios se han asegurado que el texto de sus ‘expertos’ sea el definitivo”.