“Desde Chile nos sumamos a las voces de preocupación frente a la sistemática violación a los Derechos Humanos que enfrenta el pueblo saharaui bajo la ocupación del Reino de Marruecos”. “Reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática no solo reafirma nuestro compromiso con los Derechos Humanos y la justicia, sino que también fortalece nuestra voz en el escenario internacional como defensores de los valores democráticos y la legalidad internacional”.
“El Siglo”. Santiago. 12/2024. A la oficina de El Siglo llegó la siguiente misiva:
Estimado Director:
Desde Chile nos sumamos a las voces de preocupación frente a la sistemática violación a los Derechos Humanos que enfrenta el pueblo saharaui bajo la ocupación del Reino de Marruecos. A lo largo de los territorios de Saguía el Hamra y Río de Oro, se denuncian torturas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y la represión cultural e identitaria de un pueblo que lucha por su autodeterminación.
Chile, que conmemora los 50 años del golpe de Estado que trajo consigo 17 años de sufrimientos similares, no puede ser indiferente. Nuestro pasado de torturas, exilios y desapariciones nos impone un deber ético: actuar solidariamente con quienes hoy enfrentan vejaciones que el Derecho Internacional condena. Naciones Unidas, mediante diversas resoluciones, ha reafirmado el derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro mediante un referéndum, y ha declarado ilegal la ocupación marroquí.
A lo largo de los años, diversas instituciones internacionales, como la Corte Internacional de Justicia, han confirmado que no existen vínculos de soberanía entre Marruecos y el Sahara Occidental. Asimismo, la Resolución 1514 de la ONU y otros fallos internacionales respaldan la necesidad de un referéndum que garantice la autodeterminación del pueblo saharaui. A pesar de esto, Marruecos ha continuado bloqueando este derecho, perpetuando la represión, el exilio forzado y el genocidio cultural contra una nación que lucha por su libertad.
Recientemente, en el XXVII Encuentro del Foro de Sao Paulo en Tegucigalpa, representantes de países y movimientos de América Latina y el Caribe reafirmaron su apoyo a la República Árabe Saharaui Democrática y condenaron la ocupación ilegal. Este compromiso global nos recuerda la urgencia de que gobiernos como el chileno adopten una postura activa, reconociendo a la República Árabe Saharaui Democrática como un Estado soberano y presionando en instancias multilaterales para que se cumplan las resoluciones de la ONU.
Vale recordar cómo inició el proceso de descolonización, en 1973, con la creación del Frente Polisario, cuya razón de ser en un principio era resistirse con armas al control colonial de España sobre el territorio, como también vale recordar la fatídica “Marcha Verde”, ocurrida dos años después. Esta marcha, compuesta por 350.000 civiles marroquíes y algunos militares, confluyó hasta el entonces Sáhara Español para ser ocupado. Desde entonces, Marruecos controla de facto el 80% del territorio del Sahara Occidental, dejando a la población Saharaui desperdigada con el 20% restante. Cabe recordar también, que esta ocupación se dio con la complicidad del Gobierno español, dada la firma del acuerdo tripartito en conjunto con Marruecos y Mauritania, en donde les concedió poderes administrativos a dichos países sobre el territorio.
Desde este acuerdo, Marruecos no ha hecho más que afianzar su control sobre el territorio, a expensas de la población Saharaui. No se debe olvidar cómo en el período 1980-1987, Marruecos construyó un muro de cerca de 2.200 kilómetros de largo, El muro de Berm, que separa actualmente el Sahara Occidental en la proporción anteriormente mencionada.
El 29 de abril de 1991, mediante la resolución N° 690 del Consejo de Seguridad, se creó y estableció la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), la cual se centró en la planeación de un referéndum, en donde la población del Sahara Occidental decidiría entre la independencia del territorio o la anexión de este a Marruecos. La imposibilidad de llegar a un acuerdo, debido a la insistencia por parte de Marruecos de integrar en los electores a aquellos individuos que habían llegado desde la “Marcha Verde” y los que le siguieron, bloquearon los esfuerzos del referéndum por más de una década.
Junto con la erosión del proceso del referéndum, ha existido un proceso de erosión de la solidaridad africana y árabe que existía con el Frente Polisario, ostensible en la apertura de Consulados por parte de países árabes y africanos en el Sahara Occidental ocupado por Marruecos. Aquellas aperturas no son azarosas sino que corresponden a una estrategia por parte de Marruecos de colmar los espacios institucionales que le permitirían defender su posición. Así, el 2017 Marruecos se habría reintegrado en la Unión Africana luego de 33 años de aislamiento. Sin embargo, el hito más relevante con respecto al poder blando de Marruecos fue el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental por parte de Estados Unidos, el 11 de diciembre de 2020. Dicho reconocimiento, como es de esperarse, no se basó en razones fundadas, sino que se utilizó como moneda de cambio la venta de armas con valor de mil millones de dólares.
Esta búsqueda constante de la política exterior marroquí de atiborrar espacios institucionales con diplomacia y poder blando, se manifiesta actualmente en nuestro propio suelo, con la denominada “Semana Marroquí en Chile”, organizada por el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y la Embajada del Reino de Marruecos en Santiago.
Es hora de que Chile adopte una postura activa. Reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática no solo reafirma nuestro compromiso con los Derechos Humanos y la justicia, sino que también fortalece nuestra voz en el escenario internacional como defensores de los valores democráticos y la legalidad internacional.
Hacemos un llamado a nuestro gobierno y a la ciudadanía a exigir que organismos como la MINURSO, incluyan en su mandato la supervisión de Derechos Humanos en el Sahara Occidental. El silencio no es una opción; ser neutrales frente a esta injusticia nos convierte en cómplices de la opresión.
¡No más violaciones sistemáticas de derechos humanos! ¡No más ocupación ilegal!
Amanda Rozas, encargada del Equipo de Estudios Internacionales de la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CCHDDHH) y encargada de la Comisión Nacional de Relaciones Internacionales de las Juventudes Comunistas de Chile.
Simón Martínez, miembro colaborador del Equipo de Estudios Internacionales de la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CCHDDHH).