Macron persiste y firma

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Se niega a admitir su derrota en las elecciones legislativas. Los votantes se pronunciaron claramente contra la extrema derecha y colocaron a la izquierda a la cabeza del parlamento. Pero Macron persiste en querer nombrar un primer ministro y un gobierno de su bando.

Pierre Cappanera. Corresponsal de L’Humanité en Chile. 12/2024. Esta vez, el presidente Macron tardó sólo diez días en nombrar un nuevo primer ministro. Tras las elecciones legislativas del 7 de julio, Macron tardó 50 días en elegir un primer ministro que sólo duró tres meses.

Si bien la izquierda tiene el grupo más numeroso de diputados, Macron ha elegido una vez más a un primer ministro de su bando. François Bayrou, el nuevo primer ministro, no es un desconocido, es un viejo político de centroderecha, fiel partidario de Macron. ¿Qué novedades podemos esperar de tal nombramiento? A priori nada.

Macron se niega a admitir su derrota en las elecciones legislativas. Los votantes se pronunciaron claramente contra la extrema derecha y colocaron a la izquierda a la cabeza del parlamento. Pero Macron persiste en querer nombrar un primer ministro y un gobierno de su bando.

Los comunistas habían convocado este fin de semana una conferencia nacional que se puede definir como un minicongreso. Esta Conferencia Nacional se decidió en julio tras los resultados de las distintas elecciones. Quiso la suerte que se celebrara al día siguiente del nombramiento de François Bayrou como jefe de gobierno. Los comunistas reafirmaron claramente su posición. El PCF pide un cambio de gobierno y de método.

  1. El gobierno. El presidente debe aceptar nombrar un primer ministro de izquierda que forme libremente su gobierno. Los comunistas saben que cualquier gobierno será minoría en la Asamblea Nacional. Un gobierno de izquierda no podrá implementar todo el programa del Nuevo Frente Popular, la alianza de partidos de izquierda creada tras los catastróficos resultados de las elecciones europeas de mayo. Pero este gobierno podrá avanzar en una serie de proyectos sobre cuestiones fundamentales: salarios y pensiones, la derogación de la reforma de las pensiones de 2023, la bajada del precio de la energía, el relanzamiento de una política industrial que cree empleo, una política exterior activa que favorezca de paz.

  1. El método. El gobierno de izquierda se comprometerá a no utilizar el 49-3 a cambio de que los diputados del partido de Macron se comprometan a no censurar al gobierno de izquierda. Esto sería suficiente para evitar que cualquier moción de censura fuera mayoritaria. 49-3 es este artículo de la Constitución que permite a un gobierno aprobar una ley sin votación. Como el gobierno estará en minoría, tendrá que trabajar proyecto tras proyecto con todos los diputados. Esto devolverá valor al Parlamento que fue totalmente despreciado y aplastado por Macron.

El primer punto es derogar la reforma de las pensiones impuesta por Macron en 2023, que impone un aumento de dos años de la edad de jubilación, de 62 a 64 años. Millones de franceses se manifestaron y se declararon en huelga en varias ocasiones a principios de 2023 contra el aplazamiento de la jubilación. No pasó nada. Los diputados no pudieron discutir la ley: los diputados de derecha impidieron que la discusión se desarrollara con normalidad. La discusión en la Cámara de Diputados tiene un tiempo limitado y la derecha ha dedicado su tiempo a obstaculizar la discusión de cada artículo, en particular para que los diputados no voten el artículo que pospone la edad de jubilación, el apartado más importante de la ley. Tampoco lograron aprobar la ley completa: se impuso 49-3.

El PS y los Verdes tienen puntos de vista relativamente cercanos a los de los comunistas. Sólo en la izquierda, LFI (La Francia Insumisa), el partido de Mélenchon que fue candidato tres veces a las elecciones presidenciales, tiene otra estrategia. LFI pide la dimisión inmediata del Presidente de la República y la organización de nuevas elecciones presidenciales. Pero nada en la Constitución exige que el presidente renuncie. Además, las últimas encuestas son incluso más catastróficas que las últimas elecciones. Hoy dia, a una elección presidencial, en primera vuelta, el partido de Le Pen obtendría entre el 34 y el 38% de los votos.

El recién nombrado Primer Ministro siempre ha apoyado la reforma de las pensiones de Macron y no muestra ningún deseo de dar marcha atrás. A partir de ahí, como la mayoría de los diputados elegidos en julio se oponen a esta reforma, este nuevo gobierno tiene mucho de qué preocuparse si quiere durar más de unos pocos meses. Macron creía tener la última palabra al forzar la aprobación de su reforma, pero ésta todavía no pasa por la mente de los franceses. Se ha convertido en el problema clave. Su derogación o mantenimiento decidirá la supervivencia de este gobierno.

No es posible gobernar permanentemente contra lo que exigen los franceses y la mayoría de los diputados. No es posible no escuchar el mensaje de los electores. Macron tendrá que decidirse en algún momento a escuchar lo que dice el pueblo francés. No puede formar gobiernos como le plazca ignorando la realidad.