El abogado asumió como Ministro de Justicia y Derechos Humanos y se integró a un gabinete que persiste en prioridades sociales, preocupaciones ciudadanas e impulso de transformaciones. “Le he encomendado, en primer lugar, seguir trabajando por una justicia centrada en nuestros ciudadanos, elaborando políticas públicas con enfoque de derechos humanos y en la seguridad de los chilenos y chilenas”, sostuvo el Presidente Gabriel Boric al posicionar al nuevo titular que tendrá una ardua agenda inmediata.
Equipo “El Siglo”. Santiago. 11/01/2023. Si algo sella la instalación del nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos, el abogado Luis Cordero, es una transversal valoración de sus cualidades profesionales y técnicas, y su trayectoria como jurista. Claro que, como cualquier integrante de un gabinete ministerial, los retos son de otro tipo, nuevos, y más en su caso que tendrá una ardua agenda inmediata, teniendo que asumir respuestas y posicionamientos frente a la polémica por los indultos otorgados en diciembre pasado, y otros temas que coyunturalmente cruza a su cartera.
Más allá de especulativas fijaciones de prioridades que le impusieron algunos medios de prensa y legisladores, el Presidente Gabriel Boric señaló el camino fundamental que deberá marcar la gestión de Luis Cordero, más allá de contingencias. “Esta mañana hemos sostenido una primera reunión de trabajo en la que le he encomendado, en primer lugar, seguir trabajando por una justicia centrada en nuestros ciudadanos, elaborando políticas públicas con enfoque de derechos humanos y en la seguridad de los chilenos y chilenas”, estableció el mandatario.
Colocando un tono de alcance, más allá de la contingencia, el jefe del Ejecutivo dijo que “estoy seguro que la experiencia del ahora Ministro Cordero nos ayudará a poner las prioridades de este Ministerio en sintonía con los chilenos y chilenas”.
Como se esperaba, las preguntas de periodistas giraron respecto a la controversia abierta por los indultos que se dieron a fines de diciembre pasado, y que en medio de críticas y cuestionamientos respecto a su tramitación, terminaron en la renuncia de la ex titular de Justica y Derechos Humanos, Marcela Ríos.
El nuevo ministro fue claro. “No tengo problemas en responder esa pregunta, pero tan pronto yo me instale podría responder. Solo quisiera advertir que los indultos en Chile, si se revisa desde su aplicación desde la década de los 90 hasta hoy habitualmente han sido conflictivos”.
Añadió sobre el tono que tomó el debate por los casos de indultados, comentó que “basta ver la discusión pública…no es una situación simplemente contingente. Si se revisa el debate parlamentario y jurídico en los últimos 25 años se encuentran hipótesis y discusiones similares”. Eso, en referencia a la posibilidad de revocar esas medidas o revisar el procedimiento.
Luis Cordero, quien venía de llegar de Alemania, país donde se encontraba al recibir el ofrecimiento del Presidente Boric para encabezar Justicia y Derechos Humanos, insistió en que debe revisar y analizar todo lo relacionado con los indultos y su tramitación, además de abordar otras materias gravitantes en su Ministerio.
Respecto al cargo que asumió este miércoles, el abogado indicó que “este es un sector que conozco, me parece un sector desafiante. Es mucho más que indultos y nombramiento del Fiscal Nacional, es donde están en juego una cantidad importante de servicios públicos, que son claves para los ciudadanos de este país”.
La llegada del abogado fue bien recibida en el mundo de juristas, entre legisladores y representantes del oficialismo y la oposición, sobre todo por su experiencia judicial, su desempeño como abogado y su labor profesional y académica.
En medio de cuestionamientos al funcionamiento del gabinete ministerial establecidos por representantes de la derecha, algunos medios de prensa y algunos personeros de Socialismo Democrático, se tomó como una oxigenación la llegada de Cordero, aunque fuentes de Gobierno consultadas, señalaron que más allá de situaciones puntuales y polémicas, todo el equipo ministerial persiste en trabajar en función de prioridades sociales, preocupaciones ciudadanas e impulso de transformaciones.
Se colocó como ejemplo toda la labor en torno de la destinación de 2 mil millones de dólares para planes sociales a favor de familias vulnerables ante el alza del costo de la vida, la insistencia en la mesa y agenda de seguridad, las labores para sacar adelante las reformas previsional y tributaria, seguir con los proyectos de viviendas, los avances respeto al proceso constitucional y proyectos como el tren Valparaíso- Santiago.