Las impresionantes cifras de 60 años de la colaboración médica cubana en el mundo

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Se salvaron 8 millones de vidas en 165 países y se atendieron 2.194.430.690 pacientes en todas las regiones del planeta. Médicos de Cuba, en seis décadas, efectuaron casi 16 millones de intervenciones quirúrgicas, 3 millones 252 mil 872 operaciones oculares con el programa Operación Milagro y se aplicaron 17 millones 53 mil 353 vacunas a habitantes de todos los continentes. La cooperación médica cubana se inició en Argelia y en Chile.

“Prensa Latina”. “Granma”. La Habana. 24/5/2023. El 23 de mayo de 1963 partió hacia Argelia la primera brigada de galenos cubanos, aunque en 1960 un pequeño equipo llegó a Chile para ayudar tras el terremoto que estremeció a ese país suramericano, las que constituyeron las primeras experiencias en materia de internacionalismo sanitario tras el triunfo de la Revolución.

La fecha es celebrada en la Unidad Central de Cooperación Médica por protagonistas de esa humanista labor que seis décadas después se mantiene con 57 brigadas médicas integradas por 22 mil 632 colaboradores desplegados en los cinco continentes.

Se trata de una colaboración que no pocos se empeñan de desprestigiar y desacreditar con mentiras y distorsiones, pese al saldo favorable de cada emergencia sanitaria resuelta, salvar a más de ocho millones de vidas y realizar casi 16 mil intervenciones quirúrgicas.

Ahí están las misiones en países en guerra o devastados por fuertes huracanes, terremotos y brotes de Ébola, cólera y la aún latente Covid-19, en las que la actuación de brigadas médicas y del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, han prestados sus imprescindibles servicios.

Guardianes para un mundo más humano

Purísimo, blanco como las almas bondadosas: así es su traje. Algunos llevan cofia, otros estetoscopio o instrumental variado, un grupo sabe de tecnologías “milagrosas” y ejercicios sanadores. Así, durante seis décadas, decenas de miles de especialistas cubanos de la Salud han desandado la geografía de todos los continentes, sin más escudo que la voluntad de ayudar.

No son superhéroes. Tampoco se trata de Quijotes. Son valientes, cubanos corajudos, profesionales formados en una islita caribeña que en su ADN lleva impregnada la solidaridad.

Desde que el 23 de mayo de 1963 partiese hacia Argelia la primera brigada de la Mayor de las Antillas, la cooperación médica de esta nación con otros pueblos ha sido constante. Más de ocho millones de vidas salvadas en 165 países dan cuenta de la valía de la Salud Pública en tiempos de la Revolución Cubana.

A pocas horas de las catástrofes más devastadoras, enfrentando enfermedades letales, fundando sistemas de atención primaria de Salud, brindando su servicio en buena parte de las situaciones extremas sufridas por el planeta en los últimos años, nuestros internacionalistas tienen el mérito de llegar hasta parajes inimaginables.

Allí donde ha tocado el alma sanadora de nuestros especialistas ha quedado la huella perdurable que dejan las nobles obras. No hay paciente ni familiar de este que olvide el rostro bonachón de los médicos de la Isla, aquellos que le salvaron la vida, hicieron posible un alumbramiento feliz, devolvieron la visión, le sostuvieron la mano como queriendo transferir un poco de sí al dolido.

La solidaridad en el campo de la Salud se ha convertido en estandarte del pueblo cubano, cuya premisa constante es Médicos y no bombas, como dijera Fidel, artífice de ese ejército de “celosos guardianes de lo más preciado del ser humano, apóstoles y creadores de un mundo más humano”.