Todo un país que ve partir a un hombre que volcó su vida a la construcción de imaginarios sociales, los cuales contribuyeron enormemente a los idearios de quienes ven en este oficio, una forma de transformar la realidad desde las emociones, los sentires y la búsqueda constante de significados.
Isabel Gómez Muñoz. Presidenta Sociedad de Escritoras y Escritores de Chile. Santiago. 14/1/2025. El mundo de las artes y las culturas ha sufrido la partida física del destacado escultor Felipe Castillo Mandiola, una pérdida sensible que no solamente enluta al mundo de las artes, sino también a todo un país que ve partir a un hombre que volcó su vida a la construcción de imaginarios sociales, los cuales contribuyeron enormemente a los idearios de quienes ven en este oficio, una forma de transformar la realidad desde las emociones, los sentires y la búsqueda constante de significados. Todo esto nos invita a resignificar el rol social y político de las artes y las culturas ya que nos impulsa a abordar estas temáticas desde diversos campos del saber. Esto significa pensar y reflexionar colectivamente, desde nuestras propias subjetividades con el propósito firme de construir identidad. De ahí la importancia de encontrarnos en nuestras vidas con personas que colaboran ampliamente en esa dirección, ya que sus obras están compenetradas de muchos viajes, hacia el interior y exterior de la existencia.
Sin duda, el balneario de Isla Negra fue testigo privilegiado de la obra de Felipe Castillo, presente, tanto en la casa de Neruda, como también en diversos espacios del litoral, dando cuenta de una obra que supo interpretar su historia local.
Felipe Castillo nació el 10 de junio de 1931 en la ciudad de Santiago. Su formación artística la realizó en la Universidad de Chile. Impulsado por nuevos saberes viaja a Europa y África donde estudió con orfebres de Tanger, Ceuta y Marrakesh, ampliando sus estudios en la L` école des Beaux-Arts y la Academia Le Grand Chaumiére en Paris. Fundó junto a su esposa la Corporación de Artistas Pro-Ecología de Isla Negra, lo que lo llevó a ser protagonista en la declaración de Isla Negra como “Zona Típica” como también en la creación del parque de las esculturas N’aitun.
En muchos pasajes de nuestra historia, la escultura ha sido un medio de expresión artística vinculada fuertemente a las luchas sociales que se han impulsado en la humanidad, siendo la ecología un tópico presente en estas luchas, ya que su estética trasciende el cuidado del espacio y el ecosistema. Todos estos elementos vitales han sido un lugar de resistencia ante el caos y el descuido del medio ambiente. De esta forma la escultura es el elemento que nos muestra el camino en la conquista por un entorno más saludable, como también sensibilizar a la sociedad sobre temas como el cambio climático y la defensa de la tierra.
A través de la historia muchos escultores han utilizado los espacios públicos para transmitir mensajes de gran impacto visual, enunciando temas como, la contaminación de los océanos, la deforestación, entre tantos otros flagelos de estos tiempos. El llamado es a tomar conciencia de todos aquellos problemas que nos aquejan como sociedad. De ahí la importancia de creadores como Felipe Castillo, impulsor de grandes obras que van precisamente en esa dirección, cuidar la biodiversidad, siendo el espacio el escenario elegido para proyectar un mensaje de esperanza y de diálogo a través de imágenes que permanecerán en nuestra memoria emotiva por siempre.
Gracias Felipe Castillo por enseñarnos a observar una escultura más allá de una pieza decorativa, más bien como un elemento vivo que trasciende a través de los metales el llamado de la tierra y sus luchas por conquistar la belleza y la dignidad humana.