Es el único comunista que llegó a ser vicepresidente del Banco Central, entró clandestino a cubrir a Gladys Marín en las tareas del PC durante la dictadura y se anota el record de llegar al número dos mil de su conocida publicación “Carta Económica” editada sin parar desde 1975. Autor de varios libros dedicados a temas como la extrema riqueza en Chile, Profesor Emérito de dos Universidades, este economista confiesa que debió hacerse periodista. No deja el activismo contingente y partió hace unos días a la cárcel a visitar a Daniel Jadue y afirma que está permanentemente leyendo, que es la forma de entender la realidad.
Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 7/8/2024. “Entré clandestino a Chile en plena dictadura. Vine a reemplazar a Gladys (Marín) que debía salir al exterior a unas reuniones. Tenía que seguir yo las tareas de organización del partido, metido en la clandestinidad”.
Parece mentira que un destacado economista, académico, exvicepresidente del Banco Central, estuviera metido en esas tareas ocultas y peligrosas. Pero es y fue parte de las vivencias de Hugo Fazio Rigazzi, convertido desde los 18 años en militante comunista y que durante la dictadura tuvo que asumir desafiantes e importantes tareas del Partido Comunista (PC), del cual en los años setenta ya era miembro de su Comité Central y su Comisión Política, paralelo a su desarrollo profesional y académico.
El ingreso clandestino en 1981 “no fue idea mía”, aclara Fazio y cuenta: “La dirección del partido había sido golpeada unos años antes de que yo viniera a Chile, fue la caída de la dirección donde estaban Víctor Díaz y Fernando Ortíz. Empezó la tarea de reorganización, fue una tarea extraordinaria y desde el exterior había que apoyar a montar el trabajo en Chile, había una responsabilidad de la dirección. Hubo, en esos años que te hablo, dos personas que jugaban, junto a otros, papeles importantes, que eran Gladys (Marín) y Manuel Cantero. En un momento, ellos salieron al exterior -ya estaban clandestinos acá- por un tiempo transitorio, a reuniones, y había que poner a alguien en reemplazo de las tareas que ellos cumplían. Entonces vine, como se decía en ese tiempo, como ‘número uno’ del partido, de reemplazo, y estuve algo más de un año. Esa fue la tarea que cumplí, vine a reemplazar a Gladys. Era transitorio”.
Son muchos los episodios de ese período en la ilegalidad y del enorme esfuerzo que hicieron cientos de militantes del PC y las Juventudes Comunistas (JJCC). “Eran tiempos sobre todo de reorganización -relata Fazio-, sobre todo de la gente que estaba adentro, con apoyo del exterior, y cuando llegué había un nivel complicado. Recuerdo que en la dirección interior había compañeros como (Guillermo) Teillier y (Lautaro) Carmona. La Gladys había hecho un trabajo de reorganizar, incluidas las Juventudes Comunistas”.
Ése es un episodio de una larga vida dedicada a la militancia, a la academia, al estudio, a la política, de un hombre que llega a sus 92 años activo, ocupado de temas económicos y políticos, sin abandonar las charlas y la lectura que considera fundamental para estar conectado con la realidad vertiginosa.
Hugo Fazio hizo estudios en la Universidad de Chile, fue miembro del Secretariado de las JJCC y más tarde de la dirección nacional del PC, vicepresidente del Banco Central durante el Gobierno de Salvador Allende, subdirector del periódico El Siglo, profesor en la Universidad de Chile, en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y en la Universidad Arcis (en esas dos fue nombrado Profesor Emérito), y fundador del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), donde sigue trabajando actualmente.
Es una tarde de lluvia y frío cuando se realiza la entrevista. Su departamento mantiene una temperatura cálida, es hermoso y acogedor, en la avenida Presidente Riesco. Hugo Fazio está sentado, luce un suéter claro, su pelo cano, y en una mesita adjunta están, unos sobre otros, varios periódicos del día que él lee todos los días. “Leo mucho”, dice, y advierte: “Hay que estar leyendo de todo para estar informado, ver lo que está ocurriendo y que nada pase muy desapercibido”. Sentencia: “Si no escribo y no leo, me aburro”.
No comparte para nada lo que está pasando con la reforma previsional e insiste que hoy en Chile “un tema central es la minería”, todo el proceso que se vive en torno del cobre y lo que se está haciendo con el litio. Maneja cifras contundentes, antecedentes clave, conceptos claros. Quizá por eso es requerido desde universidades, centros de estudio y grupos de académicos para exponer y conversar de economía, de minería, de seguridad social y tiene hace rato el hábito de comunicarse en línea, aunque no evita encuentros presenciales.
El número dos mil de la Carta Económica
Una muestra de su activismo y estar a la mano con la contingencia, fue el gesto de Hugo Fazio hacia Daniel Jadue. Tiene dificultades para desplazarse. Pese a eso, fue al Anexo Penitenciario Capitán Yáber a visitar a Jadue que cumple ahí prisión preventiva decretada por una instancia judicial por supuestos delitos durante su gestión de alcalde. También concurrió Fazio a una actividad de solidaridad con el dirigente comunista frente a los Tribunales de Justicia.
“Yo valoro mucho a Daniel Jadue” afirma y sostiene que “es una figura que aparece, es el camino que tenemos para levantar a un líder del mundo comunista, del movimiento de masas, eso hay que tenerlo presente”. Opina que “hay que transformar la prisión de Daniel, ese hecho político, a favor y no en contra. Hay que reivindicar a Jadue como un líder del país”.
Lo dice en un contexto donde cree que no abundan los liderazgos de izquierda y, más aún, sostiene que “hasta en los temas que se toman para el análisis, hay una crisis evidente. Hay temas centrales que no se toman y se están discutiendo cosas secundarias”. Ejemplifica: “En la minería, por ejemplo, en el cobre, hay una ofensiva de penetración del capital extranjero de gran magnitud para seguir explotando el mineral en el país que ofrece las mejores condiciones en todo el mundo para las trasnacionales. Y nadie habla de eso, nadie publica de eso”.
Hay un dato elocuente que da cuenta de que Hugo Fazio continúan al día, leyendo, estudiando, analizando, escribiendo. Tiene que ver con su conocida Carta Económica, una mirada profunda de la situación económica coyuntural que se distribuye hace décadas, publicada en varios medios de comunicación, emergida en los últimos tiempos desde CENDA.
“La Carta Económica sale ininterrumpidamente desde 1975. Estamos llegando a la Carta Económica número dos mil”, dice satisfecho el economista. “Desde esa fecha no ha dejado de salir ninguna semana, salió desde cuando estaba asilado, en el exterior, salió cuando estaba clandestino, cuando me hospitalizaron, claro, con gente que apoya”.
Esa labor ininterrumpida se suma a miles de clases, charlas, talleres que ha dado durante al menos siete décadas, tanto en Chile como en el exterior, entregando un aporte no sólo al diagnóstico sino a la propuesta en materia económica, laboral, de seguridad social, minería, desarrollo. Dice que junto a los estudios universitarios, aprendió mucho siendo parte de la comisión económica del PC en los sesenta.
Un comunista en la vicepresidencia del Banco Central
Como muchos militantes de izquierda, Hugo Fazio fue llamado a asumir funciones durante el Gobierno de la Unidad Popular que lideró el doctor Salvador Allende. Y, como le ocurrió a muchas y muchos en las responsabilidades asignadas, lo sorprendió el encargo que le hicieron: convertirse en vicepresidente del Banco Central.
¿Lo designó el Presidente Allende? “A mí no me designó Allende, él no podía hacerlo, no era su atribución. Me designaron desde el propio banco, hubo una terna, aunque Allende lo sabía. Vi a Américo Zorrilla (un antiguo y destacado dirigente del PC) hablar con directivos del banco y, bueno, había ganado Allende y había que colocar en ese cargo a alguien del Gobierno. Lo que llamó la atención con mi caso, es que era funcionario del Partido Comunista, es decir, un comunista que iba a ser vicepresidente del Banco Central, eso llamaba la atención, y el directorio tuvo que aprobar a un comunista”.
Hace ver un detalle que pudo facilitar su nombramiento. “Recuerdo que Jaime Barrios quedó de gerente general, era asesor de Allende, y hubo que discutir esa designación, hubo que abrir esa votación. Resulta que él había trabajado en Cuba con Fidel Castro y con el Che Guevara, entonces se fue hacia allá la discusión más fuerte, esa fue la discusión principal y yo pasé colado”. (Jaime Barrios estuvo en La Moneda el 11 de septiembre de 1973 y es un detenido desaparecido).
Fazio rememora que en esos años “el directorio del Banco Central lo conformaban representantes de las organizaciones empresariales, como la SOFOFA (Sociedad de Fomento Fabril), unos representantes de los trabajadores y tres representantes del Presidente de la República, pero la mayoría eran representaciones empresariales, esa era la característica de ese directorio”. Por eso “llamó mucho la atención que por primera vez hubiese un vicepresidente del banco, comunista. Y el más joven que hubo”.
Para Fazio “fue una experiencia nueva, muy buena, yo había trabajado en la comisión económica del partido, y en lo que debía hacer fue clave (Orlando) Millas (dirigente del PC, fue Ministro de Hacienda de Allende), él me orientó y me ayudó mucho en el trabajo que había que hacer”. Recuerda que “había que ver el manejo del banco, cuestiones como la inflación, la política monetaria, la banca, el presupuesto de la Nación, el gasto, los ingresos, los créditos, era complejo. Hubo mucha emisión monetaria, eso influyó en la inflación, pero había que emitir dinero, eran las condiciones que teníamos porque era central hacer funcionar la economía con tantos ataques y sabotajes que existían”.
Vino el golpe de Estado. Fue perseguido. A muchos de los ministros y altos funcionarios que laboraron en tareas económicas y financieras los acusaron falsamente de robos y corrupción, pero sobre todo los persiguieron por ser parte del Gobierno de Allende. Hugo Fazio se asiló en la embajada alemana y en 1975 salió al exilio donde continúo su labor como militante, economista y académico.
Desde los 18 años comunista y la subdirección de El Siglo
En la entrevista llega el momento del recuerdo primario. Cuando Hugo Fazio dio el paso de una militancia que nunca abandonaría. “Yo ingresé a las Juventudes Comunistas a los 18 años…”, añora. Cierra los ojos; se emociona, evoca a fondo ese tiempo y hace una pausa, conmovido.
Narra que era estudiante de ingeniería de la Universidad de Chile, “yo era de izquierda, podía ser militante socialista o comunista, y decidí ingresar a las Juventudes Comunistas”. Recuerda que hubo dos compañeros que jugaron papeles fundamentales en su historia militante: Alberto Martínez, “El indio”, y Mario Zamorano. Inició una marcha en la base de la Jota, luego dirigente en un Comité Local y en corto tiempo llegó al Secretariado de las JJCC donde se mantuvo mucho tiempo asumiendo tareas como encargado de organización. “Desde esos años nunca paré mi militancia”, asevera.
Recuerda que en la Jota se fue formando, incluso éticamente. Hacían diversidad de trabajos, nunca buscando un puesto sino una tarea, salía a vender El Siglo, se reunía con trabajadores, con los viejos del partido. Fueron tiempos en que compartió mucho con Mario Zamorano (alto dirigente comunista, detenido desaparecido desde 1976), con Gladys Marín, con José Weibel (destacado militante de las JJCC, detenido desaparecido).
Entre las tareas que le cayeron en las manos, hubo una en el periódico El Siglo. “Fui subdirector del diario, fue un trabajo muy constructivo, muy bonito”, recuerda. “Trabajé ahí con Jorge Insunza, que era muy amigo mío, tenía un nivel político muy alto, era muy inteligente, eso fue en los sesenta. Conocí el periodismo, varias a veces tuve que reemplazar al director, me tocaba ir a reuniones de la dirección del partido porque se preocupaban de contenidos del diario, fue una experiencia muy buena” remarca.
Cuenta, sonriendo, que cuando lo llamaron a ocupar el cargo en el diario le preguntaron si tenía alguna experiencia en periodismo y respondió, “sí, cuando era chico tuve una revista propia”. Ríe y añade que “tuve durante mucho tiempo una revista deportiva, la leía yo sólo, tenía la colección”. De algo sirvió, porque en su época, en El Siglo crearon una sección con la Tabla de Posiciones del campeonato nacional de fútbol que se publicaba en la primera página y era muy leída. Agrega que siempre disfrutó del fútbol, jugó como arquero y hasta hoy es hincha de la Universidad de Chile.
¿Le gustó hacer periodismo? “Sí, me gustó. Mira, yo he cometido dos o tres errores clave en mi vida. Uno, que yo debí haber pasado a ser periodista. Fui tan estúpido que no lo hice”. Como sea, prosiguió experiencias periodísticas, porque fue editor de la revista “Internacional”, de partidos comunistas del mundo. Durante unos nueve años hizo esa labor, en un medio que circulaba por el mundo.
Hugo Fazio es avisado que pronto debe conectarse a su computador para una reunión, una de las tantas que tiene con frecuencia, prueba de que está muy activo. Son hartos los temas que le preocupan y muchos los desafíos que sigue viendo. No deja de lanzar una idea: “Siempre hay que ser optimista. Ser optimista no significa pensar que todo está bien, hay que ser optimista para transformar el mundo. La clave es descubrir lo nuevo, y mucho de lo nuevo se descubre leyendo, en los diarios, en los libros, en los textos, en los intercambios”.
Ahí queda listo para el encuentro telemático, junto a sus papeles llenos de datos e ideas, junto al montón de diarios que lee cada día, con el buen ánimo arriba, esa sonrisa que no abandona, la promesa de otro libro que vendrá y la continuidad de la Carta Económica.