La secretaria general de las Juventudes Comunistas, Bárbara Navarrete, advirtió que los sectores conservadores, “con una mayoría circunstancial en el Consejo Constitucional” atentan “contra los derechos sociales, las garantías de la democracia y los derechos por los que las mujeres tanto hemos luchado por conseguir”. En ese marco, sostuvo que “es momento de retomar la iniciativa política a nivel nacional”. Texto íntegro del discurso pronunciado con motivo del 91° Aniversario Juventudes Comunistas de Chile.
Bárbara Navarrete Antinao. Secretaria General. Juventudes Comunistas de Chile. Compañeras y compañeros que nos acompañan en representación de juventudes políticas aliadas. Compañeras y compañeros dirigentes de nuestra juventud que hoy encabezan la tarea de reponer la organización y la iniciativa en los movimientos juveniles. Compañeros y compañeras de nuestro Partido Comunista de Chile. Compañeras y compañeros, militantes de las Juventudes Comunistas, les saludamos y abrazamos en nuestro aniversario.
Nos reunimos una vez más para traer al presente lo que el día 5 de septiembre de 1932, hace 91 años, dio origen a un bastión de la lucha juvenil que son hoy las Juventudes Comunistas de Chile. Una fuerza política revolucionaria, profundamente humanista, internacionalista y vinculada fuertemente al desarrollo del movimiento juvenil y social. Es precisamente ese valor histórico el que nos debe llamar a la máxima responsabilidad e iniciativa situado en el momento político que estamos viviendo.
Fuimos protagonistas de las más grandes expresiones del movimiento estudiantil de la última década; debatimos y nos movilizamos durante el mayo feminista, acentuando la necesidad urgente de avanzar en reivindicaciones de género, en más derechos para las mujeres; contribuimos con decisión en la revuelta popular, en la rearticulación de los territorios y pusimos en el centro la urgencia de terminar con la Constitución de Pinochet. Hoy somos una juventud parte del Gobierno, siendo la cuarta vez en la historia que nuestra estructura partidaria y, por tanto, militantes comunistas, asumimos este desafío y compromiso popular.
Las reformas estructurales que comprometimos con el pueblo de Chile no han tenido un fácil desarrollo. Sabidas son las dificultades instaladas en el Poder Legislativo y la aún débil presencia social organizada para instalar agenda y mover los límites de lo posible. Sin embargo, el compromiso de las y los comunistas es permanente y desde los tres ministerios que nos toca encabezar contribuiremos en que las demandas estratégicas avancen y cambien las condiciones de vida del pueblo de Chile.
Somos una juventud política que le ha tocado enfrentar desafíos eleccionarios históricos y vivir los procesos democratizadores más importantes de los últimos años. Contribuimos decididamente en el último ciclo electoral alcanzando una diputación, una constituyente, 15 concejalías y una alcaldía. Nos adentramos en reordenar nuestra fuerza propia y al calor de nuestra I Conferencia Nacional reajustamos nuestra táctica y nos dispusimos a recomponer el movimiento estudiantil. ¿El resultado de ello? Hoy encabezamos nuevamente, después de 12 años, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile con nuestra compañera Catalina Lufin. Recuperamos la Federación de Estudiantes de la Universidad de Antofagasta con nuestra compañera Javiera Osven. Lideramos la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso con nuestra compañera Giulia Baratini y presidimos con nuestra compañera María Jesús Madariaga la Federación de la Universidad Austral de Chile. Trabajamos por la recomposición de la organización estudiantil secundaria, afinamos el programa estudiantil y, con ello, empujamos a que cada joven de nuestras filas sea un dirigente juvenil.
Las condiciones de vida de las juventudes han empeorado como consecuencia del modelo neoliberal y la deshumanización cada vez mayor de las relaciones laborales y sociales. El déficit habitacional, la cesantía, la deuda estudiantil, el trabajo precarizado, las brechas de género, la crisis previsional, el cambio climático y sus consecuencias en el devenir de la Humanidad, son preocupaciones que nos llaman a la acción más certera y a la construcción de la más amplia unidad. Unidad con juventudes políticas, con movimientos y organizaciones sociales, con las y los trabajadores, con las y los pobladores, con todo aquel que camine por la senda de las transformaciones. Así nos lo mandatamos y así lo haremos.
Hoy, en este 91º aniversario de las Juventudes Comunistas de Chile, nos reunimos para celebrar no solo una organización, sino una parte fundamental de la historia de luchas de nuestro país. La existencia del Partido Comunista de Chile y nuestra Juventud está fuertemente vinculada a la vida democrática y republicana de nuestro país. Formamos parte de la identidad popular y nacional de Chile; hemos contribuido al perfeccionamiento democrático y a su defensa, al desarrollo de las artes, la cultura, la ciencia y la educación, concebidas como parte del desarrollo del país; a la organización obrera; a los derechos y la emancipación de la mujer y de los jóvenes.
Los 91 años de la Jota se enmarcan en los 50 años del golpe de Estado civil-militar y con ello el inicio de la dictadura en nuestro país. Estos hechos constituyen sin duda alguna el tiempo más dramático y complejo que debió enfrentar nuestro partido en su historia. Difícil es imaginar la profundidad y la extensión de la represión desatada, la crueldad y la intensidad de las torturas, el trato inhumano, los crímenes, las vejaciones y el exterminio que se cometieron contra los militantes de izquierda y dirigentes sindicales y sociales. Más de 4 mil ejecutados políticos y detenidos desaparecidos en nuestro país, 45 mil torturados y detenidos por razones políticas, y cientos de miles de exiliados, relegados y despedidos de sus trabajos por su manera de pensar.
Entre ellos y ellas están los que desde el primer momento se pusieron al frente del partido en la clandestinidad, los que día a día fueron urdiendo la resistencia en la base social, los que cruzaban las fronteras, para mantener unido, al partido condenado al exilio, con el que resistía en Chile, para aglutinar en un solo cuerpo su dirección y fuerza combativa.
Los que asumieron la política de rebelión popular y los que formaron parte de nuestra fuerza combativa, los que lucharon en solidaridad revolucionaria con otros pueblos y los militantes de otros partidos hermanos que cayeron en su afán de apoyar nuestra lucha. Todos ellos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos son merecedores de nuestro homenaje más profundo, son los inolvidables e imprescindibles de nuestra historia y ejemplo para nuestras luchas.
Michel Nash, 19 años, soldado conscripto del ejército. Ejecutado y detenido desaparecido.
Carmen Gloria Larenas, 19 años, estudiante. Ejecutada política.
Carlos Contreras Maluje, 29 años, químico farmacéutico. Ejecutado y detenido desaparecido.
Clara Canteros, 21 años, empleada laborista. Ejecutada y detenida desaparecida.
Patricio Manriquez, 17 años, estudiante enseñanza media. Ejecutado político.
Reinalda Pereira, 29 años, tecnóloga médica. Ejecutada y detenida desaparecida.
David Melgarejo, 17 años, comerciante ambulante. Ejecutado y detenido desaparecido.
María Edith Vásquez, 24 años, comerciante feria libre. Ejecutada y detenida desaparecida.
Arnaldo Flores, 21 años, estudiante. Ejecutado político.
Jóvenes comunistas, presentes ¡ahora y siempre!
Este sacrificio y esfuerzo de tantos miles de compañeras y compañeros le permitió a nuestro partido no solo sobrevivir, sino que seguir adelante, contribuyendo al fortalecimiento de la democracia y en la búsqueda de reformas transformadoras de beneficio social. Fuimos excluidos por mucho tiempo de poder participar plenamente en política, sin embargo, aquí estamos, con un Partido de 111 años y una Juventud de 91 años de vida y luchas. Las y los comunistas decimos fuerte y claro: Fascismo nunca más. Democracia para siempre.
El escenario político en curso ha sido dinámico y exigente. Abrimos un proceso constituyente que nos hizo vivir grandes esperanzas y una cruda derrota. Hoy la derecha más recalcitrante, con una mayoría circunstancial en el Consejo Constitucional busca hacer retroceder avances civilizatorios, atentando contra los derechos sociales, las garantías de la democracia y los derechos por los que las mujeres tanto hemos luchado por conseguir. Para enfrentar este escenario hostil, urge instalar en el centro lo dañino y peligroso que es el contenido de la propuesta constitucional de la derecha, señalando que son ellos, la derecha, los grandes responsables del desenlace que tenga el proceso constituyente en curso. Urge demostrar, de cara a las próximas elecciones presidenciales y en el marco del proceso constitucional, que la derecha no tiene capacidad de gobernar ni de llegar a acuerdos. Sepan que las y los comunistas no permitiremos retrocesos y tampoco dejaremos de luchar por terminar con la Constitución de Pinochet.
Compañeras y compañeros, es momento de retomar la iniciativa política a nivel nacional. La Jota debe profundizar su debate, organización y convencimiento. Urge reponer un debate político profundo que entregue claridades sobre nuestro accionar, permita la disputa de conciencias y agudice la movilización juvenil popular. La Jota es un cuerpo colectivo que debemos cuidar. No podemos dar espacios a gustos ni aspiraciones personales que nada contribuyen con nuestros desafíos y que no son concordantes con nuestros principios de organización.
Hoy más que nunca debemos robustecer la unidad en la acción y la dirección única, con la riqueza que nos entrega el debate colectivo. Han sido precisamente estos valores nuestra principal fortaleza y herramienta para hacer avanzar nuestra política. Agotemos las discusiones, no temamos a la diferencia en el debate entre comunistas si ello nos ayuda a encontrar la mejor síntesis para actuar en unidad. Debemos cuidar al Partido que es una herramienta para la liberación y emancipación de la clase trabajadora, nos dijo nuestro compañero Guillermo Teillier y así lo debemos hacer.
Debemos mejorar nuestro vínculo internacionalista, estar atentas y atentos a las disputas de nuestros países hermanos. Construir correlaciones de fuerzas que pongan en el centro el avance de la democracia y el retroceso del neoliberalismo en Chile y el mundo. Necesitamos a la Jota en la calle, en las escuelas, liceos e instituciones de educación superior. Necesitamos a la Jota trabajadora, pobladora y estudiante. Necesitamos a la Jota en el muralismo, en la cultura y las artes; en el deporte y en cada expresión de la juventud chilena. Necesitamos a la Jota luchando por una vivienda digna, por alcanzar derechos sexuales y reproductivos, por cambiar el modelo de desarrollo, por dignificar el trabajo juvenil.
En estos 91 años, estamos decididas y decididos a terminar con el legado del fascismo negacionista para construir el país que soñamos. Las hijas e hijos de Gladys, Recabarren, Teresa Flores, Ricardo Fonseca y Guillermo Teillier sabremos cumplir con dignidad y fiereza la responsabilidad que se nos ha encomendado.
Sigamos haciendo avanzar la historia.
Con lucha y unidad ¡hasta vencer!
Foto: JJCC