La clase patronal desde su dictadura militar, y mediante sus medios de comunicación han promovido históricamente un anticomunismo rabioso, el que se profundiza en cada ciclo político de cambios y transformaciones que busca radicalizar la democracia.
Jean Flores Quintana. Santiago. 14/03/2022. “Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar”.
Martin Niemöller (1946)
Esta mañana agredieron a Marcos Barraza, no por ser Marcos Barraza, sino por ser un militante comunista, un militante del pluralismo, la democracia y el Estado Laico.
Durante la jornada de hoy observamos con estupor los actos de agresión en contra de Marcos Barraza, militante comunista y miembro de la Convención Constitucional electo democráticamente para representar en el órgano redactor a los chilenos y chilenas con domicilio electoral en las comunas de San Miguel, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo, San Ramón, La Cisterna y El Bosque.
Frente al ex Congreso Nacional se reunió un grupo de fanáticos de derechas para manifestar su rechazo a la posibilidad de que las mujeres en Chile puedan acceder al aborto legal, seguro y gratuito -una de las medidas que se votará en la Convención Constitucional-. Pañuelos celestes, banderas chilenas y cánticos cristianos mediante, un grupo de cobardes acorraló al ex ministro de Desarrollo Social para agredir, intimidar, y por cierto, grabarse mientras cometen su cobarde acción.
La triste protagonista -la agresora- es una señora que es mucho más probable encontrarla en alguna feria libre o en el transporte público rumbo a alguna comuna periférica de la Región Metropolitana que disfrutando de los privilegios de la élite en sus grandes mesas o verdes barrios.
Esto nos conduce directamente a una pregunta de solapada respuesta. ¿Por qué una mujer de nuestra clase, de los de abajo, agrede a un dirigente comunista que promueve la equidad de condiciones para el desarrollo pleno de las personas en la sociedad?
La clase patronal desde su dictadura militar, y mediante sus medios de comunicación han promovido históricamente un anticomunismo rabioso, el que se profundiza en cada ciclo político de cambios y transformaciones que busca radicalizar la democracia. Antes y después de la dictadura cívico militar la propaganda derechista -vía diarios, radios y televisores- le puso nombre y rostro a su principal némesis, al cuerpo colectivo responsable de los principales males sociales, he ahí la icónica imagen de que los comunistas “comen guaguas”. Así, con el enemigo construido en el imaginario social todo lo opuesto al comunismo es avance y progreso, es decir, la privatización de los derechos fundamentales pasó a ser lo correcto porque son los comunistas los que quieren que la salud, educación, vivienda, pensiones sean justas, dignas y universales.
Los medios de comunicación en complicidad con la casta político-empresarial han iniciado un ataque frontal contra el Gobierno del pacto Apruebo Dignidad liderado por Gabriel Boric, al igual como hicieron con el Presidente Salvador Allende, los ataques comenzaron desde mucho antes de asumir el mandato. Es común escuchar o leer a dirigentes políticos de derechas referirse al Gobierno de Apruebo Dignidad como “el proceso inflacionario que atraviesa nuestro país es responsabilidad del Gobierno del Partido Comunista y del Frente Amplio”, o “el bajo crecimiento económico proyectado para los próximos años es consecuencia del Gobierno de Boric y del Partido Comunista”, o “las políticas comunistas del nuevo Gobierno nos llevarán al caos”.
La historia es clara y registra que en cada ciclo político donde se promueven mejoras en las condiciones de vida de los chilenos y las chilenas el Partido Comunista en un actor fundamental; la clase patronal no duda en utilizar todos sus medios para neutralizar cualquier avance en garantizar derechos fundamentales, y si no logra neutralizar, no escatiman recursos en desestabilizar gobiernos, y finalmente, es la base social la que puede dotar de la fuerza política necesaria para que un gobierno de características populares pueda llevar a cabo su programa de transformaciones.