Guillermo Ramírez, presidente de la UDI fue muy preciso: “Le hacemos un llamado a las fuerzas opositoras, a nuestros socios de Chile Vamos, al Partido Republicano, al Partido Social Cristiano y a todos aquellos que se sientan movimientos o partidos de oposición, a que nos sentemos a trabajar de manera coordinada para tener un gran triunfo en 2025 que nos permita volver a La Moneda, que nos permita tener mayoría en el Congreso”. El diputado de RN, Diego Schalper, planteó que “la única manera de que aseguremos un triunfo es llegar con un candidato único de oposición” y sostuvo que es necesario que Republicanos entiendan que “aquí hay algo que trasciende las legítimas matices y diferencias, que si quieren las podemos abordar”, y es vencer en la elección presidencial de 2025”. En los pasillos de la oposición se sabe que dentro de la propuesta programática que está elaborando la virtual candidata presidencial conservadora, Evelyn Matthei (UDI), se considera incluir ideas y propuestas surgidas desde los Republicanos y segmentos ultraconservadores, sobre todo en temas como seguridad pública, economía, migración y los llamados “temas valóricos”. Hay reticencia de Republicanos, el PSC pretende ir solo y generan ruido candidaturas de Rodolfo Carter y Johanne Kaiser, pero queda un camino por andar, y nada está dicho de cómo finalmente resolverán el desafío 2025 los sectores conservadores y ultraconservadores.
Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 12/2024. El presidente y el secretario general de la Unión Demócrata Independiente (UDI) son de la tesis de que hay que ir aliados con el Partido Republicano (PRE) a las elecciones legislativas y presidenciales del próximo año. No sólo lo exteriorizan, sino que hacen gestos como el de Guillermo Ramírez, timonel de la UDI, que echó atrás su declaración sobre ceder a entregar un 0,5% de las cotizaciones al sistema de reparto (en la reforma de pensiones), diciendo que “cometí un error”, en respuesta a José Antonio Kast, el líder ultraderechista que lo llamó a que “cumpla su palabra”. Eso se suma a la búsqueda de coincidencias programáticas y políticas entre el conglomerado de la derecha “Chile Vamos” (donde están Renovación Nacional, Evolución Política -Evópoli- junto a la UDI) con los Republicanos e incluso con el Partido Social Cristiano (PSC).
En los pasillos de la oposición se sabe que dentro de la propuesta programática que está elaborando la virtual candidata presidencial conservadora, Evelyn Matthei (UDI), se considera incluir ideas y propuestas surgidas desde los Republicanos y segmentos ultraconservadores, sobre todo en temas como seguridad pública, economía, migración y los llamados “temas valóricos”.
“Existe el viejo dicho, divide y reinarás. Eso es exactamente. Los que están divididos finalmente no gobiernan. Así que hay que tratar de lograr la unidad con todos los que se puedan”, aseveró hace unas semanas Matthei en un gesto político a las fuerzas opositoras que están fuera de Chile Vamos.
Después de las elecciones municipales y regionales de octubre recién pasado, que dejó “gusto a poco” en la derecha, y donde se frustró una supuesta arremetida y holgado triunfo frente al oficialismo cosa que no ocurrió, aumentaron las opiniones de la necesidad de fraguar una alianza político-electoral entre la derecha y la ultraderecha.
Guillermo Ramírez, presidente de la UDI, poco después de esos comicios, declaró que “la mayor lección que nos deja la elección es que la única forma de derrotar a la izquierda es con unidad hasta que duela”, en tácita referencia al PRE y acentuó: “No podemos volver a repetir errores. Errores como, por ejemplo, ir separados en primera vuelta pensando en que después se arreglaba todo en segunda”.
En tanto Juan Antonio Coloma, secretario general de la UDI, expresó que pese “al esfuerzo gigante que hicimos desde Chile Vamos, no logramos convencer a nuestros socios de la oposición para tener candidatos de unidad desde el día uno (a las municipales y regionales). Creo que eso es una elección que hay que sacar. Y lo que nosotros esperamos es que pensando en lo que viene, que ya para el próximo año podamos entender que la forma de enfrentar al gobierno de Gabriel Boric es con la unidad total desde la oposición y ese es el llamado que estamos haciendo desde la UDI”.
Guillermo Ramírez fue muy preciso: “Nosotros le hacemos un llamado a todas las fuerzas opositoras, a nuestros socios de Chile Vamos, que sabemos que están en la misma lógica que nosotros, al Partido Republicano, al Partido Social Cristiano y a todos aquellos que se sientan movimientos o partidos de oposición, a que nos sentemos a ver cómo vamos a trabajar de manera coordinada para tener un gran triunfo en 2025 que nos permita no solamente volver a La Moneda, sino que nos permita tener por primera vez gobierno y mayoría en el Congreso para poder hacer las transformaciones que Chile reclama y que durante tanto tiempo se le han negado”.
En ese camino, dentro de Chile Vamos, pero también en segmentos de Republicanos, hay acercamiento en cuatro objetivos centrales: evitar un triunfo electoral legislativo de fuerzas progresistas y de izquierda, evitar un triunfo presidencial de las alianzas oficialistas, lograr presentar una propuesta cohesionada de toda la población y hacer una campaña electoral común que dé con el éxito en la presidencial y la legislativa.
El diputado de Renovación Nacional, Diego Schalper, planteó que “la única manera de que aseguremos un triunfo es llegar con un candidato único de oposición”. Sostuvo que es necesario que Republicanos entiendan que “aquí hay algo que trasciende las legítimas matices y diferencias, que si quieren las podemos abordar”, y es vencer en la elección presidencial de 2025. Argumentó que “si llegamos con un candidato de oposición, lo más probable es que Chile opte por un cambio de rumbo, pero en cambio, si llegamos con tres o cuatro opciones a la primera vuelta, esto se puede ver enredado”.
Hay vocerías radicales en ese camino de cohesión opositora, como la idea del senador de RN, Manuel José Ossandón, en cuanto a que Evelyn Matthei renuncie a su militancia en la UDI y así los represente “a todos” en la oposición. Opinó que “un problema que veo es su militancia UDI, pues le quita transversalidad, algo que es muy importante para llegar a la Presidencia. Creo que ella debería renunciar al partido”. El tema es que legalmente ya pasó el tiempo para que Matthei pueda ser candidata sin militancia, es decir, como independiente, pero en la oposición se entendió la idea de Ossandón de apuntar a una candidatura que reúna a toda la derecha y la extrema derecha. Se estima que ya hay un paso dado cuando salen noticias que desde la directiva y bancada legislativa de RN optarían por no postular a alguien de sus filas y respaldar a Evelyn Matthei.
Hay permanentes insistencias en buscar la unidad entre Chile Vamos, Republicanos, PSC y otros segmentos, como de la diputada Marlene Pérez (Independiente-UDI), que insistió en que “es fundamental dejar de lado los egos y las mezquindades, especialmente en un momento tan crucial como el que enfrenta Chile. La prioridad debe ser el bienestar del país y elegir a la mejor persona para gobernar. Es importante tener una visión amplia y macro de la situación, y no centrarse únicamente en intereses partidistas”.
Sebastián Sichel, excandidato presidencial de la derecha, indicó, en referencia a un acuerdo con Republicanos, que “si hay prioridades programáticas, si alguien me dice que queremos crecimiento, seguridad, pero también reformas sociales que incorporen a sectores postergados y queremos incorporación de libertades individuales en la agenda, yo firmo un acuerdo con ellos para ganarle al Frente Amplio”.
Las piedras en el camino
Claro que no sólo se cruzan temas programáticos y políticos, sino aspiraciones de liderazgos y cuotas de representación.
De partida, todo indica que en la mayoría de la directiva de Republicanos hay, hasta la fecha, el convencimiento de ir a primera vuelta con José Antonio Kast porque, entre otras cosas, potenciará a la colectividad. Desde el PSC se anunció que irían solos con una candidatura presidencial a primera vuelta. Y muchos en RN, la UDI y Evópoli piensan que sí o sí la candidatura opositora de primera vuelta debe ser de Chile Vamos. Todo eso lleva a un escenario de primarias de toda la oposición (desde el PRE no hay convencimiento) o simplemente correr en primera vuelta. En ese camino algunos personeros sostienen que en segunda vuelta vendría la alianza que posibilitaría el triunfo. Pero algunos se inquietan porque en la segunda vuelta Kast-Boric, hubo un agrupamiento de fuerzas progresistas, de izquierda, socialdemócratas, liberales e independientes que le provocó una derrota al candidato ultraderechista, pese a que había ganado en primera vuelta.
Kast lo sintetizó así: “La primera vuelta no la va a ganar nadie”. Entonces, sostuvo que “la unidad se logra en segunda vuelta”. Amenazante, Arturo Squella, presidente del Partido Republicano, advirtió que Kast tiene “coraje y pantalones”, y por eso “competiremos con él en primera vuelta presidencial y le devolveremos a Chile la seguridad y la paz que perdimos hace décadas”.
En todo caso, el jefe de los Republicanos declaró que “si nos convence una unidad en cómo hacemos que Chile vuelva a crecer, unidad para enfrentar a la delincuencia y el crimen organizado, unidad para achicar al Estado, en todo eso viva la unidad”, dejando abierta una posibilidad de acuerdo con Chile Vamos.
En esa línea, Guillermo Ramírez dio más luces para ir a un acuerdo. “El Partido Republicano -dijo- tiene todo el derecho del mundo de querer competir en la primera vuelta presidencial. Pero ojalá podamos sentarnos y conversar para intentar llegar a un acuerdo sobre una unidad mucho más amplia y quizás tener una primaria presidencial que abarque a Chile Vamos, al Partido Republicano, y a todos los candidatos independientes que hoy son parte también de la oposición”.
También hay miradas hacia el lado porque Republicanos y gente del Partido Social Cristiano estiman que en una alianza para el Senado y la Cámara de Diputadas y Diputados correrían con desventaja ante Chile Vamos, no tienen confianza en que la derecha tradicional les otorgue cupos con gran posibilidad de electividad, y se especula con una negociación parlamentaria no sólo difícil sino que abortada desde el inicio. Pero en la derecha tradicional se piensa que nada está cerrado aún.
Voces que provinieron sobre todo de RN y Evópoli sostuvieron la necesidad de mantener distancia de la extrema derecha e incluso minimizan la fuerza de Matthei, aunque parecen estar en un rincón sin mucha incidencia en el sector y al final de cuentas no gravitarían en un acuerdo de gran envergadura política y electoral. Pero, se afirma en la oposición, esos sectores pueden pasar del rincón al centro del living político y lograr que las cosas vayan por otro camino, como una primaria sin Republicanos y un acuerdo electoral legislativo donde sólo esté Chile Vamos.
Sale al camino de las pretensiones de la derecha tradicional factores como las candidaturas presidenciales del exalcalde Rodolfo Carter y del legislador Johannes Kaiser, quienes sobre todo representante opiniones de extrema derecha y, por tanto, puede ser no sólo un dolor de cabeza para Matthei y Chile Vamos, sino también para Kast y el Partido Republicano.
Hay reticencia, pero queda un camino por andar, y nada está dicho de cómo finalmente resolverán el desafío 2025 los sectores conservadores y ultraconservadores. En ello, por cierto, podría gravitar cómo ven al adversario en frente, porque tampoco en el oficialismo y más allá, sobre todo considerando colectivos de izquierda y sociales, está todo muy nítido respecto a los niveles de unidad que podrán alcanzar, cómo encararán la presidencial y las elecciones legislativas.