“La candidatura de Jara vuelve a poner el conflicto en el clivaje pueblo-oligarquía”: Rodrigo Karmy

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En entrevista en Radio Universidad de Chile, el académico de la Universidad de Chile dijo también que Jeannette Jara, candidata presidencial del progresismo y la izquierda, “es la versión de izquierda del bacheletismo y el bacheletismo es la única estética política que sobrevivió a la debacle de octubre”. Sostuvo que “lo que pasó en la primaria del progresismo puede ser entendido como un laboratorio de lo que podría pasar en la elección presidencial. Si la izquierda mantiene esa estética bacheletista de no entrar a responder bajo el código ideológico del anticomunismo, que es lo que comenzó a hacer Tohá. Entonces, puede ganar”. El también analista advirtió, mirando el escenario político nacional, que “la pregunta que se le plantea a Jeannette Jara es básicamente si va a tener la capacidad política de alterar esa cartografía electoral”.

“El Siglo”. Santiago. 5/7/2025. Rodrigo Karmy, analista y académico de la Universidad de Chile, fue entrevistado en Radio Universidad de Chile por la periodista Bárbara Paillal, sobre los efectos y características de la candidatura presidencial de Jeannette Jara, que representa a las fuerzas progresistas y de izquierda, y otros factores del escenario político-electoral chileno. Esta es una selección de párrafos destacados de dicha entrevista.

“Jeannette Jara significa un rostro popular y un rostro, entre comillas, ciudadano que es completamente distinto al oligárquico, característico de la elite política y económica. En ese sentido, siempre pensé que (Carolina) Tohá no tenía ninguna posibilidad de ganar, a pesar de todos los bombos y platillos con las que se presentaba, precisamente porque el Socialismo Democrático era básicamente el remanente y estertor último de la Concertación y, de alguna manera, la candidatura de Tohá dirimía la definitiva muerte de este conglomerado y particularmente de ese legado que fue la transición”.

“La candidatura de Jara es interesante porque vuelve a poner al desnudo el conflicto irresuelto al interior de la sociedad chilena que se dirime, por así decirlo, en el clivaje de pueblo-oligarquía. Entonces, por más que quieran ocultar ese clivaje, por más que se quiera desplazar, situarlo en otros derroteros, algo así como sensatez versus insensatez, democracia versus fascismo, la cuestión que está de fondo es el proceso constituyente irresuelto que visibiliza la estructura de la lucha de clase en Chile y que, de manera muy caricaturesca, responde a ese clivaje pueblo-oligarquía que Jeannette Jara simboliza. Simboliza ese pueblo contra la oligarquía que sería representada precisamente por el Socialismo Democrático”.

“El centro en realidad es un vacío sin fondo, no existe. Los electores de centro están votando por (Evelyn) Matthei y eso se expresa de manera muy clara en, primero, Amarillos trató de armar una candidatura, no reunió las firmas, no le resultó. La Democracia Cristiana a través de (Alberto) Undurraga armó una “robinzonada” completa y él mismo casi se autoproclama y fue acusado por los propios militantes de la Democracia Cristiana de no responder a lo que el consejo general había dicho. También se cayó sola la candidatura de Undurraga. Y Tohá apunta al centro y ¿qué es lo que le pasa cuando apunta al centro? Se cae. Y lo que le va a pasar a Matthei es que también está apuntando al centro y se va a caer, ¿por qué? Porque el centro básicamente es un vórtice donde, en el fondo, lo que hay en ese centro ya no es un electorado claro y distinto, sino más bien es la fuerza de octubre la que está ahí, que está engullendo a eso que se llamó la clase política tradicional que es heredera de la transición”.

“Jeannette Jara es la versión de izquierda del bacheletismo y el bacheletismo es, por decirlo de alguna manera, la única práctica, la única estética política que sobrevivió de alguna manera a la debacle de octubre, porque es una estética política que no consiste en arrimarse y parapetarse a los partidos políticos, sino más bien dejar a los partidos políticos en una función secundaria y entrar directamente a la conversación ciudadana, como le llamaba Bachelet”.

“Una segunda cuestión es que tenemos un problema desde el punto de las izquierdas y es que existe una cartografía electoral que se ha mantenido intacta desde el primer proceso constitucional hasta la actualidad. Y esa cartografía electoral es la proporción entre 60 a 40. 60% rechazo, 40% apruebo. Esa proporción, si tú la extrapolas a la elección, a las distintas encuestas que ha habido respecto de  las presidenciales, siempre la derecha está marcando sobre 51% para arriba, quiero decir, la sumatoria de Parisi, Kaiser, Matthei y Kast”.

“La sumatoria de todos los candidatos de derecha suman alrededor de un 60% que responde a la proporción con la que ganó el rechazo, y en cambio el progresismo sigue, por ejemplo, la aprobación al Presidente (Gabriel) Boric, y la candidatura eventualmente de Jara podría llegar a un 30%, eventualmente un 40%. Entonces, se mantiene la proporción del apruebo. El proceso de la revuelta del 2019 sigue marcando, en este caso, las elecciones presidenciales del 2025. Para el progresismo va a ser muy difícil, pero muy difícil revertir esa proporción. La pregunta que se le plantea a Jeannette Jara es básicamente si va a tener la capacidad política de alterar esa cartografía electoral”.

“La única alternativa que tiene Jara en este punto es no entrar en la discusión, entre comillas, ideológica. La paradoja es la siguiente, la derecha va a intentar por todos los medios de decir que esto es una candidatura comunista y que nos va a llevar a qué sé yo, a Corea del Norte, y si tú le contestas a ese discurso diciendo que el comunismo es democrático, que aquí y allá, eso es entrar en el código, entre comillas, ideológico que te plantea la derecha y, por lo tanto, pierdes. La alternativa de Jeannette Jara me parece que es distinta. Al poner en juego esta estética bacheletista no responde a eso de manera ideológica, sino que responde con una sensibilidad distinta hacia la ciudadanía y no hacia la derecha, es decir, con una lectura post ideológica antes que ideológica”.

“Yo creo que lo que pasó en la primaria del progresismo puede ser entendido también como un laboratorio de lo que podría pasar en la elección presidencial que se viene en noviembre. Si la izquierda mantiene esa estética bacheletista de no entrar a responder bajo el código, entre comillas, ideológico del anticomunismo, que es lo que comenzó a hacer Tohá. Entonces, puede ganar, ¿por qué? Porque esa estrategia bacheletista permite proteger la pasión alegre frente a la pasión triste del miedo. Y mantiene a la otra candidatura acusándote de comunista, comunista, comunista y, por lo tanto, deja la otra candidatura sin propuestas y completamente reducida a la antinomia con el otro”.

“Entonces, creo que una alternativa interesante para que el progresismo pueda revertir esta proporción del 60-40, sería que el anticomunismo prolifere, pero responder bajo esta otra estética y no responder bajo el raciocinio tan racionalista, como frecuentemente lo hace tanto el Partido Comunista como otros partidos de izquierda”.

Foto: Paulo Slachevsky. LOM.