La diputada del Frente Amplio sostuvo que frente a la agenda legislativa que viene y las elecciones de noviembre “es condición que la sociedad pueda respaldar proyectos de ley, es una condición para que puedan avanzar. Espero que la sociedad tenga una presencia relevante, sobre todo porque los contextos electorales marcan y dan esa apertura”. En esa línea manifestó que “cualquier discusión, ya sea respecto a cómo conformamos las listas parlamentarias, la discusión de las candidaturas presidenciales, debe ir marcada por el objetivo, y el objetivo es que la derecha más reaccionaria no gobierne”. Sobre las opciones presidenciales, la congresista anotó que se debe dar en un marco de unidad del oficialismo y con una candidatura que tenga “las mejores condiciones para ganar, ese debiese ser uno de los criterios al momento de definir el nombre”. Indicó que el FA tomará las decisiones en una reunión ahora en marzo, aunque reiteró que dos nombres que tienen son los del alcalde Tomás Vodanovic y la embajadora Beatriz Sánchez. Sobre Michelle Bachelet, Gael Yeomans indicó que “vamos a propender hacia su candidatura si se define así” y ante el recordatorio de los cuestionamientos que como Frente Amplio le hicieron a la exmandataria, sostuvo que “nosotros fuimos parte del movimiento social en su momento, y la forma de relacionarnos con la presidenta Bachelet tenía que ver con ese contexto y con ese rol”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 2/2025. Es de las congresistas que se están preparando para una agitada agenda legislativa a partir de marzo, cruzada por el tema de las candidaturas para las elecciones presidenciales y legislativas de noviembre próximo.
Esta abogada es una de las voces del partido Frente Amplio y tiene un camino andado en la organización. Fue secretaria general de Izquierda Libertaria y luego presidenta de Convergencia Social. Inició sus batallas políticas en enseñanza media y lleva ahora dos períodos en la Cámara de Diputadas y Diputados.
Gael Yeomans Araya, en entrevista con ElSiglo.cl abordó temas contingentes como los proyectos a tratar en la Cámara Baja, el rol que está jugando la derecha y la extrema derecha, los desafíos del oficialismo frente a la candidatura presidencial y específicamente qué ocurre con la expresidenta Michelle Bachelet.
Hay una intensa agenda legislativa que comienza ahora en marzo, hay proyectos como negociación ramal, aborto, eutanasia, mecanismo de financiamiento de la educación superior. Cada uno tiene sus especificidades y recorridos, pero son temas controversiales, nada fluidos. ¿Es una agenda complicada, tensa, con posibilidades de que no todo salga adelante?
Sabemos que en el Congreso no tenemos mayoría, por lo tanto esa agenda no puede depender sólo de nosotros, entendiendo que la derecha tiene una gran presencia en el Congreso. En ese sentido, el desafío estará en que esos debates sean debates sociales, en donde la agenda pública también se aboque a dar esa discusión en las casas, en las familias, en las organizaciones. Ahí va a estar nuestra intención, de que la discusión salga del Congreso, que se dé en la sociedad.
¿Que haya movilización social en torno de esos proyectos?
Sí, porque es condición que la sociedad pueda respaldar estos proyectos de ley, esa es una condición para que puedan avanzar. Cuando la sociedad no está presente, sus intereses tampoco van a estar en la agenda del debate político. Por lo mismo será relevante que podamos lograr que esa discusión se dé a nivel social. Para eso, la presencia de los movimientos sociales es importante, también respecto a los marcos y el interés que se pueda generar respecto a los debates. Eso será parte de los desafíos al menos en términos políticos nuestros.
¿Ustedes esperarían, en una mirada positiva, que sectores de la oposición se abran a negociar, a llegar a un acuerdo, y que finalmente algunos de esos proyectos puedan salir?
Creo que la agenda no puede depender del gusto de la derecha, sino más bien sea la sociedad la que vaya impulsando los debates. Eso hará que los parlamentarios tengan en consideración la visión mayoritaria social, sobre todo ad portas de las elecciones. Eso va a marcar en gran parte la posibilidad o la mirada más amplia que puedan tener algunos parlamentarios de derecha de escuchar a la sociedad, de tener mayor interés de representarla, y en ese sentido vayan dando apertura a algunos proyectos de ley, que pueda cambiar el escenario y tener mayor adhesión. Eso es posible, lo hemos visto en otros debates, como el proyecto de jornada de 40 horas semanales que pasó, a pesar de que al inicio algunos parlamentarios no estaban a favor y cambiaron su parecer a lo largo del tiempo. Tengo la misma expectativa respecto a otras iniciativas, como el CAE y el financiamiento de la educación superior. En la iniciativa del aborto hay que tener una mirada más amplia, donde el Estado no se vea como un ente que impone una visión a las mujeres, sobre todo en una decisión tan relevante como ser madre o no. Por eso yo espero que la sociedad tenga una presencia relevante, sobre todo porque los contextos electorales marcan y dan esa apertura.
“El Gobierno tiene un proyecto que es hacer transformaciones para avanzar en derechos sociales”
En ese marco se comenzó a hablar del relato del Gobierno, del sello, el Presidente Gabriel Boric dijo que queda el 25% de su administración, queda un año, ¿cómo mira esa instalación?
Efectivamente no está terminado el Gobierno, tampoco está terminado el ciclo que le toca al Parlamento, hay que legislar y llevar a cabo en el caso del Gobierno algunas políticas públicas comprometidas. Hay varios temas ejes que aún están por implementarse o zanjarse. Yo tengo mucha expectativa respecto a cómo se puedan ir dando las discusiones públicas y de que se terminen algunos debates. Hay proyectos que aún siguen su trámite y que lamentablemente no avanzan. Por ejemplo, en materia de derechos de las mujeres vamos a tener un nuevo 8 de marzo sin equidad salarial, y me parece que no hay excusa, no hay justificación por parte de senadores o senadoras de no hacer avanzar ese proyecto de ley y dar por tramitada y terminada su discusión.
¿Este Gobierno va a lograr tener un relato? Se lo pregunto entre otras cosas por el efecto electoral que pueda tener.
El Gobierno tiene un proyecto que es hacer transformaciones para avanzar en derechos sociales y para eso se requiere fortalecer el Estado y no disminuirlo como pretende la derecha copiándole a (Javier) Milei, cuando vemos las consecuencias sociales que eso genera. Por lo mismo, nuestro deber está en defender la necesidad de ampliar lo público para tener mayores derechos sociales. En ese sentido, el marco de reformas, de proyectos, de iniciativas, va en esa línea. Así lo vimos con la reforma de pensiones que a pesar de que no se logra el todo del proyecto que tenía el Gobierno, se logra avanzar en algo relevante que es la incorporación del seguro social que tendrá consecuencias efectivas en la vida de los jubilados, de las jubiladas sobre todo, aumentando sus pensiones, lo cual también va a demostrar que es lo público lo que logra aumentar las pensiones, y los privados, en este caso las AFP, dentro de los derechos no están dando garantías. Tenemos que seguir avanzando en esas ideas, en esa orientación se acumula fuerza, se van rompiendo ciertos mitos. En un sistema tan neoliberal como el nuestro es necesario mostrar una alternativa.
¿En este marco cómo ve el papel que juega la derecha y la extrema derecha?
Hay un riesgo en nuestro país, también lo veo en gobernantes que tienen esa mirada de extrema derecha en otros países y que implican retrocesos. Milei, al otro lado de la Cordillera, anuncia que pretende anular la ley de femicidios, y ese es un retroceso bien importante en los avances de los derechos de las mujeres. Si uno ve en Chile esta extrema derecha representada por (Johannes) Kaiser, por (José Antonio) Kast, están reflejándose en ese Gobierno de Milei en Argentina. Esas son las implicancias de hacer avanzar a una derecha más reaccionaria que pretende quitar derechos, que pretende quitar y desmantelar el poco poder y espacio que tiene el Estado y que es el que ha permitido darle subsistencia a las personas. Cuando hablamos, por ejemplo, de la implicancia de la PGU, ha sido darles subsistencia a personas que no tenían pensión porque el sistema era capitalización individual administrada por las AFP. Esas son las consecuencias y los peligros que una puede ver a manos de gobiernos de extrema derecha. Ahora, en el caso de Evelyn Matthei, y los gestos que ha hecho la derecha durante este tiempo, ha sido construir un mismo bloque con el mundo de la derecha más conservadora y que nos quiere hacer retroceder. No veo que vayan a existir diferencias, al contrario, veo como se van asimilando, como sus parlamentarios van haciendo eco a los discursos de retroceso y eso es un riesgo para la sociedad, un riesgo para el país.
“El objetivo es que la derecha más reaccionaria no gobierne»
Frente a eso se viene la elección presidencial. Evelyn Matthei marca primera en los sondeos. Kaiser se instaló. Los partidos socialdemócratas, progresistas y de izquierda tienen una tarea por delante en eso.
Frente a la posibilidad de que esa derecha más reaccionaria, representada por Kaiser y por Kast, e inclusive la propuesta que vayan a presentar con Matthei, es un peligro para el país, y ante eso la unidad se hace fundamental. Esa es una orientación inicial que me parece que debiésemos tener todos quienes pretendemos no retroceder en los derechos alcanzados. Cualquier discusión, ya sea respecto a cómo conformamos las listas parlamentarias, cómo se da lugar a la discusión de las candidaturas presidenciales, debe ir marcado por el objetivo, y el objetivo en este caso es que la derecha más reaccionaria no gobierne, que no haga retroceder al país, sino que más bien sigamos en una ruta de avance. Para eso, condición de posibilidad es la unidad.
¿Piensa, en ese cuadro, que debería haber una sola candidatura presidencial del sector oficialista, una sola lista parlamentaria?
Tenemos un Comité Central en el Frente Amplio donde vamos a tomar todas las definiciones al respecto. Yo espero que sea la unidad la que prime, y en cuanto a eso me parece relevante que esa unidad sea en torno a las ideas, en torno del programa, a la definición de proyecto país que estamos proponiendo. Eso va a darle respaldo a cualquier candidatura presidencial que se levante desde nuestro bloque, ya sea definida en primaria o porque definimos conjuntamente que una candidatura era la que mejor podía representar a este mundo. En ese sentido está el desafío, independientemente de quien lo asuma, obviamente quien lo asuma con las mejores condiciones para ganar, y ese debiese ser uno de los criterios al momento de definir el nombre.
Los anteriores cuestionamientos a Michelle Bachelet
¿Ustedes en el Frente Amplio están esperando en estos días la decisión de Michelle Bachelet?
Nosotros más bien vamos a tomar definiciones de todas formas como partido. Pero, como te decía, lo importante es construcción de unidad y, por lo tanto, el diálogo que se tenga con los otros sectores va a ser determinante respecto a las definiciones que tomemos. Si hay primarias vamos a presentar nuestra candidatura que, lógicamente, tenga condiciones para ganar.
¿Cómo responder a los cuestionamientos, recordatorios, de que ustedes como Frente Amplio fueron muy críticos con Michelle Bachelet y ahora la ven como carta presidencial o un personaje que une al sector?
Lo que puedo decir en términos personales es que nosotros fuimos parte del movimiento social en su momento, y la forma de relacionarnos con la presidenta Bachelet tenía que ver con ese contexto y con ese rol. Nosotros vamos a propender hacia su candidatura si se define así. Me parece que fue una presidenta, sobre todo en el segundo período que tuvo de Gobierno, que estuvo marcada por la intención de avanzar en materia de derechos, sobre todo en lo educacional, en los derechos de las mujeres.
¿Del Frente Amplio siguen siendo los presidenciales el alcalde Tomás Vodanovic y la embajadora Beatriz Sánches, hay otros nombres?
No puedo adelantar mucho, soy respetuosa de nuestra instancia colectiva, partidaria, pero efectivamente ellos son parte de las decisiones que tomemos. En particular creo que ambas figuras son relevantes para nuestra historia y también porque tienen una buena llegada con la sociedad, y es un requisito importante para tener buenos resultados.
En lo que hemos conversado, la agenda legislativa, las definiciones electorales, ¿hay que mejorar el ambiente, la interlocución en el mundo oficialista?
De todas formas. Es relevante tener unidad de propósitos, unidad de nuestras ideas, y luego las diferencias se verán entre nosotros. Pero cuando se trata de buscar la distancia para marcar presencia, pretender construir desde la diferencia, ahí nos debilitamos y así la derecha avanza. Un buen ejemplo fue la reforma de pensiones donde a pesar de todos los debates que tuvimos, a pesar de los matices que hubo, nos mostramos en unidad. En cambio la derecha se mostró dividida. Ahí hay una clave para nuestro avance.