Kast: el peligro de inestabilidad, tener “la calle incendiada”, del engaño a la gente

Compartir

Recorte en gasto social, afectación a pago de indemnización por años de despedido, eliminación de la jornada de 40 horas, seguir con IVA en alimentos y medicinas, indulto a condenados por crímenes de lesa humanidad y abuso sexual, mentiras como que en Chile hay 1 millón 200 mil asesinados, limitaciones a derechos de las mujeres, limitaciones al derecho a huelga, son aseveraciones del candidato de la extrema derecha y que podría llevar, como lo dijo su socio político Rodolfo Carter, “nos paralizan el país al día siguiente…vamos a tener la calle incendiada”. Es decir, se vendría la inestabilidad, el fin de la paz social.

Gonzalo Magueda. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 13/12/2025. José Antonio Kast, candidato presidencial de la extrema derecha, se convirtió en un peligro. Se está comprobando que está ocultando sus reales propósitos, que algunas de sus medidas pueden generar desestabilización y afectación a la paz social, que tiene la intención de afectar a trabajadores y las políticas sociales del sector público y que, por el contrario, le va a dar privilegios a las grandes empresas y los consorcios financieros. Eso, sin dejar de lado el retroceso que habrá en derechos humanos con la posibilidad del indulto a violadores de derechos humanos y autores de crímenes de lesa humanidad, y hasta a condenados por abuso sexual como lo planteó un legislador partidario de Kast.

Lejos de aclarar las cosas a ojos de la ciudadanía, Kast arremete permanentemente contra el Presidente Gabriel Boric, amenaza con que los comunistas tienen que “portarse bien” (ya se sabe lo que hizo el sector de Kast cuando los comunistas se portaron mal en el gobierno de Salvador Allende), dice que a él lo agreden e insultan sin hablar nunca de los alrededor de 4 mil ejecutados políticos y detenidos desaparecidos por la dictadura que él respaldó, y altera cifras grotescamente como decir que en país se asesinaron en el último tiempo a un millón 200 mil personas.

Como señaló la candidata presidencial Jeannette Jara, refiriéndose a la actitud de Kast, “hay gente que se acostumbra que cada vez que se le pregunta algo responde con un ataque para el otro lado, no es capaz de dar respuestas”.

Cuando el dictador Augusto Pinochet estaba detenido en una clínica en Londres, Reino Unido, dijo que estaba muy enfermo, prácticamente inmóvil, y se clamó por traerlo a Chile; cuando se bajó del avión le pusieron una silla de ruedas y él, sonriente, se paró y caminó, provocando la risa y el aplauso de sus partidarios. Se vanagloriaban de la capacidad de engaño, de la burla a la gente. Ese guion lo está repitiendo José Antonio Kast.

Todos los medios de prensa, incluso afines a la extrema derecha y la derecha, especialistas en las materias y legisladores, tuvieron que salir a desmentir cifras entregadas por Kast hace días, y marcarlas como “falso”. Que en Chile hay un millón 200 mil personas asesinadas, 40 mil muertos de la lista de espera en Salud, y un millón de desempleados. Algo inverosímil en un candidato presidencial y que por sus dichos, en otros países podría haber quedado fuera de la elección por mentir explícitamente.

Durante meses, Kast se ha negado a decir cómo logrará el recorte de 6 mil millones de dólares al presupuesto público. El cercano al candidato y senador electo, Rodolfo Carter, aclaró por qué no se dice en qué se recortará el gasto. “Los 6.000 millones de dólares se dividen en tres tercios: aproximadamente 2.000 millones en recortes presupuestarios que, evidentemente, no vamos a decir porque nos paralizan el país al día siguiente (…) Es claro que si usted dice ‘termino con el programa X’, vamos a tener la calle incendiada”. Más claro, echarle agua. Kast no se refiere al tema porque sabe que afectará a millones de personas con suspendió de programas y apoyos sociales lo que provocará reacción social y popular. Por eso lo oculta. Por eso Carter reconoce que habrá “calle incendiada”.

A eso se agregan otros propósitos del candidato de la extrema derecha como cortar indemnizaciones por años de servicios a trabajadores despedidos, quitar en varias áreas la jornada laboral de 40 horas semanales, mantener el IVA en medicinas y alimentos, sabotear la negociación ramal, limitar el derecho a huelga, no avanzar en derechos sociales y reproductivos de las mujeres. Eso provocaría movilizaciones de empleados públicos, centrales y organizaciones sindicales, de pobladores y trabajadores.

Al mismo tiempo, el aspirante de la ultraderecha quitaría el impuesto a la ganancia de capital y bajaría impuestos a los súper ricos, beneficiando a grandes empresarios, grupos familiares multimillonarios y consorcios financieros nacionales y extranjeros.

Con Kast se está abriendo la posibilidad de indultar a decenas de condenador por violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, y desde sus filas se está promoviendo indultos a presos por abuso sexual y otros graves crímenes. También hay omisión intencionada respecto a derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, evitar que avance el aborto legal y torpedear la ley de interrupción del embarazo por tres causales. En estas materias, se produciría la reacción movilizadora de las agrupaciones de derechos humanos y del movimiento feminista.

Es decir, con las medidas de Kast no sólo se esperan serios retrocesos sociales, de apoyos a las familias chilenas, de sorpresas con medidas antipopulares, sino la reacción de amplios sectores del movimiento social y la sociedad civil.

A todo lo anterior hay que añadir “las confusiones” respecto a expulsar miles de migrantes, las referencias muros o militares en las fronteras, no decir nada en cuanto a quitar el secreto bancario para perseguir a narcotraficantes, ni saber si apoyará las políticas militares y represivas de los mandatarios de Estados Unidos, Argentina y Ecuador.

Es el peligro de inestabilidad, de tener “la calle incendiada”, del engaño a la gente.

Es así que la ministra vocera de gobierno, Camila Vallejo, declaró que “por respeto a nuestros compatriotas, debe haber transparencia e información sobre cómo se implementarán las propuestas. Lo que corresponde es que tanto los candidatos como sus colaboradores informen a la ciudadanía con total transparencia” sobre sus propósitos.

Se podría apuntar a que en una carrera presidencial hay debates, controversias, distintas miradas, diferentes proyectos, pero otra cosa son emitir mentiras, falsedades y esconder propósitos, que parece ser el camino del candidato de la extrema derecha.

Por cierto, valdría la pena que quienes vayan a votar por Kast lo asuman públicamente, no lo escondan siguiendo una práctica de él, y después den la cara frente a las consecuencias.