Irene Geis. Eliana Cea

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El triste fallecimiento de dos destacadas periodistas chilenas.

Santiago. 23/06/022. Irene Geis: una periodista de intensas pasiones

Oriana Zorrilla. Periodista. Apasionada por las noticias, sarcástica, certera de opiniones y una voz de tonalidades inconfundibles, Irene Geis llamó a sus más cercanas amigas y colegas para decir adiós a un mundo inhóspito para los y las periodistas “de antes”.

Es cierto que estaba algo aislada por sus dolores físicos y del alma, pero la corresponsal extranjera, escritora y atractiva mujer que nació en Alemania, se va con la admiración y la gratitud de quienes compartieron con ella labores profesionales, de sus alumnas/os de cátedra en las universidades de Concepción, Universidad de Chile, Bolivariana y Academia de Humanismo Cristiano y de los lectores de sus libros publicados entre 1984 y 2015.

Se reconocía como una mujer “de izquierda”, sin militancia, que escogió su trinchera siendo reportera política del vespertino La Segunda al conocer entre los periodistas del sector político a Manuel Cabieses y, en su paso por la Universidad de Concepción, la impactó esa pléyade de dirigentes encabezados por Miguel Enríquez. Admitió haber militado en el MAPU a instancias de Rodrigo Ambrosio, sin embargo, su espíritu libertario no la amarró por mucho tiempo. Fue a Salvador Allende a quien le dedicó su máxima admiración y respeto, tanto por su vida como por su muerte.

Hija de un matrimonio judío-alemán llegó a Chile de dos años, se sintió siempre desarraigada al ser tratada como “judía de mierda” en su infancia en un colegio religioso. En el Liceo 7 descubrió su vocación de periodista y luego de estudiar con las primeras generaciones de la Universidad de Chile se transformó en reportera del diario La Tercera, redactora de revistas Flash y directora de Siete Días.

También fue conductora y editora de programas en Canal 9 de la Universidad de Chile, primera mujer directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción y cronista sobresaliente en el vespertino La Segunda. Su extensa carrera periodística la hizo merecedora del premio Lenka Franulić y el del Taller 60 que otorga Casa de Las Américas, ambos en 1967.

Irene Geis vivió un amargo exilio en Argentina y en Alemania transformándose en una reconocida periodista del matutino La Calle y luego en La Opinión, además de recoger el material para dar a luz sus libros Exiliario y Copa de Vinagre.

De regreso a Chile encontró un país complejo y a personas que eran capaces de atravesar la calle para no encontrarse con ella. Junto con incorporarse a la revista Análisis, Pluma y Pincel y directora de Fortín Diario, seguía trabajando como corresponsal de IL Manifesto, Latinamerican Newsletter y del vespertino bonaerense La Razón, como de la revista Nueva Sociedad de Venezuela.

Dos anécdotas de Irene Geis en la memoria. Una que recuerda Patricia Collyer cuando les decía a los periodistas jóvenes de Análisis “traten de llegar inteligentes mañana”. Y otra en mi memoria: en una de las múltiples manifestaciones en defensa de la libertad de expresión durante la dictadura, caminábamos con mordazas por la calle Huérfanos, con abrigo “de piel”, después de asistir a un desayuno para corresponsales extranjeros con una alta autoridad de Gobierno. De pronto, comenzó la represión y fuimos subidas en vilo a un carro policial. Irene con voz autoritaria exigía nuestra libertad. Llamaron a un carabinero de más rango, quien exclama: “¿qué hacen estas viejas pitucas aquí”. Irene, de inmediato, responde: “pitucas sí, pero no viejas”. Fuimos liberadas al instante, sin usar las mordazas, desde luego.

Impulsiva y muy estricta, el apego y rigor por las noticias era a toda prueba, sentía que el periodismo perdió con Pinochet, con la transición y en la actualidad. Efectivamente, en estos años se va extinguiendo una forma noble y sabia de ejercer el periodismo.

Vehemente en sus afectos y su cercanía con Argentina era una amante del tango, ese ritmo y esas letras que trasmiten agonía, a veces llanto y quejas, sensualidad y sentimientos, compañerismo y amistad.

Una de sus mejores amigas, Mary Zajer, la despide con un verso de “Naranjo en Flor” el tango favorito de Irene: “Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento. Perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento”.

Hasta siempre Irene Geis, amiga y colega. A partir de hoy todos somos más pobres sin tu presencia.

Eliana Cea QEPD

Ethel Pliscoff . Periodista. Falleció Eliana Cea, gran amiga, gran colega, de las más grandes en el periodismo nacional. Fue también gran dirigente del Colegio de Periodistas.

Reportera de política y economía en La Tercera y El Mercurio, así como en revistas Análisis, Pluma y Pincel, Los Tiempos, Punto Final y Radio Cooperativa.

 

Académica de las universidades Arcis, Bolivariana y Academia de Humanismo Cristiano.

Luchadora consecuente e incansable, especialmente por la libertad de expresión y sus derechos.

Eliana presidió la Primera Asamblea Nacional de Periodistas de Izquierda, que inauguró el Presidente Allende en abril de 1971.

Autora del libro “La Negra Lazo, Memorias de una Pasión Política”, biografía de la dirigenta y parlamentaria Carmen Lazo.

Eliana nos deja la memoria imborrable de una persona brillante intelectualmente, de un ser humano lindo y bueno, de una feminista de los tiempos duros.

Un enorme abrazo a su familia, a su compañero de vida periodista Juan Guillermo Figueroa.

Honor y Gloria querida Eliana.