Firmaron un comunicado donde se señaló que el organismo militar es el brazo militar “del capitalismo neoliberal” y que “expande sus armas de destrucción masiva por Europa y otros continentes, siendo una amenaza a la vida, la soberanía de los pueblos y a la paz mundial”.
Ciudad de México. 16/03/2022. Cientos de intelectuales, periodistas, activistas sociales, pacifistas y militantes de izquierda firmaron un documento exigiendo el fin del expansionismo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Acusaron que ese organismo militar, que viene desde los tiempos de la Guerra Fría, y que no fue desmantelado pese a dejar de existir el Pacto de Varsovia, que reunía a países del Campo Socialista, es el brazo militar “del capitalismo neoliberal” y que “expande sus armas de destrucción masiva por Europa y otros continentes, siendo una amenaza a la vida, la soberanía de los pueblos y a la paz mundial”.
Los firmantes rechazaron las medidas coercitivas unilaterales implementadas por las potencias occidentales, a las que califican como “una flagrante violación de los derechos humanos y un atentado contra los principios de autodeterminación de los pueblos, igualdad entre los Estados y la resolución pacífica de las controversias internacionales”.
Entre quienes suscribieron el documento, firmado en todo el mundo, están el teólogo Frei Betto (Brasil), el académico Enrique Dussel (Argentina), el vicepresidente primero del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, el escritor y periodista Ignacio Ramonet (Francia), el sociólogo Atilio Borón (Argentina), el intelectual Fernando Buen Abad (México), la periodista Stella Calloni (Argentina), la senadora Piedad Córdoba (Colombia), el actor Danny Shaw (Estados Unidos), el sacerdote Numa Molina (Venezuela), el activista Pablo Sepúlveda Allende (Chile), entre otros y otras personalidades.
Se solidarizaron con las familias que han perdido seres queridos durante los enfrentamientos en el este de Europa y demandaron una salida pacífica y negociada al enfrentamiento entre la OTAN y Rusia.
Deploraron la utilización de mercenarios en la guerra por partes de las grandes potencias y el suministro de material bélico a los bandos contendientes, lo cual contribuye a la escalada y no a la atenuación del actual conflicto.
Exigieron el cese inmediato de las medidas coercitivas unilaterales contra los pueblos del mundo, considerándolas acciones neocoloniales violatorias del ordenamiento jurídico internacional que afectan indiscriminadamente a la población y menoscaban los derechos humanos.
Propusieron un replanteamiento de Naciones Unidas “a los fines de convertirla en una institución realmente democrática y en correspondencia con los intereses sagrados de la humanidad”.
En el texto se resaltó que “la libertad de expresión y el derecho a la vida son bienes jurídicos tutelados por el Derecho Internacional y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. El comunicado demandó a la ONU a exigir a las grandes potencias el respeto a la vida y el fin de la censura a los medios de comunicación.