HABLEMOS DE LA TELE. Lenguaje: El tiempo y farándula

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No podemos ignorar el “lenguaje” que usan meteorólogos y modelos que leen “El Tiempo” en los canales de televisión. Debimos aprender por fin lo que era una “vaguada costera” cuando nos abrumaron con otros términos como “bajas segregadas”, “ríos atmosféricos”, “frente ciclónico”, sin contar con las inexplicables diferencias entre “parcial”, “nublado” o “cubierto”, “quiebre” y “banco de nubes” y otros presuntos tecnicismos.

José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 3/2025. Continuando con el tema de la semana anterior, no podemos ignorar el “lenguaje” que usan meteorólogos y modelos que leen “El Tiempo” en los canales de televisión. Debimos aprender por fin lo que era una “vaguada costera” cuando nos abrumaron con otros términos como “bajas segregadas”, “ríos atmosféricos”, “frente ciclónico”, sin contar con las inexplicables diferencias entre “parcial”, “nublado” o “cubierto”, “quiebre” y “banco de nubes” y otros presuntos tecnicismos.

Todo ello mediante una coreografía donde los animadores no saben dónde poner las manos, dan algunos pasos o saltos de espaldas a un mapa sincrónico imposible de descifrar aparte de la coloración de algunos sectores y mirando desembozadamente un telepronter (teleapuntadorconectado a un pedal para avanzar, detenerse o retroceder en el texto que exhibe un cristal transparente.

De icónicos personajes como Willy Duarte, Gina Zuanic, Loreto Delpin, Carolina Infante  a los expertos Iván Torres, Jaime Leyton, Michelle Adams o Allison Gohler se ha pasado -sin pena ni gloria- a unos señores Alejandro Sepúlveda, Eduardo Sáez, Gianfranco Marcone, José Miguel Mardones y las graciosas modelos Vanessa Borghi, Francisca Sfeir, Macarena Sánchez y Macarena del Real, entre otras.

Todos y todas pauteados para conseguir empatía, lograr sonrisas pese a las informaciones negativas y ante la imposibilidad de conseguir las ansiadas lluvias entre los inefables efectos de las corrientes del Niño o de la Niña. Tampoco ha sido posible entender el origen de las reiteradas marejadas que asolan nuestras costas, ¿Son sismos subacuáticos, es la influencia de la luna o simplemente los mentados vientos? Perdonen la ignorancia.

El lenguaje y la gestualidad se exagera en cada caso y los especialistas son obligados a someterse a bromas de animadores de los matinales y a participar en espacios de entretención desatada. Nada más lejano de la ciencia meteorológica.

Es ineludible referirnos también al “lenguaje” de las teleseries, sobre todo en las producciones nacionales. Guionistas y creadores criollos compiten en textos francamente de mal gusto, escenas de violencia doméstica, machismo y patriarcado (al más puro estilo turco). El personaje que lanza epítetos de grueso calibre o garabatos e insultos gratuitos pareciera ser el que pretende ganar simpatía y los favores de la teleaudiencia como el “malo” “el más divertido” o liviano.

En tanto, personajes y personajillos “populares” animan desenfrenados espacios de farándula sobre los cuales parece inútil el “peso de la ley” del Consejo Nacional de Televisión que alerta, condena y hasta sentencia periódicamente a los distintos canales con multas irrisorias.

Periodistas como Carlos Tejos, Carola Julio, Jennifer Warner y Pamela Jiles desataron el género que tuvo sus principales hitos con programas icónicos como CQC, Primer Plano y otros.

La incorporación de actrices como Francisca García Huidobro, Antonella Ríos, Pancha Merino y las modelos Pamela Díaz, Marlene Olivari, Daniela Aránguiz, Adriana Barrientos, Daniela Campos y otras, dieron un nuevo salto al género ya desatado. Gastan horas en “informar” sobre las andanzas de ciertos Karol Dance, Kel Calderón, Pangal  y otros nombres conocidos sólo por los seguidores del género farandulesco.

El fotógrafo Jordi Castel, las inefables Raquel Argandoña y Patricia Maldonado son material permanente para las “revelaciones” de Andrés Cañulef, Mario Velasco, Manu González, Hugo Valencia, Nacho Gutiérrez, Sergio Rojas, Paula Escobar, Cecilia Gutiérrez y Mariela Sotomayor en sus espacios de “noticias” de farándula con un peculiar estilo y “lenguaje” (si algún filólogo permitiera llamar así a los paupérrimos y reiterativos mensajes de forma y fondo que entregan por la pantalla chica).

Al cierre una anécdota: un “notero” matinal este sábado utilizó el término “justamente” en quince oportunidades en una sola nota “informativa” de poco menos de cinco minutos. Una verdadera hazaña lingüística.