En una muestra entre más de tres mil personas consultadas, el 94% eligió contenidos audiovisuales en redes sociales (Tik Tok, Instagram, Facebook), el 88% videos online y el 72% opta por videos on demand o plataformas de streaming. Según este estudio del CNTV -efectuado entre octubre y noviembre del año pasado- la televisión se ubicaría en la cuarta posición, preferida por un 64%. Es interesante que un 41% del público reconoció que al menos alguna vez había visto televisión abierta por internet el mes anterior.
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 6/11/2023. Los agoreros que presagian el fin de la televisión -como ayer vaticinaban el fin de la radio- sacan todavía cuentas alegres. Según el “Mapa de la televisión en Chile y consumo de medios”, realizado por el Consejo Nacional de Televisión, la pantalla chica de nuestros hogares está en cuarto lugar en las preferencias del consumo audiovisual en el país, por debajo de las redes sociales y las multiplataformas.
En una muestra entre más de tres mil personas consultadas, el 94% eligió contenidos audiovisuales en redes sociales (Tik Tok, Instagram, Facebook), el 88% videos online y el 72% opta por videos on demand o plataformas de streaming.
Según este estudio del CNTV -efectuado entre octubre y noviembre del año pasado- la televisión se ubicaría en la cuarta posición, preferida por un 64%. Es interesante que un 41% del público reconoció que al menos alguna vez había visto televisión abierta por Internet el mes anterior.
Se dice que este tipo de consumo se da especialmente entre los más jóvenes. La TV abierta se ve masivamente a través de televisores Smart (inteligentes) con un 67% o tradicionales, sólo 26%, aunque empieza a incrementarse el consumo vía celular (10%) y/o por el computador (8%).
Así las cosas, se hace indispensable el crecimiento de la producción de contenidos para estas nuevas plataformas. El presidente del CNTV, Mauricio Muñoz indicó en un conversatorio sobre el futuro de la TV: “Nos interesa mucho hablar de los diferentes dispositivos en los que se ve actualmente la televisión, ya que queremos dar a conocer también que hay una asimetría en la fiscalización de esas otras plataformas”.
Al respecto, lo contenidos por streaming se manejan con muy pocas reglas, mientras la programación de TV abierta está siempre en cuestionamiento, como lo demuestran las denuncias contra los dos programas de reality shows actualmente en pantalla (“Tierra Brava” y “Gran Hermano” que acumulan centenares de protestas formales por groserías, discriminación, exclusiones e incivilidades en pantalla.
Estos estudios no se refieren a los espacios de noticias ni de debates políticos, que hoy en día se confunden con programas matinales y de entretención, desperfilando los contenidos de actualidad con informaciones de carácter social, económico y otros. Al respecto, habría que agregar la indolencia con que se tratan situaciones de carácter internacional, incluido el crimen organizado, el narcotráfico, el contrabando de armas y otras actividades delictuales tratadas como apasionantes series de televisión estilo “La ley el orden”, “Blue blood”, “Chicago PD” y otras de factura norteamericana.
En definitiva, todo parece indicar que la TV abierta es consumida por un público más adulto, mientras que las audiencias jóvenes prefieren las nuevas plataformas. Habría dos tipos de programas que se ven masivamente por teléfonos móviles: los realitys y las teleseries, sin menospreciar la teleaudiencia permanente a través de las pantallas en los hogares habituados a los noticiarios y espacios de debate político.
Otro tema preocupante es la uniformidad de los mensajes en temas como la guerra de Israel contra Hamás, de Rusia contra Ucrania, invisibilizando otros graves conflictos en diversas partes del globo que no son abordados por la prensa, la radio ni la televisión. Es preferible sumarse al coro de los intervencionistas contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, haciendo caso omiso de la libre determinación de los pueblos consagrada en los acuerdos multilaterales en política internacional.
En materia interna, la campaña a favor del texto constitucional aprobado por la comisión con mayoría ultraderechista es coordinada desde El Mercurio, radio Biobío y canal 13 hacia todos los medios, con la honrosa excepción de radios independientes, antihegemónicas y/o comunitarias.
El tema de fondo en la mal llamada “gran prensa” es la carencia de contenidos, no sólo atractivos y respetables, sino por sobre todo constructivos, formadores y un nivel cultural que hoy en día se ven deficientes y francamente mediocres. En este aspecto, es irrelevante si internet vence a la televisión, si ambos medios ofrecen los mismos contenidos deficientes, adictivos y de mera diversión.