HABLEMOS DE LA TELE. Gran Hermano 2.0

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La selección de los 18 concursantes ya desató polémicas, así como la autenticidad y veracidad de lo acontecido en la casa de dos mil 300 metros cuadrados en Buenos Aires desde donde se transmite -supuestamente las 24 horas ininterrumpidas- a través de la plataforma Pluto TV. Muchos televidentes aseguran que ello no es real, porque las cámaras se dirigen hacia la piscina y los salones principales y hay momentos donde realmente no ocurre o no se ve absolutamente nada en el interior.

José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 26/6/2023. En el Chile actual de desconfianza y descrédito, con bajos estándares éticos y un vasto sentido crítico es difícil que la teleaudiencia se entusiasme o se vuelva adicta -como hace algunas décadas- al reality show “Gran hermano”, que fuera un imperdible de la televisión en Argentina y España.

En nuestro país la experiencia con este tipo de espacios partió en el 2003 con “Protagonistas de la fama” en Canal 13 y siguió con “Pelotón”, “La granja” y otros con relativo éxito hasta que se fue desgastando la idea de competencias con los participantes encerrados, aunque en los últimos realitys los concursantes podían salir el domingo o recibir visitas y llamados.

Hace cuatro años, el Canal Mega intentó reflotar el género con “Resistiré”, uno de los menos vistos que abrió un período de receso, poniendo en duda la continuidad del formato. Ahora, la productora Paramount trata de volver a la popularidad con “Gran Hermano”, de gran éxito en Telefé Argentina, aunque se dice que segundas partes nunca fueron buenas.

La selección de los 18 concursantes ya desató polémicas, así como la autenticidad y veracidad de lo acontecido en la casa de dos mil 300 metros cuadrados en Buenos Aires desde donde se transmite -supuestamente las 24 horas ininterrumpidas- a través de la plataforma Pluto TV. Muchos televidentes aseguran que ello no es real, porque las cámaras se dirigen hacia la piscina y los salones principales y hay momentos donde realmente no ocurre o no se ve absolutamente nada en el interior.

En materia de protagonistas, se dice que deberían reproducir lo que es nuestra sociedad, lo que sería bastante lamentable. Es cierto que hay representantes y muestras del legado del neoliberalismo cultural y rémoras de la dictadura. Así somos testigos del individualismo, exacerbado, de la “clase media” aspiracional, del consumismo, la superficialidad, la ausencia de diálogo e interés por el otro y hasta del cinismo y la indiferencia típica de las actuales generaciones.

Las únicas personas mayores conservan atisbos de sus orígenes campesino y obrero (Jennifer Garbarini, Mónica Ramos  y Francisco Arenas) mientras los más jóvenes -a la moda en indumentaria- juegan con una ética y estética que no contribuye mucho a una sana convivencia, ni menos a la confiabilidad, la generosidad o la solidaridad. Además, varios son “influencers” y expertos en Tik Tok, Instagram y otras plataformas donde ya eran populares: Lucas Crespo, Fernando Altamirano (El bambino), Benjamín Lagos, Constanza Segovia, Viviana Acevedo, el ex carabinero Rubén Gutiérrez y Trinidad Cerda que es tripulante de cabina, 

El artista callejero Ariel Wuth quedó de “líder” en la primera nominación por haber ganado una competencia de habilidad y los cinco integrantes votados para su posterior eliminación lo fueron por demasiada exposición, poca sutiliza e irrespeto o simplemente por mantenerse en un segundo o tercer plano, situaciones que hoy en día no se perdonan. Fran, es ¿demasiado llamativa?, Jennifer muy “mandona”, Estefanía hizo o dijo algo que molestó a algunas o algunos mientras que Benjamín y Hans fueron seleccionados en la práctica por desconocimiento y poca personalidad, al menos por lo mostrado en cámara.

Durante cada semana en los próximos cuatro meses, la teleaudiencia tiene la posibilidad de eliminar a uno de estos seleccionados por sus pares mientras que Ariel rescató a Hans, aparentemente uno de los más queridos de la teleaudiencia.

Entre las 10 mujeres y 8 hombres también han surgido especulaciones y dudas. A sus 22 años, Maite Phillips se define bisexual; desde Chiloé viene Jennifer que tiene 43 años y se presentó como la “Pincoya sin glamour”; Fran, la modelo, despertó envidia o celos de un par de compañeras por su apariencia física, desplante y vestimentas sexys; Jorge Aldoney  fue Mister Mundo Chile y quiere dedicarse a la política; siempre amable y tierna, Mónica es la más longeva, tiene 77 años, Alessia Traverso participó en “The Voice Chile”, Skarleth Labra es la ex de Pailita, popular cantante urbano; Costanza Segovia, ex bailarina de ballet, Francisco Arenas tiene 61 años y es mecánico de profesión, Estefanía Galeota es panameña-chilena y ex Miss Chile.

Tras los primeros días de encierro, Maite puso en riesgo a dos compañeras en una “nominación espontánea” (eliminaciones semanales) de la que supuestamente nadie se enteró en la casa-encierro, contra Fran y Jennifer por fracasar en las compras de supermercado para abastecer a todos de comida, pero solo alcanzaron a retirar verduras y helados para la primera semana. Ambas quedaron en condiciones de eliminación.

Este nivel de situaciones, con diálogos y conversaciones claramente manipuladas, -con audios bastante inteligibles-  no logran hasta ahora atraer la atención de los televidentes y difícilmente financiará la recuperación de los altos costos de producción, no sólo en la casona, sino además en el estudio de CHV donde animan Diana Bolocco y Julio César Rodríguez con un panel de observación con Francisca García Huidobro, el periodista Michael Roldán, el productor Nicolás Quesille, el ex chico reality Arturo Longton e invitados como Pamela Díaz y Juan Pablo Queraltó. La verdad es que sus aportes no inciden en el resultado de audiencia.

Curiosamente la teleaudiencia votó con un 56,79% para eliminar a otro de los favoritos, el joven surfista Benjamín Lagos (22), bastante extrovertido, practicante de yoga y quien empezaba a enseñarle a sus compañeros las técnicas de meditación y se mostraba bastante reflexivo y aportador en las conversaciones “serias”. Según Francisco García Huidobro, los jóvenes de su edad “lo encuentran un chanta” y ella misma lo motejó como “un Paulo Cohelo”, por desempeñarse como influencer vocacional. “La Pincoyita” obtuvo el 43,22 %.

En tanto, la competencia televisiva abrió los fuegos con las series nacionales “Generación 98”, y más temprano “Dime con quién andas”, “Como la vida misma” y otras producciones turcas de reconocida popularidad. A propósito, hay que recordar que el reality Gran Hermano probablemente convertirá a algunos de estos personajes en “populares”, pero no “famosos” ni menos “artistas”. Nunca olvidar que es un juego, con premios en dinero, mucha estrategia y manipulación que lo hace bastante poco fiable y atractivo.