El tema financiero, lamentablemente, parece ocultar deliberadamente la estrategia comunicacional, la necesidad de contenidos culturales y educativos que deben ser imperativos para un medio de comunicación masivo de carácter público que cubre todo el territorio nacional. Mientras las plataformas streaming están superando audiencia de canales abiertos.
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 6/1/2025. Para los que todavía no lo saben, el término streaming (transmisión con cámara) se refiere a cualquier contenido de medios -ya sea en vivo o grabado- que se puede captar en computadoras y aparatos móviles a través de Internet y en tiempo real. Hablamos de poscast, webcast, películas, programas de televisión, documentales y videos musicales para el sistema- por ejemplo- a través de YouTube Disney+, ESPN, HBO, Pluto TV, Netflix y otras marcas.
Cada vez más aplicaciones se están sumando para ofrecer contenidos a través de Streaming. Habíamos afirmado ya en estas mismas columnas que la plataforma streaming estaba superando a la televisión abierta en nuestro país. La reciente encuesta nacional de televisión del CNTV acaba de corroborarlo.
El estudio del Consejo entre 6.598 personas en el país demostró que la teleaudiencia ha adquirido el manejo de tecnologías como Smart phone y Smart TV, a través de los llamados teléfonos inteligentes, Tablet y otros mecanismos que le permite acceder a esta nueva forma de entretención.
El 80% de los encuestados le otorgó la evaluación más alta (6 y 7 puntos) por sobre la televisión abierta, por Cable y/o regional, al streaming. Aunque para informarse de la actualidad siguen prefiriendo los noticiarios, con todas las quejas que conocemos al respecto.
El 79% estiman que estos espacios dedican demasiado tiempo a mostrar violencia y delincuencia; el 70% estima que a los canales sólo les interesa el rating y reclaman que el único deporte que incluyen es el fútbol profesional.
En el streaming las preferencias se inclinan hacia las series y miniseries, los documentales y reportajes, así como por las películas.
Esta realidad permite augurar un oscuro futuro para el único “canal público” del país, TVN -que en verdad tampoco es tal- en la disputa encarnizada por el mercado de productos televisivos.
Así las cosas, el locuaz presidente del directorio de TVN, expluriministro y vocero de gobiernos concertacionistas, Francisco Vidal, reconoció en la comisión de Cultura de la Cámara de Diputadas y Diputados que “si no teníamos un nuevo crédito con el aval del Estado, no podíamos pagar los sueldos de enero”.
Hacienda y la Dirección de Presupuesto accedieron prontamente a la petición del Presidente Gabriel Boric de concederle un CAE por 24 mil millones de pesos, pero el decreto a emitirse será sólo por la mitad de esos recursos para el año que se inicia y el resto quedará en reserva, en caso de ser necesario.
Todo ello, considerando que las pérdidas alcanzan a los 13 mil millones de pesos, debido a una baja sostenida en la publicidad. Está claro que ello se debe a que el avisaje ha dejado de estar en la TV y se ha trasladado progresivamente a las plataformas digitales.
Respecto al destino de estos nuevos recursos, Vidal afirmó que 700 millones irán a la seña internacional, 3.300 millones a los 9 centros regionales, 4.500 millones a la señal infantil-cultural; 300 millones al centro de archivos y 800 millones al soporte tecnológico que debería implicar conexiones con localidades como Putre, Isla de Pascua y Puerto Toro.
En las semanas y meses que vienen, las grúas para contactar “rostros” desde y para TVN no descansarán, aunque las remuneraciones van a sufrir ciertas mermas, sobre todo en el “canal público” hacia las estaciones privadas que las aventajan en publicidad y rating.
El tema financiero, lamentablemente, parece ocultar deliberadamente la estrategia comunicacional, la necesidad de contenidos culturales y educativos que deben ser imperativos para un medio de comunicación masivo de carácter público que cubre todo el territorio nacional. A este respecto, siguen imponiéndose el centralismo, las licencias de programas extranjeros o de producciones privadas con intereses exclusivamente de lucro que llevan a la frivolidad, el morbo y sensacionalismo que caracterizan -no solo a TVN- sino a toda la televisión chilena.
Mientras, el streaming está permitiendo que Disney -por ejemplo- convierta el sueño de su creador, el dibujante Walt Disney, en un inmortal de las comunicaciones y el entretenimiento.