Pese a maniobra de la derecha en el Congreso para impedir e incluso evitar que asumiera el nuevo mandatario guatemalteco, que representa ideas y fuerzas progresistas, socialdemócratas y de izquierda, Bernardo Arévalo se puso la banda presidencial y dijo que se encaminará a derrotar la corrupción y la exclusión y dar soluciones a demandas del campesinado, de educación y salud.
Agencias. Ciudad de Guatemala. 15/1/2024. Pese a maniobras irregulares y resquicios buscados por la oposición, finalmente pasada la medianoche de este día asumió como Presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, vencedor del proceso electoral guatemalteco y que representa fuerzas y posiciones progresistas, socialdemócratas y de izquierda.
El amplio respaldo popular en las urnas y el ímpetu de las protestas indígenas, campesinas y populares en las calles nutrieron la llegada de Bernardo Arévalo a la presidencia y evitaron que se consumara la maniobra de la oposición de no constituir el Congreso para que el Presidente Electo no asumiera.
“Nos aguardan desafíos inmensos”, indicó, y planteó como ejes luchar contra la corrupción, la exclusión, la mala gestión de las entidades estatales, las irregularidades en el Poder Judicial, junto a avanzar en políticas públicas priorizando por el campesinado y la agricultura, la educación y la salud.
En una maniobra calificada de antidemocrática y obstruccionista, la derecha y otros sectores aliados retrasaron la instalación del Congreso Nacional de Guatemala y eso impidió por varias horas que Arévalo pudiera asumir. De hecho se llegó a hablar de la posibilidad de un golpe de Estado blando. Eso se sumó a un boicot judicial que mantuvo en vilo al país por siete meses, donde fiscales y sectores conservadores quisieron declarar ilegal el Movimiento Semilla que lidera el nuevo Presidente y cuestionar los comicios presidenciales.
Después de cinco horas de receso, la sesión se reanudó para dar por concluido el periodo de los diputados salientes y que fueran juramentados los 160 diputados del nuevo Congreso, minutos antes de las 8 de la noche.
Desde el balcón del Palacio Nacional, en el centro de la capital, Arévalo pidió a los guatemaltecos acompañarlo en su gestión para rescatar las instituciones del país de la corrupción y lograr el desarrollo social en este empobrecido país centroamericano.
“Inician hoy cuatro años de un mandato que seguramente estará marcado por una serie de obstáculos, muchos de los cuales no podemos prever en este momento, admitió.
El presidente, sociólogo, exdiplomático y filósofo de 65 años, vaticinó que su Gobierno se hallará “en la necesidad de tomar decisiones difíciles” y enfrentará “momentos de duda y temor”. Pero recalcó que se avanzará en transformaciones tanto del Estado como de las condiciones de vida de las y los ciudadanos.
“No más corrupción, no más exclusión”, dijo el jefe de Estado, con la banda presidencial cruzada en el pecho y frente una multitud de seguidores que celebraron y bailaron al ritmo de grupos musicales.
Arévalo aseguró que enfrentará “desafíos monumentales para erradicar las prácticas de corrupción que han permeado” a Guatemala, y reiteró que malas prácticas están enquistadas en la Fiscalía, Tribunales, Parlamento, Gobierno, alcaldías y otras instituciones públicas.
Arévalo recibe a una Guatemala con 60% de sus 17.8 millones de habitantes en la pobreza, uno de los índices más altos de América Latina que lleva a miles a emigrar, principalmente a Estados Unidos.
“Hay una expectativa muy grande y hay que entender las limitaciones que el Gobierno enfrenta”, afirmó Jorge Santos, coordinador de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Guatemala.
“Va a ser muy complicado gobernar, responder a las expectativas de la gente, que pide enfrentar a los corruptos y atención de su situación socioeconómica”, aseveró Luis Linares, de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales.
La esperada y complicada toma de posesión
César Bernardo Arévalo de León asumió en los primeros minutos de este lunes la presidencia de Guatemala, con más de ocho horas de retraso ante maniobras dilatorias del llamado pacto de corruptos en el Congreso saliente, un retraso que desencadenó protestas en las calles y una declaración conjunta de jefes de Estado y altas autoridades de otros países presentes para el acto de inauguración, y luego de meses de una ofensiva judicial atribuida a su promesa de combatir a los corruptos de la élite político-económica de esta nación centroamericana.
Con la mano izquierda sobre la Constitución y con la derecha levantada, Arévalo juramentó como presidente Guatemala a las 0:20 horas de hoy para el periodo 2024-2028. También lo hizo Karin Larisa Herrera Aguilar como Vicepresidenta.
Antes, el Congreso que concluyó su mandato, dominado por conservadores, aprobó con 83 votos que los 23 diputados del Movimiento Semilla, de Arévalo, asumieran sus cargos como independientes, por lo que no podrían optar a la Junta Directiva ni presidir comisiones de trabajo.
Después, por 93 votos a favor, el Congreso aprobó una moción para reconocer al Movimiento Semilla como bloque legislativo, lo que zanjó el camino para la juramentación del también sociólogo, exdiplomático y filósofo.
El retraso del Congreso generó protestas en los exteriores del Congreso, adonde se trasladaron grupos de campesinos que fueron a la capital para acompañar la toma de posesión y defender la democracia.
Los manifestantes, que denunciaron un intento de golpe de Estado, se abrieron paso a empujones entre la barrera policial para acercarse al Congreso, y forcejearon con decenas de policías que mantenían dos cercos en la parte trasera del Palacio Legislativo, en el centro histórico de la ciudad de Guatemala.
Un tercer anillo de seguridad con agentes antidisturbios y policías militares, que emplearon gases lacrimógenos, frenó el avance de la multitud, que hacía sonar trompetas de plástico y ondeaba banderas de Guatemala.
Al reanudarse la sesión legislativa, miles que se concentraron en la plaza central capitalina y siguieron en pantallas gigantes los debates en el Congreso, aplaudieron los nombres de los nuevos diputados de Semilla, y abuchearon a los congresistas que consideran corruptos.
“Si no lo juramentan ellos (el Congreso), nosotros como pueblo lo juramentamos”, advirtió Dina Juc, alcaldesa de la alcaldía indígena de Utatlán Sololá, que asistió a la movilización.
El camino de Arévalo, desde que era un candidato al que las encuestas le daban pocas posibilidades hasta hacerse con el poder, estuvo marcado por una feroz ofensiva judicial, órdenes de aprehensión, pedidos para que pierda su inmunidad y hasta la intención manifiesta de la Fiscalía de anular las elecciones.
Arévalo ha dicho que vendrá la primavera, evocando a los gobiernos de los ex presidentes Juan José Arévalo, su padre, y Jacobo Árbenz (1945-1954), conocidos como los gobiernos de la revolución o de la primavera, dado que lideraron proyectos para la inclusión de los pueblos indígenas, acceso a la tierra para campesinos y la creación del Instituto de Seguridad Social.
El apoyo internacional
En medio de la parálisis, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, leyó ante la prensa una declaración conjunta de jefes de Estado, cancilleres y altos funcionarios de otros gobiernos que acudieron a la investidura. “Hacemos un llamado al Congreso de la República a cumplir con su mandato constitucional de entregar el poder como exige la Constitución en el día de hoy al presidente electo, Bernardo Arévalo, y a la vicepresidenta electa, Karin Herrera”, dijo Almagro.
Llegaron a Guatemala más de 60 delegaciones internacionales, entre ellas, la de Colombia, con el Presidente Gustavo Petro, el Presidente de Chile, Gabriel Boric de Costa Rica, Rodrigo Chaves, y de México, la canciller Alicia Bárcena. Hubo altas autoridades de Estados Unidos, Europa y otros países.
Petro señaló en X: “La Fiscalía ha sido orquestadora de un golpe de Estado. El Congreso ha dificultado la posesión del presidente electo. La Corte Constitucional se apresta a defender la democracia y el voto popular, poco antes de que ese alto tribunal diera un plazo de una hora al Congreso para que informe sobre el desarrollo de la sesión que debía culminar con la juramentación de Arévalo”. Petro anunció que se quedaría en Guatemala hasta que asumiera Arévalo y si era necesario, cancelaría su viaje a Davos, Suiza.
Dada la demora, se retiraron Gabriel Boric, Luis Almagro y el Rey Felipe VI de España. El mandatario chileno expuso que “acabo de conversar con el Presidente Arévalo. Está tranquilo, seguro de que más allá de los últimos intentos burdos de algunos sectores para impedir que tome posesión del cargo, asumirá como Presidente de Guatemala en plenitud de funciones durante esta jornada”. Gabriel Boric, al comentar su decisión de asistir a la toma de posesión de Arévalo, dijo que “sé que no ha sido un proceso fácil. He conversado varias veces con el presidente electo, Bernardo Arévalo, y quería dar una señal de apoyo concreto y de fortalecer las relaciones”.
El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, aseveró en X: “Cuba reitera su apoyo al presidente electo de la República de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, e insta a respetar la voluntad popular, expresada en los resultados de las elecciones presidenciales”.
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, consideró que “hubo una táctica dilatoria evidente” para demorar la toma de protesta como mandatario de Guatemala de Bernardo Arévalo. Pese a la intentona, dijo que “afortunadamente se llegó al acto de toma de protesta del nuevo Presidente de Guatemala”.