Ex senadora, profesora, sindicalista y dirigenta del Partido Comunista Colombiano. En entrevista con el Semanario Voz indicó que se propone dignificar las relaciones laborales y crear un clima de confianza entre empresarios, Estado y sindicatos.
Semanario Voz. Bogotá. 10/08/2022. Sus calidades y logros como senadora, su formación académica y su experiencia sindical fueron tenidas en cuenta por el presidente Gustavo Petro para entregarle la responsabilidad del Ministerio del Trabajo a Gloria Inés Ramírez. Es licenciada en matemáticas y física, con especialización en derechos laborales y una maestría en desarrollo social y educativo. Fue presidenta de Fecode e integrante del ejecutivo nacional de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT.
Reconocida luchadora feminista, fue senadora en dos oportunidades, donde hizo debates trascendentales para la mujer y el mundo laboral y aportó en la creación de varias leyes.
– ¿Cómo recibe su designación como ministra de Trabajo?
– Estamos muy contentos, muy complacidos. Lo que pasó el 7 de agosto fue un acto histórico para el país. Muy simbólico porque renace Colombia, empieza el gobierno de un cambio real. En ese empeño, desde el Ministerio del Trabajo acompañaremos al presidente Gustavo Petro y a la vicepresidenta Francia Márquez para que el cambio avance.
– Ese cambio piensa dar un viraje en el modelo económico y en ese sentido es fundamental cómo se den las relaciones obrero-patronales, que dependen en gran medida de la cartera que usted va a dirigir, ¿Cómo ve esa responsabilidad?
– Creo que es muy importante porque sin trabajo y sin derechos no hay posibilidad de que un país avance hacia procesos productivos y democráticos. Por eso hemos valorado profundamente mantener un diálogo social que permita que las tensiones que se generan en estas relaciones se den de manera tranquila y serena, con mucha reflexión y generosidad, porque se trata de construir y avanzar juntos.
Tenemos que hacer conjuntamente una reflexión, ¿por qué en Colombia la tasa de sindicalización es tan baja? Hay que decir que de una población económicamente activa, de casi 23 millones, solo el 4% está sindicalizado. El país tiene que preocuparse porque sabemos que las organizaciones sindicales juegan un papel fundamental como interlocutores con el empresariado.
Llamado a los empresarios
– En cuanto a los sindicatos es un reto grande porque son organizaciones estigmatizadas y perseguidas desde el Establecimiento.
– Hay que decir que ha habido una estigmatización y señalamiento hacia este movimiento, nos ocuparemos para que se vea la parte organizativa y creativa que tienen estas organizaciones. También haremos un reconocimiento al aporte empresarial, a quienes les hacemos un llamado para que sigan trabajando con sus iniciativas, que escucharemos, pero también que reflexionen sobre la necesidad de ser generosos para que estas fuerzas productivas se sigan consolidando.
– ¿Se avanzará en la creación del estatuto del trabajo?
– Sí porque hay otra gran deuda social que tiene que ver con el desarrollo de la Constitución Política, en su artículo 53 mandata que se establezca un estatuto laboral, que está acompañado de unos principios base, como lo es el salario mínimo vital, salario digno y decente y estabilidad laboral, entre otras.
Seguimos trabajando bajo la luz del Código Sustantivo del Trabajo, que es de 1951, que, aunque ha tenido reformas, hay que ponerlo a tono con los convenios internacionales de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, que hacen parte del bloque de constitucionalidad, ya que Colombia tiene un campeonato en la precarización de las condiciones laborales.
Una vasta experiencia
– Ha habido varios intentos de crear el estatuto del trabajo…
– Ese estatuto tiene historia. En 1993, las centrales obreras, principalmente la CUT hizo un plebiscito que recogió más de tres millones de firmas que fueron entregadas al Congreso de la República, acompañadas de una propuesta de estatuto, sin embargo, esto no motivó al Congreso a legislar.
Luego, cuando estuve en el Senado, tanto en el 2006 como en el 2010, presenté unas nuevas propuestas de estatuto del trabajo, pero no tuvieron las mayorías ni los consensos necesarios.
Ahora, una de las tareas es avanzarlo y para ello hay que trabajar en una mesa técnica social ampliada, donde estén los empresarios, trabajadores y la sociedad civil, pero sobre todo, con un acompañamiento de la OIT y de los observatorios de las universidades. También pediré el acompañamiento de la Sala Laboral de la Corte Suprema.
– ¿Su experiencia en el mundo sindical le aporta para el compromiso y los retos que empieza a asumir?
– No solo la formación y experiencia sindical, también está la formación académica, la investigación y mi experiencia como senadora en donde logramos sacar varias leyes para el trabajo. Yo soy la autora de la modificación al sistema de riesgos laborales y profesionales que es la Ley 1562, en la que contamos con el concurso de los trabajadores, los empresarios, de la OIT y del Ministerio.
Es una ley importante porque ampliamos el universo de los trabajadores, modificamos la composición de las juntas calificadoras y la acompañamos de una tabla de enfermedades profesionales muy actualizada.
Las App y la mujer
– Con la tecnología, en Colombia han aparecido nuevas formas de trabajo, están las plataformas y aplicaciones como Rappi y Uber, ¿habrá regulación para estas?
– Son formas nuevas para el país que se acrecentaron en pandemia. Habrá que normalizarlas y regularizarlas por ser otra modalidad y expresión del trabajo. Con el estatuto del trabajo todo esto pasará por el Congreso de la República, por eso haremos reuniones con las comisiones séptimas de Cámara y Senado. Así avanzaremos en el sueño de los colombianos que es tener formas contractuales decentes y dignas.
– ¿Qué habrá en cuanto a políticas para la mujer?
– En la economía del cuidado, en el Senado logramos demostrar que el cuidado de la casa, es un trabajo no remunerado hecho fundamentalmente por mujeres, y que aporta bastante a la economía nacional. Según el DANE estamos hablando de 19,6% del PIB, donde fundamentalmente son las mujeres quienes lo hacen. Nuestro reto es llevarlo a las cuentas nacionales para lograr una compensación, una retribución o una jubilación para los hombres y mujeres que se dedican a este tema.
Vamos a ver cómo disminuir la brecha salarial de género. Hay un alto nivel de informalidad que está fundamentalmente en las mujeres. Eso se articula con la feminización de la pobreza. Soy de las que piensa que hay que luchar contra la pobreza porque es un factor determinante a la hora de ejercer derechos.
La negociación del Mínimo
– Se le acerca un gran reto que es la negociación del Salario Mínimo, ¿cómo lo va a enfrentar?
– El salario Mínimo y la Mesa de Concertación están reglamentadas. Llamo a los empresarios y trabajadores, y será la tarea del Ministerio, a avanzar para que las tensiones se solucionen de la mejor manera, pero esto está atado a la realidad económica y todo el país sabe que tenemos un gran déficit, una deuda externa considerable, pero también conoce que es necesario que se eleve la productividad y la competitividad. Y para esto se necesita un empresariado fuerte y una clase trabajadora con derechos.
– ¿Habrá cambios profundos en las garantías laborales y sindicales para los trabajadores del Estado, en su estabilidad, por ejemplo?
– La orientación del presidente Petro es hacer una ruta de trabajo que nos lleve a acabar con la precarización laboral, y esto implica las formas de contratación por órdenes de prestación de servicios, que califico como formas infames porque no dignifican, por el contrario, van contra la dignidad de los profesionales al servicio del Estado.
Esto conlleva un proceso de transición porque no se puede hacer de manera impulsiva, sino de manera estudiada y de la mano con el Ministerio de Hacienda y todas las carteras que ejercemos en este gobierno.