La diputada de Convergencia Social, Lorena Fríes, manifestó que en el proceso de unificación de partidos “necesariamente se tiene que hacer un Congreso ideológico, porque lo importante es que sea una unidad en función de una acción social y política, en miras de un proyecto histórico que hemos definido como socialista y libertario”. Frente a la opción de un Gobierno Bachelet 3, indicó: “Para mí es una persona tremendamente querida, apoyada, y no ha dicho que no, no ha dicho que sí, pero sí estoy cierta que le encantaría ver nuevos liderazgos que sean capaces de construir mayoría”. Apuntó que la seguridad pública, las pensiones y eliminación de las AFP, la reforma de salud, y solucionar el tema del CAE deben ser prioridades en 2024. La legisladora advirtió que no se pueden generar acuerdo en torno de proyectos “sin transparentar primero la postura que uno tiene sobre eso. Me parece que eso es algo en que el Gobierno debiera estar más atento…porque si no, siento que estamos perdiendo la batalla cultural que tuvimos respecto de las prácticas sociales, de nuevos temas que se han instalado”.
Ana María Olivares. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 29/12/2023. El fin de año llegó y la política contingente no se detiene. ElSiglo.cl conversó con la diputada de Convergencia Social (CS) por el Distrito 9, Lorena Fries -quien recientemente recibió un reconocimiento de la Masonería por su trabajo permanente por los derechos humanos- para repasar conflictos pendientes y desafíos que se vienen para el oficialismo el 2024.
Uno de los conflictos es la acusación constitucional de los partidos Social Cristiano y Republicano contra el ministro de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, a quien acusan de no lograr un control jerárquico en su cartera y tampoco lograr el cuidado del principio de probidad por el Caso Convenios. El 26 de diciembre Montes envió su respuesta por escrito al Congreso, adelantando la votación de la misma para este 4 de enero.
Para la diputada Fries, esta acusación es una nueva pérdida de tiempo ya que no tiene méritos ni fundamentos, sino más bien es una jugada política: “Hay un ánimo revanchista de la derecha en términos de lo que pasó con (Andrés) Chadwick (exministro de Interior). Además -continúa- es una mala argumentación, ya que no logran establecer el vínculo de lo que se le acusa que es de omisión, porque no es atribuible a todas las funciones. Eventualmente, en la Comisión va a ser aprobada porque hay minoría oficialista, pero en Sala esto no progresa y si llega al Senado se detiene definitivamente”.
Otro de los que están en la mira de la derecha por el Caso Convenios es Miguel Crispi, jefe de los asesores de la Presidencia, quien es señalado como la primera persona en La Moneda que se enteró del Caso Democracia Viva, protagonizado por entonces militantes de su mismo partido, Revolución Democrática (RD), y fue denunciado ante la Fiscalía por diputados del Partido Republicano.
Ante eso la exsubsecretaria de Derechos Humanos criticó a la oposición señalando que “meterse con los asesores es extremarse en la función de la oposición. No había pasado antes que se persiguiera tanto a los funcionarios públicos para que se ponga en los puestos a las personas que la derecha quiere. Yo acepto los errores que se puede haber tenido en gestión por parte del Gobierno, pero la definición final de quienes son sus asesores no puede ser materia de la oposición”.
En este marco, hace unas semanas sumió como Arzobispo de Santiago Fernando Chomalí y señaló que “es intolerable el nivel de beligerancia política” que hay en el país. ¿Coincide con ese diagnóstico?, se le consultó a la diputada de CS: “Sí, estoy totalmente de acuerdo”, señaló, y añadió: “Tengo que decir que yo conocí al Arzobispo Chomalí a propósito de las huelgas de hambre mapuche en el 2010. Y me tocó trabajar con él en la segunda huelga que hizo Héctor Llaitul y que terminó en el hospital. Efectivamente, creamos en esa época una comisión de diálogo por la que pasaron todos los actores de La Araucanía y doy fe que hubo siempre un trabajo muy vinculado a la justicia y al diálogo político por parte del Arzobispo. Así que no me extrañan sus palabras, las que además comparto plenamente. Yo creo que nos hace mal y le ha hecho mal a la política, sobre todo en el Congreso, el grado de polarización y el grado de descalificación de los adversarios políticos y eso, en parte, creo también que ha sido refrendado por la ciudadanía en este último proceso constitucional. La gente quiere cambios, la gente quiere cambios profundos que mejoren sus vidas, pero no a través de la descalificación y la imposición, sino que quiere la construcción de acuerdo y para eso hay que saber escuchar”.
El Rector de la Universidad Diego Portales y columnista de El Mercurio, Carlos Peña, señaló últimamente que “(Gabriel) Boric y el socialismo deben sacudirse del lastre del Frente Amplio”. ¿Qué le parecen estas declaraciones?
A mí me parece una falta de respeto absoluta de parte de Carlos Peña. Debiera recordar que estas elecciones las ganó Apruebo Dignidad y se sumó eventualmente a ese proceso el Socialismo Democrático que aportó en el Gobierno con su experiencia en términos de gestión. Por lo tanto, aquí tenemos un Presidente que fue elegido por el pueblo y que representa las ideas y el programa que tenía inicialmente al menos el Frente Amplio, el Partido Comunista y aquellos sectores que nos denominamos de izquierda.
El Frente Amplio no va a desaparecer. Tiene desafíos por delante, de todas maneras, y tienen que ver con la construcción más orgánica del partido. Podemos hacer crítica, pero decir que no hay intelectuales en el Frente Amplio es una crítica que se le puede hacer al modelo neoliberal. El Frente Amplio sí tiene intelectuales que han participado -incluso- en los procesos constitucionales y hoy día se dice que, además, este es un Gobierno donde los posgrados son mayoritarios en la administración y, por lo tanto, hay gente que conocimiento tiene. Insisto, en gestión ha habido problemas, pero ya en dos años una esperaría que haya aprendizajes producto de los errores cometidos.
A propósito del Frente Amplio, Servel dio luz verde a la posibilidad de unificación de las colectividades del conglomerado. ¿Cómo ve este proceso de unificación?
Con la experiencia que tengo en unificaciones y de un proceso incluso de división de partido, lo primero que diría es que hay que tener mucho cuidado en querer hacer de esto solamente un tema para el rendimiento electoral. Me parece que lo importante acá es discutir en común y ver cuáles son las diferencias del proyecto histórico del Frente Amplio. Esto es algo que requiere tiempo y requiere también la validación de parte de los partidos, es decir, ratificarse por plebiscito, que es algo que está planteado.
Si yo pudiera añadir algo más, creo que necesariamente se tiene que hacer un Congreso ideológico, porque lo importante es que sea una unidad en función de una acción social y política, en miras de un proyecto histórico que hemos definido como socialista y libertario. Por lo tanto, eso tiene que reconstruirse ya en común entre los partidos que hacen parte del Frente Amplio y, para eso, el que se debata mucho, que haya Congreso ideológico es fundamental y que no nos quedemos solamente en la espera de unidad orgánica me parece central.
Muchos hablan de la falta de liderazgos en la izquierda y de un posible Gobierno de Michelle Bachelet 3. ¿Tiene algo de realidad este planteamiento?
Queda tiempo todavía, se nos han pasado años muy rápido, pero quedan dos años por delante. Efectivamente hay que empezar a proyectar y cuidar a los liderazgos que se puedan ir dando en este camino. Me parece que lo que es evidente con la expresidenta, es que está arraigada en el corazón de los chilenos y eso hace que siempre sea una persona que está vigente y, además, siempre con una disposición de apoyo. Yo creo que este Gobierno le debe mucho, más de lo que le debe a Ricardo Lagos.
Hay que ser honesta en decir que quien primero vio las necesidades de reformas estructurales en este país fue Bachelet en su segundo Gobierno. Otra cosa es cómo la trataron los partidos, sus propios partidos, para avanzar en esto. Para mí es una persona tremendamente querida, apoyada, y no ha dicho que no, no ha dicho que sí, pero sí estoy cierta que a la presidenta Bachelet le encantaría ver nuevos liderazgos que sean capaces de construir mayoría.
Hablemos de las prioridades para el próximo año. ¿Dónde deben estar los énfasis?
Yo creo que hay una cuestión general que hay que señalar. Lo que no podemos repetir son algunas prácticas que vienen de antes, de generar acuerdos sin transparentar primero la postura que uno tiene sobre eso. Me parece que eso es algo en que el Gobierno debiera estar un poco más atento en términos de dar su posición primero para después entrar a buscar acuerdo, porque si no, siento que en algunos casos estamos perdiendo la batalla, la batalla cultural, la hegemonía cultural que tuvimos durante décadas respecto de las prácticas sociales, de nuevos temas que se han instalado y se empiezan a perder.
¿A qué se refiere exactamente?
Por ejemplo, todavía tenemos que darle una vuelta más a los temas de seguridad, a los temas de seguridad que nos han dicho que como izquierda rehuimos. La verdad es que no es así, tenemos énfasis que son distintos a los de la derecha. Obviamente que estamos por la seguridad y porque todas las personas puedan ejercer su derecho en el marco de la seguridad. Entonces, no es incompatible la seguridad con el respeto a los derechos humanos de las personas que cometen delitos, que obviamente merecen una sanción, pero eso no quiere decir que no tengan ningún derecho.
El peligro de todo esto es empezar a generar la idea, aquella fascista, que transforma a algunos en infrahumanos y me parece que en eso tenemos que tener muchísimo cuidado. Especialmente aquellos que creemos que los derechos humanos son la base de una convivencia democrática y, en esto, creo que hay que afirmarse más, aunque a veces vayamos contra la opinión pública. Este para mí es un llamado de atención permanente que me hago a mí misma como legisladora, pero lo tenemos que hacer también en todo el oficialismo.
¿Otras prioridades para este período?
Otro tema que no podemos seguir esperando es el tema de las pensiones. Realmente es una frescura que la derecha siga oponiéndose a cualquier modelo que no sea la mantención de las AFP, porque -además- los modelos que ellos plantean no aseguran mejorar las pensiones para los que hoy están jubilados. La reforma de la salud me parece también que es un campo que está afectando a una gran mayoría de los chilenos y donde se requiere apostar a un sistema público gratuito y de calidad. Otro de los temas que pesa mucho en la sociedad chilena es el CAE (Crédito con Garantía Estatal). En materia de educación es una deuda que afecta a muchísimas familias en Chile, que tiene que tener otro mecanismo de solución. Todo esto acompañado de mayores ingresos para el Fisco en el próximo periodo.
Esos son sí o sí los temas que siguen siendo prioritarios, salvo el de seguridad, que se ha agudizado por el ingreso del crimen organizado, que es la forma de criminalidad hoy día. Esos debieran ser los temas del futuro y han sido también los temas de los últimos 10 años.
No todos están muy de acuerdo con el tema del CAE que usted plantea, incluso en el oficialismo.
Entiendo que no todos están muy de acuerdo, porque en alguna parte también la educación sigue siendo negocio, en este caso para los bancos. El tema es que la educación no puede significar el sacrificio de las familias que lo hacen apoyando a su hijo en los colegios, que ya sabemos los problemas que tienen para poder llegar a la Universidad y no podemos seguir segregando.
Esto tiene que tener un camino de ampliación de la educación gratuita, buscar otro sistema de financiamiento público para aquellos jóvenes que no tienen la posibilidad de financiarlo hasta llegar a un sistema público como hay en muchos países. Me parece que una muestra de ello sería dar cuenta de un proceso no inmediato, pero que avance en la condonación y en un nuevo sistema para financiar la educación superior.
¿Qué decir de la estabilidad laboral para el año que viene? Es un asunto que le preocupa a muchas chilenas y chilenos.
Éste es siempre un tema importante que está ligado obviamente al tema de seguridad social. Yo creo que por ahí podemos tener buenas noticias y me parece que, en este sentido, la ministra Jeanette Jara lo ha dado todo y ha logrado muchas cosas, como las 40 horas, el aumento del sueldo mínimo, lo que tiene que ver con la ratificación de tratados internacionales y convenios de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre violencia laboral. Ahora la ley que salió, que es la conciliación trabajo, familia, personal y social que es un tremendo avance.