La periodista Patricia Politzer, ex convencional constituyente de Independientes No Neutrales, dice no sorprenderse de la crispación en torno del plebiscito para Aprobar o Rechazar el texto constitucional porque el país “enfrenta una disyuntiva muy relevante, un punto de inflexión en su historia política, económica, social y cultural”. Dice no creerle a quienes proclaman rechazar para después modificar y plantea que “toda Constitución democrática se puede modificar, no existirá una camisa de fuerza como la que hemos tenido hasta ahora”.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 29/07/2022. En los artículos que publicaste en Le Monde Diplomatique y El Mostrador, hablas de la crispación y el alza en la temperatura del debate de cara al plebiscito. ¿A que atribuyes ese ambiente y que sectores ves mas metidos en esa dinámica?
Para bailar tango se necesitan dos, en esta crispación también. Pero no me sorprende que los ánimos se exacerben en la medida que avanza la campaña. El 4 de septiembre el país enfrenta una disyuntiva muy relevante, un punto de inflexión en su historia política, económica, social y cultural. Lo que se juega es cambiar o no el rumbo del país.
¿Coincides con la apreciación de que la nueva Carta Magna toca muchos intereses de poder económico y político y ahí radica una motivación al Rechazo?
Esa es una de las motivaciones, pero hay otras. Existe un temor natural al cambio, existe una gran cantidad de egos heridos de quienes hubieran querido escribir la nueva Constitución y se eligió a otros para que lo hiciéramos y, por último, hay también un sector no menor en el cual ha calado hondo la campaña de mentiras y desinformación.
También en tus artículos hablaste de esas posturas que relevan “arreglar” o “modificar” el nuevo texto constitucional. ¿Cómo aprecias esas posiciones?
Hay que distinguir entre Rechazar para “modificar” y Aprobar para “arreglar”. En el primer caso, no resulta creíble. No sólo porque durante 30 años se opusieron a cambios relevantes -excepto el fin de la tutela militar-, sino porque hace menos de un mes votaron en contra en la Convención Constitucional de lo que hoy proponen modificar en la actual Constitución. En cuando al Aprobar para “arreglar” me parece una obviedad, toda Constitución democrática se puede modificar, no existirá una camisa de fuerza como la que hemos tenido hasta ahora.
En definitiva, ¿por que hay que Aprobar este texto?
Porque cambia el rumbo del país y permite transformaciones profundas de manera gradual y democrática. Si el pueblo la ratifica, tendremos una Constitución joven, que asume y enfrenta los temas del siglo XXI como la paridad de género, la emergencia climática, la plurinacionalidad, la brecha digital y, por cierto, garantiza los derechos fundamentales.
En particular, y dada tu experiencia en este ámbito, ¿como quedamos en materia de derecho a la información, libertad de expresión, sistema de medios, pluralidad, y concentración de propiedad en medios de comunicación?
Para mí lo más importante en este ámbito es asegurar una irrestricta libertad de expresión, sin este derecho todos los demás están en peligro. Esto quedó claramente asegurado en la nueva Constitución. Por otra parte, establece un sistema público de medios, que es muy relevante para equilibrar la información. En lo personal, y considerando la velocidad de las transformaciones tecnológicas, prefiero que -salvo lo esencial- el resto quede entregado al debate legislativo.
En términos de cultura política, de civilidad, ¿viviremos una transformación?
Aprobar la nueva Constitución es el primer peldaño para empezar a construir democráticamente, entre todos y todas, el país que queremos. Tomará varios años que entre completamente en vigor, con leyes y políticas públicas que se adecúen a las nuevas nomas y principios. Durante este período, las y los chilenos la iremos haciendo propia, se nos pegará a la piel e iremos cambiando nuestra cultura, nuestra manera de relacionarnos, reemplazando la competencia por la colaboración, el individualismo por la colaboración, el abuso por respeto y dignidad.