Donde la población no tiene acceso a la vivienda ni el agua, donde sufren ser “zona de sacrificio”, donde no se cumple con derechos vitales, el rechazo ganó con abultado resultado. Un irracional comportamiento del electorado, pero se trata de un ejercicio de autoflagelación demasiado doloroso.
Miguel Lawner(*). Santiago. 05/09/2022. Europa está en llamas. Se queman decena de miles de hectáreas de bosques y llanuras en España, Francia, Reino Unido y otros lugares. Gran parte de China está bajo las aguas. Lluvias torrenciales no cesan en el sudeste de Asia y mira que hablar de los Derechos de la Naturaleza en la nueva Constitución para Chile.
Alto Hospicio concentra la mayor cantidad de campamentos en Chile, y mira que hablar “del derecho a una vivienda digna y adecuada”. Un 72,07% votó por el rechazo.
Puerto Varas, Villarrica y Pucón están a punto de no seguir disfrutando de las aguas de uno de los más bellos lagos del mundo, afectado por el desagüe indiscriminado de las aguas servidas, y mira que hablar de que “es deber del Estado ordenar, planificar y gestionar los territorios, así como establecer reglas de uso y transformación del suelo de acuerdo al interés general, la equidad territorial, sostenibilidad y accesibilidad universal”. Un 69,65% voto por el rechazo en Villarrica, un 66.82% en Pucón y un 70,79% en Puerto Varas.
La población de Petorca y Cabildo hace años que se abastece de agua mediante camiones aljibes, ya que las aguas del río La Ligua han sido usurpadas por los agricultores que las destinan para regar plantaciones de paltos y mira que hablar que “toda persona tiene derecho humano al agua y al saneamiento suficiente, saludable, aceptable, asequible y accesible. Es deber del Estado garantizarlo para las actuales y futuras generaciones”. Un 60.25% de la población de Cabildo apoyó el rechazo y también un 56,11% de los electores de Petorca, quienes optaron por seguir abastecidos de agua potable mediante camiones aljibes.
Quinteros y Puchuncaví, se han transformado en zonas de sacrificio, a raíz de la contaminación atmosférica generada por la concentración irracional de centrales térmicas y otras industrias contaminantes y mira que hablar que “El Estado debe proveer las condiciones necesarias para alcanzar el más alto nivel posible de la salud, considerando en todas sus decisiones el impacto de las determinantes sociales y ambientales sobre la salud de la población”.
Un 57,32 % de la población de Puchuncaví apoyó la opción rechazo y también un 58,11% de Quinteros.
Podría continuar con este irracional comportamiento del electorado, pero se trata de un ejercicio de autoflagelación demasiado doloroso. Lo dejo hasta aquí.
Tal como lo afirmé en varias oportunidades, la Convención Constitucional nos entregó un texto admirable, elogiado por muchas de las más prestigiosas figuras del arte, la cultura, la economía y políticos del mundo entero. También en Chile. Bastaba ver el mosaico de quienes se congregaron para animar el inolvidable cierre de la campaña del apruebo. Lejos, lo mejor de los chilenos.
Reitero mis felicitaciones a los Convencionales que nos entregaron un texto excepcional, venciendo todos los inconvenientes que les impuso el Parlamento chileno y los grandes poderes económicos.
No fue suficiente. Pudo más el poder de quienes vieron desmoronarse los ilegítimos privilegios adquiridos desde la dictadura e incrementados en los años de esta interminable transición, quienes jugaron la guerra más sucia conocida en la historia de Chile.
Todos quienes me conocen, saben que he sido toda mi vida un optimista irremediable. Permítanme hoy día haber practicado este miserable ejercicio de autoflagelación, como válvula de escape al inesperado desconsuelo que me abruma.
Los saludo, con la dosis de afecto que aún me queda.