En el mundo circulan más de mil millones de armas de fuego, según un reporte de la ONU

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Adedeji Ebo, alto representante adjunto de la Organización de Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, dijo que es una expansión que expresa “tanto un síntoma como un factor determinante de las múltiples crisis de seguridad”.

Agencias. 11/11/2025. “En el mundo circulan más de mil millones de armas de fuego”, indicó Adedeji Ebo, alto representante adjunto de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para Asuntos de Desarme y sostuvo que es una expansión que expresa “tanto un síntoma como un factor determinante de las múltiples crisis de seguridad” que enfrenta la comunidad internacional.

Ebo subrayó que esa cifra de circulación de armamento por el mundo “resalta la urgencia de atender las consecuencias de las armas pequeñas y ligeras ilícitas, cuyo alcance es considerable”.

El funcionario mencionó esfuerzos regionales ante esta situación, como las hojas de ruta de control de armas en América Central, El Caribe, los Balcanes Occidentales y África, y la continuidad de la iniciativa “Silenciar las armas” impulsada por la Unión Africana. “Estas herramientas son pasos importantes hacia un marco global más coherente y efectivo”, afirmó.

En este marco, datos de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU señalaron que 48 mil civiles murieron en 2024 por causas relacionadas con conflictos armados, un incremento del 40 por ciento respecto al año anterior. En algunos escenarios, hasta el 30 por ciento de esas muertes fueron causadas por armas pequeñas.

Entre 2022 y 2024, el 88 por ciento de los casos de violencia sexual en conflictos documentados involucraron el uso de armas de fuego. La violencia armada, advirtió Ebo, “interrumpe la educación, destruye sistemas de salud y frena el desarrollo sostenible”, con graves consecuencias para la estabilidad social y económica.

El alto representante adjunto de la ONU para Asuntos de Desarme llamó al Consejo de Seguridad a integrar de manera sistemática la dimensión de las armas ligeras en los mandatos de operaciones de paz y procesos de desarme, desmovilización y reintegración, e insistió en un enfoque con perspectiva de género y juventud.

Advirtió que “las armas que se fabrican hoy pueden alimentar los conflictos de mañana”, y subrayó: “Prevenir su desvío y fabricación ilícita es una responsabilidad colectiva. Si fallamos, el costo será una inseguridad cada vez más profunda”.