Desde distintos espacios ciudadanos e institucionales se insistió en que, existiendo el borrador del nuevo texto constitucional, lo que viene es la necesidad de informar e informarse bien, salir al paso a mentiras y distorsiones, y consolidar la aprobación mayoritaria de la Carta Magna en el plebiscito del próximo 4 de septiembre.
Equipo “El Siglo”. Santiago. 15/05/2022. Este es un momento crucial para continuar avanzando en la aprobación de una nueva Constitución.
Ya está el borrador del nuevo texto constitucional que permite conocer cómo viene la Carta Magna, más allá de mentiras y distorsiones. Las chilenas y los chilenos pueden leer de primera mano lo que realmente dice el contenido y tener una postura respecto, por ejemplo, a los derechos sociales que se consagran. (Ver nota en www.elsiglo.cl con texto íntegro del borrador).
El sábado pasado, la presidenta de la Convención Constitucional, María Elisa Quinteros, dijo que “estamos muy felices de anunciar formalmente que ya tenemos el borrador de nueva Constitución. Hoy, después de 103 sesiones del pleno, muchas de ellas maratónicas, cerramos finalmente el debate constitucional. Esta fue una labor tremendamente democrática y participativa”. Los trabajos de las y los convencionales se prolongo por diez meses, y ahora están dos meses para afinar aspectos del texto.
El vicepresidente la Convención, Gaspar Domínguez, declaró que “sabemos que debemos desplegarnos a la ciudadanía para que conozcan de primera fuente los elementos que realmente están contenidos en la propuesta de nueva Constitución, porque basta hablar con mi madre y sus amigas, o con las señoras que venden sopaipillas afuera del Congreso, para reconocer que gran parte de la información que está disponible dando vuelta no es real y por eso nosotros tenemos la responsabilidad de hacer educación popular, para que la gente tenga acceso a la información real y pueda tomar una decisión”.
Ahora viene el trabajo de muchas y muchos convencionales en las comisiones de preámbulo (redactar una propuesta de Introducción al texto constitucional), armonización (corregir contradicciones, gramática y coherencia dentro del texto de la nueva Constitución) y normas transitorias (procedimientos y plazos para la implementación de la nueva Carta Magna, la transición entre la actual normativa y la que viene).
El texto final, con las correcciones y coherencias ajustadas, se le entregará al Presidente de la República, Gabriel Boric, el 4 de julio y será conocido por toda la ciudadanía. Luego, el 4 de septiembre, será el plebiscito para aprobar o rechazar, con una campaña mediante.
“Tarea cumplida!!! Terminado el último pleno de votación de normas constitucionales. Muy emocionad@s al cierre de la jornada. Vinimos a construir una #NuevaConstitución en democracia, en paridad y plurinacional. Se entierra la const del 80 y alcanzaremos dignidad!”, colocó en Twitter la convencional Carolina Videla.
El convencional Ignacio Achurra dijo en redes sociales: “¡Terminamos de escribir los artículos de la propuesta de nueva Constitución! Un proceso democrático e institucional con sus virtudes y defectos, pero profundamente republicano, transparente e inspirado por el amor a nuestro país. Le ofreceremos a Chile un mucho mejor camino”.
“Vinimos a construir una #NuevaConstitución en democracia, en paridad y plurinacional”
Desde sectores sociales, populares, políticos e intelectuales que están por avanzar hacia una nueva Constitución, se llamó a fortalecer toda actividad que posibilite que la ciudadanía conozca el texto de la nueva Carta Magna, y para eso se insistió en la necesidad de realizar trabajo territorial y de información en círculos barriales, familiares, laborales, de la educación, entre amigos y espacios públicos.
Un elemento tiene que ver con “dejar atrás la Constitución de 1980” impuesta por la dictadura, elaborada por una comisión pequeña de personeros conservadores y sometida a un fraudulento plebiscito cuando ni siquiera existía un padrón electoral en Chile.
Al mismo tiempo, enfatizar que este texto constitucional garantiza derechos sociales, moderniza y democratiza mucho más el sistema institucional, otorgar derechos avanzados a las y los trabajadores, establece el cuidado y soberanía de recursos naturales, consagra libertades de todo tipo y le asigna un rol de protección al Estado, dando espacios a los privados.
Además, tanto convencionales como legisladores y dirigentes sociales, expresaron que la nueva Constitución da respuesta a las demandas sociales planteadas sobre todo en la revuelta social de 2019.
La puerta que se abre, en todo caso, es la batalla por aprobar o rechazar la nueva Constitución. En esta última opción ya están comprometidos sectores conservadores que buscan continuar con la Constitución del ’80, lograr que el Parlamento o un grupo de expertos haga otro texto o revertir el actual proceso constituyente. En ese camino inclusive más que darle la espalda al nuevo texto, están planteando convencer a la gente que vote contra la labor de la Convención. Desde los sectores que están por aprobar, se están conformando comandos y organizando a la ciudadanía para informarse de la nueva Constitución, explicar y convencer sobre los avances que significa como sociedad.
José Toro, secretario general del Partido por la Democracia, dijo que “el principal desafío de la campaña del Apruebo será educar y dar a conocer el contenido (de la nueva Constitución), y especialmente demostrar por qué le hace bien a Chile y sobre todo por qué es beneficiosa para las y los ciudadanos”.
El hito determinante será el plebiscito del próximo 4 de septiembre, en que la ciudadanía, en voto obligatorio, deberá aprobar o rechazar la nueva Constitución. De cara a ese momento, el ministro Secretario General de la Presidencia, Giorgio Jackson, planteó que “ojalá se decida desde la información y no desde la desinformación”.