EL EDITORIAL. Un camino progresista en beneficio del pueblo

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La tercera Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric, lleva a desechar que en el país se impone la desesperanza, el desorden y la ausencia de gestión pensando en el pueblo. Hubo un balance y una proyección en base a datos y antecedentes objetivos, que innegablemente dan cuenta de una situación global positiva en muchos ámbitos, sin que se desconozcan dificultades y  problemas. Varios proyectos presentados tienen que ver con reivindicaciones del mundo laboral, de movimientos de mujeres y feministas, de los estudiantes y de la sociedad civil. Y ya se observa una actitud hostil, agresiva y negativa de parte de sectores conservadores, sobre todo en relación a la materialización de derechos laborales, de las mujeres y los estudiantes, de los jubilados y de sectores vulnerables. Cabría tener en cuenta los llamados en cuanto a que ante proyectos bien precisos, el movimiento social, la sociedad civil, las organizaciones del pueblo, se deberían movilizar de acuerdo a sus reivindicaciones.

“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 2/&/2024. Leer con responsabilidad la tercera Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric, lleva a desechar que en el país se impone la desesperanza, el desorden y la ausencia de gestión pensando en el pueblo.

Ahí hubo un balance y una proyección en base a datos y antecedentes objetivos, que innegablemente dan cuenta de una situación global positiva en muchos ámbitos, sin que se desconozcan dificultades y  problemas en el país, entre ellos, las carencias de la mayoría del país que impiden una vida digna y tener una tranquilidad de acceso a justicia social que permita una adecuada calidad de vida.

En la Cuenta Pública -al revisarla en detalle- se constatan logros y avances como la ostensible baja de la inflación, el salario mínimo en 500 mil pesos, la implementación de la jornada laboral de 40 horas semanales, el copago cero en Salud, la construcción de más de 100 mil viviendas, la implementación del royalty minero que está beneficiando a decenas de comunas y regiones, significativo aumento de dotación y presupuesto para las policías, avance en la política nacional del litio, planes en relación a la defensa y promoción de los derechos humanos, leyes para reforzar la seguridad pública, política exterior destinada a contribuir a la paz, la condena de guerras y genocidios y la integración, aumento de la inversión extranjera, entre otros.

Lo anterior en un contexto de estabilización política y económica, búsqueda de fortalecimiento democrático e institucional y de enfrentar complejas situaciones sociales, económicas y políticas que se han producido en estos años recientes.

Se debe sumar a aquello, anuncios hechos por el Presidente Gabriel Boric que no son menores. El envío de proyectos de negociación colectiva ramal, equidad salarial en beneficio de las trabajadoras, reforzamiento del sistema de cuidados, legalización del aborto, nuevo mecanismos de financiamiento de la educación universitaria, aumento de dotación y recursos para las policías, avanzar en reforma política en un camino de ampliación democrática, e insistir en la reforma de pensiones para elevarlas de un rango precario, a todas luces marca iniciativas de carácter social y progresista que benefician al pueblo.

Por lo demás, varios proyectos presentados tienen que ver con reivindicaciones del mundo laboral, de movimientos de mujeres y feministas, de los estudiantes y de la sociedad civil.

Claro que el mandatario hizo alusión a quienes mantienen posturas negativas, obstruccionistas y beligerantes. “A veces, confieso, miro con frustración a quienes parecieran querer que los problemas se agraven, no que se resuelvan; a quienes se niegan a encontrar soluciones con el objetivo de probar que tenían razón o para ganar algunos puntos en la encuesta semanal”, apuntó Gabriel Boric. Basta mirar cada día las posturas de personeros de la oposición, de gremios empresariales, de sectores conservadores, para constatar lo real de la reflexión del Presidente que, por lo demás, la hacen diversos sectores de la ciudadanía.

Lo que es objetivo es que en estos dos años se han producido avances y los dos que quedan auguran también situaciones beneficiosas. Las cosas no son completamente oscuras ni desastrosas. Hay elementos para hablar de marcos positivos y alentadores en diversos ámbitos.

Claramente que eso no significa que el pueblo, las grandes mayorías, siguen padeciendo problemas y dificultades, lo que provoca malestar y enojos. En esa línea se podría insistir en que el Gobierno pueda tomar iniciativas en el marco de sus atribuciones para garantizar apoyos sociales a la población y sobre todo sectores más pobres. Pero también, que la derecha económica y política tiene que hacerse responsable de los muros que levanta al avance de derechos y soluciones para el pueblo.

No se debe olvidar que los grandes problemas de Chile son estructurales, vienen hace décadas, y tienen que ver con un modelo económico inequitativo y mercantil, con desequilibrios sociales evidentes y falencias en el sistema político institucional en una perspectiva del funcionamiento de una democracia participativa.

Con el balance hecho por el jefe del Ejecutivo, pero sobre todo con los anuncios realizados, ya se observa una actitud hostil, agresiva y negativa de parte de sectores conservadores, sobre todo en relación a la materialización de derechos laborales, de las mujeres y los estudiantes, de los jubilados y de sectores vulnerables.

En ese sentido, cabe tener en cuenta los llamados en cuanto a que ante proyectos bien precisos, el movimiento social, la sociedad civil, las organizaciones del pueblo, se deberían movilizar de acuerdo a sus reivindicaciones y exijir la concreción de respuestas y derechos.

Hoy existen posibilidades de avanzar en un país más equitativo, justo, democrático, con medidas progresistas y sociales. Es una tarea no sólo del Gobierno.