La derecha y la extrema derecha quieren mantener el fantasma del golpismo, de las respuestas antidemocráticas. Con ello, debería quedar en claro cuál es el verdadero fantasma que amenaza a la democracia chilena. En las candidaturas de derecha y extrema derecha hay un peligro de retroceso en los derechos de chilenas y chilenos. Ahí se aparece el real fantasma que amenaza al pueblo chileno.
“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 5/7/2025. No se debe minimizar o dejar en un supuesto ámbito de locura los dichos de Johannes Kaiser, representante de la extrema derecha, como tampoco las declaraciones que están saliendo hace tiempo de Evelyn Matthei, candidata presidencial de la derecha, y del ultraderechista José Antonio Kast.
Los tres, en distintos momentos recientes, reivindicaron y justificaron el golpe de Estado de 1973 y la secuela de miles de violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por agentes del Estado.
Esto llega a un borde peligroso, cuando desde la actual derecha y extrema derecha se indica que pueden repetirse circunstancia que motiven un golpe de Estado y reiteran llamados a proscribir a las y los comunistas.
En definitiva, en pleno siglo XXI, la derecha y la extrema derecha quieren mantener el fantasma del golpismo, de las respuestas antidemocráticas. Con ello, debería quedar en claro cuál es el verdadero fantasma que amenaza a la democracia chilena.
También Kaiser, Matthei y Kast llevan tiempo haciendo anuncios y planteando posiciones que atentan contra derechos de pobladores y familias sin casa, contra derechos de las mujeres y los jóvenes, que acotan derechos laborales y salariales, reivindicando posibles medidas autoritarias y represivas, apuntando a revivir hegemonías políticas atentando contra la diversidad, dejando de lado derechos indígenas, anunciando expansión de privatizaciones y manteniendo abusos de los poderes financieros, y sosteniendo que se podrían echar atrás logros sociales, laborales y democráticos conseguidos en los últimos años.
Eso apunta a que, como se ha señalado desde el oficialismo, en las candidaturas de derecha y extrema derecha hay un peligro de retroceso en los derechos de chilenas y chilenos. Ahí se aparece otra vez el real fantasma que amenaza al pueblo chileno.
Las reivindicaciones golpistas y autoritarias, y las medidas restrictivas de derechos, se están escondiendo detrás de discursos populistas, de orden y seguridad, y de una supuesta estabilidad.
En definitiva, se trata de la mantención de un esquema de país desequilibrado, abusivo, tensionado, unidireccional, destinado a mantener y reforzar poderes fácticos, financieros y de elite, y de postergar transformaciones y logros que beneficien a las familias chilenas, a trabajadoras y trabajadores, a las mujeres y los jóvenes, a las y los pensionados, a la niñez, a los sin casa, a las y los estudiantes y al mundo de la cultura.
Ahí están los peligrosos fantasmas que acechan a la sociedad chilena. Posiciones autoritarias y oscurantistas, discriminadoras y excluyentes.
De allí la necesidad de fortalecer el relato y la propuesta democrática, progresista y transformadora, explicando las medidas que se deben aplicar para beneficio del pueblo y consagrando el compromiso con la democracia, la participación y el respeto a los derechos civiles y humanos.
En ello no se debe olvidar estos meses la existencia de frustraciones, enojos y desconfianzas que calan en segmentos de la población ante carencias y ausencia de respuestas eficaces, junto a una extendida repetición de casos de corrupción en ámbitos del sector empresarial-financiero y del sector público.