EL EDITORIAL. No sólo de elecciones viven las causas populares

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Las fuerzas progresistas y transformadoras, sus partidos, dirigencias políticas, militancias, no deben limitarse sólo a la labor electoral y menos caer en prácticas electoralistas y acotadas a los comicios. Deben ser generadoras, impulsoras, reivindicadoras de la movilización social más amplia y masiva, a lo largo de todo el país.

“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 9/3/2025. Sólo los sectores conservadores, la derecha orgánica, grandes empresarios y poderes fácticos le temen -y rechazan, estigmatizan y criminalizan-  a la gente conscientemente organizada y movilizada.

Las fuerzas democráticas, progresistas, transformadoras y de izquierda, en cambio, deben alentar la movilización social, la expresión de la voz del pueblo y la participación ciudadana.

Durante décadas, en Chile se ha constatado que la protesta social, la organización popular, las demostración de fuerza de amplios sectores sociales, de trabajadores, mujeres y jóvenes, la consciencia, son factores determinantes para impulsar cambios, tomar medidas, encontrar respuestas a demandas y llevar adelante procesos en beneficio de la calidad de vida, dignidad y derechos de chilenas y chilenos.

Junto a eso, la participación del pueblo en las elecciones es una forma de expresión y de compromiso político. El voto ciudadano determina con mucho el curso de los procesos y de los acontecimientos. Por eso siempre habrá que procurar que sea un voto informado, consciente, que abra vías de solución a las necesidades sociales, y no un voto desinformado, manipulado, que cierre las puertas a necesarias transformaciones en bien de la población.

En ello, por cierto, será determinante el trabajo de las organizaciones políticas progresistas y de izquierda en vinculación con amplios y diversos sectores de la ciudadanía, no sólo cuando inician las campañas electorales, sino en todo momento.

Este 2025 es un año que tiene un sello electoral. Se elegirán al próximo o próxima presidenta, a las y los integrantes de la Cámara de Diputadas y Diputados y parte del Senado.

El 2025 debe ser, al mismo tiempo, un año de movilizaciones, de participación popular, de expresión de la voz ciudadana.

El pueblo debe estar en todo espacio que sea conveniente y propicio para instalar sus demandas, exigir respuestas e impulsar proyectos e iniciativas que mejoren su calidad de vida y materialicen más derechos.

Las fuerzas progresistas y transformadoras, sus partidos, dirigencias políticas, militancias, no deben limitarse sólo a la labor electoral y menos caer en prácticas electoralistas y acotadas a los comicios. Deben ser generadoras, impulsoras, reivindicadoras de la movilización social más amplia y masiva, a lo largo de todo el país.

Es fundamental que se consiga la elección de la candidata o el candidato presidencial que represente el programa transformador de beneficio para la gente. Es fundamental que los sectores progresistas y de izquierda tengan mayoría en el Congreso. Es prioritario evitar un éxito de la derecha reaccionaria y de la extrema derecha oscurantista.

Junto a eso, de la mano, el pueblo debe movilizarse, la sociedad civil debe participar, en el camino de respaldar reformas legislativas que enanchan los derechos del pueblo, de exigir mejoras sociales y laborales, de reivindicar demandas en vivienda, educación, salud, de buscar más avances en pensiones, y hacerle frente a quienes desean frenar y retroceder en derechos civiles, sociales, económicos y laborales.

El destino del pueblo chileno y su bienestar, no puede decidirse entre cuatro paredes, debe enrumbarse en abiertos espacios donde se escuche su voz y se constate su organización.