“Las pretensiones de la Casa Blanca incluyen deslegitimar la fructífera presencia de China en el continente y frustrar los proyectos de integración latinoamericanistas, así como atacar el desarrollo de los BRICS que es una alternativa para la región y donde ya participan varias naciones de la zona”
«El Siglo». El Editorial. 17/10/2025. Sin duda que nuestro país vive un período vertiginoso y desafiante. Hay cuestiones decisivas en juego. Sin embargo, al mismo tiempo, hay una situación regional grave que no se debe perder de vista.
Fuerzas navales de Estados Unidos militarizan el mar Caribe y efectúan ataques letales violando el Derecho Internacional y tratados sobre el mar. Es una flota militar que amenaza a Venezuela y establece la posibilidad de una intervención armada en esa nación, algo pedido por María Corina Machado. Existe una operación política de Donald Trump, desarrollada por su secretario de Estado, para golpear a Venezuela, junto a Cuba y Nicaragua, que incluye excluir a esos países de la llamada «cumbre de las américas» controlada por la Casa Blanca.
Se suma a eso la nueva ofensiva estadounidense contra Cuba, con cientos de nuevas condiciones de bloqueo, la incorporación de la isla en una arbitraria lista de países «promotores del terrorismo» y otras acciones contra el país socialista, que incluye la amenaza de la fuerza naval en El Caribe.
Trump quiere intervenir militarmente y a través de sus agencias de Inteligencia en México, Ecuador, Perú, El Salvador, Colombia y otros lugares con la excusa del supuesto combate al narcotráfico y el crimen organizado y, de paso, colaborar en la criminalización y la represión de movimientos indígenas, medioambientalistas y sociales.
En la región se despliegan los altos mandos del Comando Sur de Estados Unidos no sólo con un afán militarista, sino hasta levantando tesis pretendiendo la apropiación de recursos naturales y promoviendo planes como instalación de una base militar en la zona austral de la región.
Desde el gobierno de Estados Unidos hay arbitrarias e intencionadas acciones a través de medios de comunicación, plataformas digitales, espacios diplomáticos y políticos, para presionar a gobiernos latinoamericanos, promover las posiciones injerencistas de Trump y atacar a fuerzas progresistas de izquierda.
Las pretensiones de la Casa Blanca incluyen deslegitimar la fructífera presencia de China en el continente y frustrar los proyectos de integración latinoamericanistas, así como atacar el desarrollo de los BRICS que es una alternativa para la región y donde ya participan varias naciones de la zona.
Hay que estar atentas y atentos a los acontecimientos y hechos en América Latina y El Caribe y respaldar y promover posiciones de soberanía, paz, no intervencionismo y solidaridad.