EL EDITORIAL. Los 85 años de “El Siglo”

Compartir

Hay una certeza de que El Siglo debe existir para seguir contribuyendo a un sistema medial diverso, para continuar dando voz a distintos sectores sociales y a las ideas transformadoras y de cambio, para insistir en la instalación de una prensa alternativa y una información soberana, para reivindicar la existencia de medios más allá de los consorcios empresariales y trasnacionales que, en una situación muy inusual a escala mundial, imponen una hegemonía y uniformidad comunicacional en el país.

“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 8/8/2025. Este 31 de agosto El Siglo cumple 85 años de existencia. Es uno de los periódicos más antiguos del sistema medial chileno. Son más de ocho décadas en que contribuyó y contribuye a la existencia de un arco periodístico diverso y abierto, estableciendo una nítida línea editorial comprometida con el pensamiento transformador y con proyectos de cambios en la sociedad chilena.

La perseverancia y resiliencia de todas y todos quienes desde 1940 trabajaron y trabajan en El Siglo, permite que sea un medio de comunicación aportador a la pluralidad en la prensa chilena, con contenidos en diversas materias que entregan una mirada alternativa en lo que hemos definido como Soberanía Informativa.

Está entre sus objetivos realizar una labor periodística veraz, de calidad, creativa, educativa y cultural, que contribuya a un sistema medial equilibrado y diverso, entregando noticias, reflexiones, debates, análisis e informaciones vinculadas a la defensa y promoción de los derechos del pueblo y la transformación de la sociedad chilena. Persiste el esfuerzo de entregar mensajes dotados de credibilidad, recurriendo a un abanico diverso de fuentes y pretendiendo dar cuenta de procesos que se viven tanto en el país como en el mundo.

Nadie podrá negar el sentido profesional del trabajo periodístico que instala El Siglo, con una reconocida línea editorial que no se oculta.

Son 85 años en que este periódico ha estado presente en diversos momentos de la vida nacional y metido a fondo en procesos sociales, culturales, políticos y económicos, básicamente siendo una voz de los de abajo, lo que incluye dos momentos de censura y persecución en períodos autoritarios y dictatoriales. Si hay un ejemplo de violación al derecho a la información, son las hostiles y criminales persecuciones a este periódico.

En la actualidad hay un compromiso y esfuerzo por continuar con la edición impresa, reforzar la presencia con el Portal Web y desarrollar mensajes en redes sociales, todo en la intención de entregar información y análisis que contribuya al conocimiento, la contextualización, la ilustración de la que habló Luis Emilio Recabarren, la acumulación de datos y antecedentes de las realidades, en la idea desafiante -ante voces resignadas a que “la gente ya no lee” o que “la prensa ya no es útil”, junto a fenómenos de desinformación y mal uso de instrumentos digitales- de que las ciudadanas y ciudadanos no pierdan el hábito de leer, de acceder a la información, de dotarse de argumentos. “Queremos que leas” es uno de nuestros llamados.

Como nunca en su historia, incluso en tiempos de dictadura, este periódico pasa por tremendos problemas financieros y de recursos. Pero los asume y busca maneras de superarlos, en medio de medidas insuficientes del Estado para aportar a la diversidad medial, de modificaciones en el mercado de las comunicaciones, y criterios oscurantistas y distractores de sectores empresariales y conservadores respecto al desarrollo de la prensa.

También reciente miradas estigmatizadoras, sectarias, despreciativas y de incomprensión, que no sólo llegan desde sectores conservadores o contrarios a su línea editorial, ante lo cual actuamos con la convicción de que somos un medio necesario.

Al llegar a los 85 años no hay una visión puramente emocional, retórica o nostálgica.

Hay una certeza de que El Siglo debe existir para seguir contribuyendo a un sistema medial diverso, para continuar dando voz a distintos sectores sociales y a las ideas transformadoras y de cambio, para insistir en la instalación de una prensa alternativa y una información soberana, para reivindicar la existencia de medios más allá de los consorcios empresariales y trasnacionales que, en una situación muy inusual a escala mundial, imponen una hegemonía y uniformidad comunicacional en el país.

Llegar a los 85 años es una fiel comprobación de que este periódico es útil, tiene un espacio, puede aportar y puede proyectarse en un espacio comunicacional y de pensamiento que otros medios no entregan. Es un medio diferenciado de los convencionales y empresariales, que tiene su nicho y su proyección comunicacional.

Nunca su ejercicio periodístico será aséptico ni falto de compromiso. Será leal a su trayectoria en la historia del periodismo chileno y a la convicción de aportar a la diversidad, el debate, la información y la veracidad, en beneficio del pueblo y los intereses más nobles de justicia social, equidad económica y respeto a los derechos humanos y civiles de chilenas y chilenos.