Si, entre otras cosas, se tiene en cuenta la importancia estratégica a nivel mundial del “oro blanco” y en todo lo que vendrá de desarrollo tecnológico y científico, y lo que puede contribuir al desarrollo del país y bienestar de sus ciudadanos, es inexcusable que no se coloque la mayor atención en este tema desde todos los ámbitos de la sociedad y en especial del Gobierno que se inicia en marzo.
“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 06/01/2021. El próximo Gobierno, en particular el Ministerio de Minería y la Corfo, legisladores, dirigentes políticos, organizaciones de trabajadores de la minería y el movimiento social, deberían tener una alta atención en cuanto a la explotación, comercialización y continuidad de la trasnacionalización y privatización del litio, un mineral estratégico para Chile, en términos de su desarrollo y obtención de recursos en beneficio de la mayoría de la población.
No preocuparse de lo que ocurra con la explotación de ese recurso natural chileno, dejarlo en los nubes de la agenda, no darle prioridad en la acción política y social, puede tener consecuencias graves para el país.
Todo es más inquietante cuando se observa la impunidad y ligereza con la que actúo Sebastián Piñera, su ministro de Minería y su Gobierno, al iniciar una licitación del “oro blanco”, cuestionada, extraña y por vía rápida, para satisfacer proyectos de dos grandes consorcios privados y reforzar el modelo extractivista y transnacional en la explotación de recursos mineros de Chile.
Si bien hubo una reunión entre integrantes del equipo del Presidente electo y el actual ministro de Minería, no quedó del todo claro que esa licitación se suspenderá y menos si realmente se darán pasos para terminar con el extractivismo, frenar la hegemonía de trasnacionales, cuidar el litio chileno y avanzar hacia otro modelo racional, sustentable y nacional en esta área.
Se trata, como se señaló desde una organización de trabajadores mineros, de que el litio esté en manos del Estado chileno y que se define su explotación y uso de acuerdo a estándares nacionales y con objetivos de beneficio para el país. En eso, será fundamental avanzar en la creación de una empresa estatal del litio.
Si, entre otras cosas, se tiene en cuenta la importancia estratégica a nivel mundial del “oro blanco” y en todo lo que vendrá de desarrollo tecnológico y científico, y lo que puede contribuir al desarrollo del país y bienestar de sus ciudadanos, es inexcusable que no se coloque la mayor atención en este tema desde todo los ámbitos de la sociedad y en especial del Gobierno que se inicia en marzo.
Por lo demás, de repente aparece como un tema no priorizado ni difundido suficientemente en la opinión pública, lo que podría debilitar la defensa del mineral y cambiar el modelo de su uso.
Es un asunto de hace décadas, pero hoy es trascendental entrar de lleno a decisiones clave en cuanto al litio, un elemento estratégico para el futuro de Chile.