Una vez más la televisión se resta a contribuir a aclarar, interpretar imparcialmente y difundir aspectos positivos de la propuesta que tiende a garantizar mejores pensiones y un sistema moderno y solidario de seguridad social para todos.
José Luis Córdova. Periodista. Santiago. 14/11.2022. La formidable campaña de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) contra un sistema de seguridad social como un derecho que propone el Gobierno, se despliega especialmente a través de las estaciones de televisión, incluido el Canal 7 “público”.
Ello se explica exclusivamente por los cuantiosos recursos que estas empresas invierten en este negocio que mantiene bajísimas pensiones para sus asociados y obtiene millonarias ganancias para los grandes grupos económicos que manejan discrecionalmente los fondos provenientes del ahorro obligatorio de los trabajadores.
Ni el presidente Boric ni los ministros de Hacienda, Trabajo, Economía o Secretaría General de Gobierno y de la Secretaría General de la Presidencia consiguen morigerar la brutal ofensiva publicitaria basada en mentiras, suposiciones, interpretaciones malintencionadas, poca transparencia y ocultamiento de irregularidades que caracterizan a la industria del actual sistema privado de pensiones.
La ofensiva pretende blanquear el rol de los privados haciéndolos aparecer como “blancas palomas” frente a un Estado corrupto y expropiador. Todos los datos indican precisamente lo contrario a partir del origen del sistema y que sufrimos todos los chilenos desde hace 40 años.
La falta de transparencia en las inversiones, el gasto en comisiones y el desvío de recursos al exterior o hacia las empresas de los conglomerados monopólicos de nuestro país, constituyen un misterio que un verdadero sistema de seguridad social -que discute el Parlamento- contribuiría para recuperar la confianza en las instituciones y el aumento de las pensiones.
La campaña publicitaria de las AFP cubre todos los horarios de la parrilla programática de la televisión y alcanza a noticiarios y programas de “conversación” donde lectores de informativos, conductores y animadores se prestan para seguir la corriente opositora en defensa de la “propiedad privada” y la supuesta inherenciabilidad de los fondos para las pensiones.
Nadie se atreve a defender la propuesta de sumar apenas un 6% en las cotizaciones de parte de los empleadores, que contribuiría solidariamente a solventar las pensiones de mujeres, de sus lagunas previsionales por maternidad, ingresos para cuidadoras de niños, adultos mayores y discapacitados, como también la brecha salarial entre hombres y mujeres.
Ningún “experto” destaca la libre elección que ofrece el proyecto gubernamental para la inversión de sus fondos en nuevos organismos privados y uno estatal y que la administración de los mismos serán públicos e informados permanentemente a los asociados, sin comisiones ni fines de lucro.
La desaparición de las AFP -tal como abusivamente las soportamos durante más de 4 décadas- debería constituir un hito social, político y comunicacional de importancia histórica que un medio de comunicación tan relevante como la televisión debería remarcar en forma privilegiada en lugar de recurrir a opiniones de personajes oscuros como los ex presidenciable José Antonio Kast, Sebastián Sichel o Ignacio Briones y algunos economistas de derecha para atacar el proyecto de sistema de seguridad social propuesto por el Gobierno al Parlamento para su actual discusión.
Una vez más la televisión se resta a contribuir a aclarar, interpretar imparcialmente y difundir aspectos positivos de la propuesta que tiende a garantizar mejores pensiones y un sistema moderno y solidario de seguridad social para todos, especialmente los más desposeídos y las mujeres de nuestro país. Otra deuda social de la industria televisiva.