«Ha surgido un cuestionamiento acerca de la identidad y los límites de la izquierda, y no tenemos dudas acerca de que en ella resulta esencial la definición como anti imperialista. Sin embargo en las alianzas destinadas a hacer frente a la derecha se incluyen sectores del denominado progresismo, que en nuestro país toman posición contra el neoliberalismo pero no lo hacen del mismo modo contra el imperialismo».
Santiago. 2022. Texto íntegro de la intervención de Claudio De Negri, en representación del Partido Comunista de Chile, en reunión del Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo los días 18 y 19 de noviembre de 2022 en Caracas, Venezuela:
Reciban el saludo del Partido Comunista de Chile a las delegaciones que participan -presencial o telemáticamente- de este encuentro ampliado del GT del FSP, en un momento crucial para los pueblos de nuestra región y para toda la Humanidad.
Se abre paso una nueva época, determinada por un cambio estructural, cualitativo y multiforme producto de la crisis de la globalización neoliberal, que nos plantea nuevos desafíos y complejidades en el marco de la lucha de los pueblos por dejar atrás toda expresión de la dominación imperial, el colonialismo y la guerra, para dar paso a la construcción de un nuevo orden mundial, basado en el derecho a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, los espacios multilaterales basados en la cooperación y el acceso al desarrollo, la paz y la preservación del medio ambiente.
Las formas de explotación y de enriquecimiento ilícito generados por el modelo neoliberal han llevado a la desigualdad y la crisis ambiental a niveles inéditos e insostenibles. Ante el debilitamiento sostenido de su hegemonía global, tanto por su incapacidad intrínseca para resolver los dramas provocados por el modelo neoliberal como por la irrupción de China y la generación de nuevas alianzas en el escenario internacional, la cabeza del imperio no tiene más respuesta que retomar la lógica de la Guerra Fría, ahora bajo el formato de las guerras de nueva generación y la expansión de la OTAN; el bloqueo y la desestabilización de los procesos emancipatorios; el sabotaje y la fragmentación de los espacios multilaterales de integración de países y pueblos.
En este marco, la tendencia hacia una nueva correlación de gobiernos favorables a la superación del neoliberalismo en nuestra región, con presencia de un amplio espectro identificado con la izquierda y el progresismo, constituye una luz de esperanza para los destinos de la Humanidad, al mismo tiempo que plantea nuevos desafíos a espacios de encuentro como el FSP.
Entre sus aspectos principales, consideramos pertinente señalar que la conquista del Gobierno, si bien constituye una victoria, no necesariamente equivale al control de todo el poder; que enfrentamos a una oligarquía articulada regionalmente para defender por todos los medios sus privilegios, incluyendo la reedición del fascismo, con distintos grados de incidencia en sectores populares.
Cada pueblo construye su propio camino. En nuestro caso, asumimos con independencia política el imperativo de la unidad en la diversidad, levantamos las banderas de un nuevo modelo de desarrollo que rompa con los esquemas de neoliberalismo y por una nueva Constitución Política, objetivo que mantiene su vigencia y adhesión popular mayoritaria, aunque se encuentra en proceso de debate para su nueva formulación.
La lucha política, cuando es real, tiene implícita la posibilidad de victorias y derrotas, como ocurrió con el rechazo al proyecto de Nueva Carta Magna en el plebiscito del 4 de septiembre, tanto por la ferocidad de los medios dispuestos en esa batalla por la derecha, como por nuestras propias limitaciones para incidir en los sectores que, si bien sufren los efectos del modelo, vuelcan su rechazo a la institucionalidad existente en toda su expresión y terminaron siendo canalizados por la derecha.
Los comunistas formamos parte de un Gobierno conformado por dos coaliciones, integradas por diez partidos en torno a un proyecto programático común, aunque abordado desde la parcialidad de sus integrantes. Creemos que no es el único caso en nuestra región y es materia de un proceso de unidad y lucha permanente, en la perspectiva de la conformación de una correlación mayoritaria de fuerzas en favor de las transformaciones capaz de cerrar el paso a la derecha y su presencia en el Parlamento y sus poderes fácticos.
Ha surgido un cuestionamiento acerca de la identidad y los límites de la izquierda, y no tenemos dudas acerca de que en ella resulta esencial la definición como anti imperialista. Sin embargo en las alianzas destinadas a hacer frente a la derecha se incluyen sectores del denominado progresismo, que en nuestro país toman posición contra el neoliberalismo pero no lo hacen del mismo modo contra el imperialismo.
En el nuevo escenario la lucha política tiende a desarrollarse a a través de la confrontación de fuerzas agrupadas en grandes bloques. No es casual que mientras se efectúa este encuentro, simultáneamente en México se realiza otro encuentro, esta vez convocado por la Conferencia de acción Política Conservadora (CPAC), con la presencia de representantes de la extrema derecha y el neofascismo de nuestra región, Europa y Norteamérica con el propósito de revertir los procesos populares en curso.
La diversidad propia de los procesos en curso perfila los desafíos del nuevo escenario, y coloca en el centro el imperativo de la unidad en torno a los problemas comunes, que son objetivos y se expresan en la necesidad compartida de acceder al desarrollo con soberanía, a la cooperación para hacer frente a la crisis migratoria en condiciones dignas, a nuestra soberanía sanitaria y alimentaria, al narcotráfico y} la crisis climática, al desarrollo de las relaciones pueblo a pueblo y la integración, especialmente en momentos de una crisis global de la que es cada día más complejo que un país pueda salir por si solo.
Por sobre las particularidades y contradicciones internas, que cada pueblo abordará según sus propias condiciones, se presenta un conjunto de asuntos comunes, como la necesidad de consolidar a América Latina y el Caribe como una zona de paz, del fortalecimiento de espacios multilaterales como CELAC y Unasur, entre otros, que nos permitan el desarrollo de una voz común de nuestra región en el escenario internacional y sea el principal soporte para la solidaridad con el pueblo cubano ante el criminal bloqueo imperialista y la solidaridad con el derecho soberano de los pueblos de Nicaragua y Venezuela a su autodeterminación,
Nada será sencillo en el escenario actual, marcado por una agudización de la batalla de ideas o la lucha ideológica acerca de la sociedad que aspiramos construir. Vendrán nuevos desafíos, entre ellos el cumplimiento en 2023 de los 50 años del golpe de Estado que en 1973 interrumpió el proyecto popular del Presidente Salvador Allende en Chile, mismo lustro en que se cumplen 200 años de la doctrina Monroe.
Desde Chile nos proponemos desarrollar una jornada nacional e internacional en torno a esa fecha, con diversas iniciativas que tengan como centro la vigencia del Proyecto Popular encabezado por Salvador Allende, a la vez que abran un nuevo espacio a la necesidad de estos días de una amplia ofensiva masiva, popular y multiforme de lucha y denuncia contra la amenaza del fascismo.
En nuestra condición de partido fundador del Foro de Sao Paulo, reafirmamos en él nuestro domicilio político internacional, solidario y antiimperialista, al que esperamos contribuir a partir de nuestro propio proceso ante los nuevos tiempos que se inician.
Muchas gracias.
Un abrazo fraterno.