El legislador repasó logros en el ámbito laboral y subrayó la necesidad de continuar avanzando, asumiendo temas como una adecuada reforma tributaria y lograr la negociación ramal sindical. Advirtió sobre problemas que se pueden presentar: “Los recortes presupuestarios tienen un costo concreto para la ciudadanía”.
Ana María Olivares. Periodista. “El Siglo”. Valparaíso. 3/2025. En un momento clave para las transformaciones sociales de Chile, conversamos con el diputado Luis Cuello, abogado, militante del Partido Comunista y actual presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputadas y Diputados. Desde su rol legislativo, ha sido protagonista en la tramitación de reformas laborales de alto impacto, como la jornada laboral semanal de 40 horas, el aumento del salario mínimo a 510 mil pesos y la reforma previsional.
Con la convicción de que las transformaciones sociales deben tener como centro la dignidad de las y los trabajadores, Cuello aborda los avances, las resistencias enfrentadas y los desafíos que quedan por delante. “Nos hemos enfrentado en estos tres años a un Parlamento donde no tenemos mayoría, con una mayoría derechamente conservadora. Entonces, en ese contexto, cada proyecto ley ha sido de una enorme dificultad”.
Lo que se sumó a la falta de un movimiento social con una mayor potencia para empujar los cambios que “si hubiese existido, tal vez hubiésemos avanzado en muchos otros aspectos que van a quedar pendientes” explica.
La histórica reducción de la jornada laboral
Uno de los hitos recientes más celebrados por el mundo del trabajo en Chile fue la promulgación de la ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. “Es un avance histórico que costó mucho sacar adelante por la fuerte oposición de sectores empresariales y de la derecha. Pero hoy es una realidad”, afirma Cuello.
Según el diputado, la implementación se está realizando de forma gradual, con el fin de permitir que empresas y trabajadores se ajusten adecuadamente a los cambios. “La reducción de la jornada no solo mejora la calidad de vida, sino que también busca aumentar la productividad y permitir un mejor equilibrio entre vida laboral y personal”, enfatiza. De todas formas, es elogiable que “muchas empresas, de forma voluntaria, ya han disminuido toda la jornada a 40 horas”.
Otro paso significativo para el país fue el aumento del salario mínimo a 500.000 pesos, efectivo desde julio de 2024, y que ahora llegó a 510 mil pesos, que “era una meta que parecía imposible cuando se comenzó a debatir hace ya varios añosy que generaba mucha resistencia por parte del empresariado y de la derecha política”.
Además, “era un compromiso del programa de Gobierno y es fruto de un diálogo que legitima al actor sindical, que legitima a la Central Unitaria de Trabajadores, que fue un actor principal en este proceso”, explica Cuello.
La anhelada reforma de pensiones
En un país donde el sistema de pensiones ha sido ampliamente cuestionado por entregar jubilaciones insuficientes e indignas, la reforma al sistema previsional buscó marcar un cambio estructural profundo y necesario. Sin embargo, “el proyecto original que planteó el Gobierno no fue el que salió, pero creo que se lograron aprobar cuestiones que son bastante significativas”, señala el diputado Cuello.
Durante décadas, el modelo basado en la capitalización individual, administrado por las AFP, ha sido ampliamente criticado por su incapacidad de garantizar pensiones que permitan una vida digna tras la jubilación, especialmente en los sectores más pobres y entre las mujeres, quienes enfrentan mayores brechas.
La nueva propuesta introduce un componente solidario al sistema, que apunta a equilibrar las desigualdades del modelo actual. En lugar de depender exclusivamente del ahorro individual, se propone un esquema mixto que combina contribuciones de los empleadores, aportes estatales y fondos redistributivos orientados a mejorar las pensiones más bajas.
“Por lo pronto, la creación de un seguro social creo que rompe con una lógica individual, porque finalmente eso es solidaridad. En segundo lugar, el Estado pasa a tener un papel importante y, lo más relevante, es que esto va a mejorar las pensiones de los chilenos”, comenta el presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara.
Este enfoque no solo busca asegurar un monto mínimo de pensión, sino también avanzar hacia una lógica de seguridad social más justa, que reconozca el trabajo no remunerado, las lagunas previsionales y las disparidades de género que históricamente han afectado a buena parte de la población trabajadora. “Estamos dejando atrás el modelo individualista de las AFP.”, explica el diputado.
La reforma tributaria y recortes presupuestarios
Para el diputado Luis Cuello uno de los temas que aún permanece como una deuda pendiente del Gobierno es la reforma tributaria, cuyo rechazo en el Congreso -impulsado por la derecha durante el segundo año de gestión- generó un importante retraso en la implementación de políticas públicas clave.
“El rechazo a la reforma tributaria impidió avanzar en respuestas concretas a muchas necesidades sociales. Fue un freno a la capacidad del Estado para enfrentar los dolores más urgentes del pueblo chileno”, afirma el parlamentario comunista.
Sin embargo, Cuello advierte que el actual debate tributario parece haber tomado un rumbo inesperado y, a su juicio, preocupante. “Hoy vemos cómo la discusión se ha desviado hacia propuestas de rebaja de impuestos corporativos, lo que me sorprende profundamente. Eso significa menos recursos para el Estado y, en consecuencia, menos herramientas para atender las necesidades ciudadanas”.
En ese contexto, el legislador considera que se debe abrir una conversación crítica al interior de la coalición oficialista. “Hay puntos que, desde mi perspectiva, no están del todo claros. Me preocupa, por ejemplo, el protagonismo creciente del Consejo Fiscal Autónomo (CFA) en el diseño de políticas públicas”.
Aunque reconoce el valor técnico del organismo, Cuello subraya una tensión de fondo: “El CFA puede aportar con conocimientos, pero no tiene representatividad democrática. Nadie eligió a sus miembros y, sin embargo, se pretende que sus recomendaciones determinen recortes significativos en el presupuesto del Estado”.
Para el parlamentario, el impacto de estas decisiones no es abstracto: “Los recortes presupuestarios tienen un costo concreto para la ciudadanía. Por eso, estos debates deben abordarse con seriedad y responsabilidad, considerando el impacto real que tienen en la vida de las personas”, advierte.
Negociación ramal: la apuesta para equilibrar el poder en el mundo del trabajo
En medio del debate sobre las transformaciones que el país necesita, el diputado Luis Cuello explica que “de las reformas estructurales que hay que hacer en Chile, una fundamental es la negociación ramal o multinivel”.
A diferencia del modelo actual -basado en negociaciones por empresa-, esta herramienta permitiría que los sindicatos de un mismo sector productivo puedan establecer estándares mínimos comunes para toda la industria, fortaleciendo su capacidad de incidencia y mejorando las condiciones laborales de forma más equitativa.
“Se ha demostrado en el mundo que la mejor herramienta para poder mejorar las condiciones de remuneraciones y condiciones laborales es siempre equilibrar la relación entre empresarios y trabajadores. Hoy lo que se requiere es que sean los grandes sindicatos, las centrales de trabajadores, las confederaciones y las federaciones quienes puedan negociar colectivamente de forma obligatoria.”, explica Cuello.
Para el parlamentario implementar este mecanismo requiere una actualización profunda de la legislación laboral chilena, así como un impulso decidido a una cultura de diálogo social. “En principio la idea fue que esto fuera tripartito, pero el empresariado ya se bajó, se restó este diálogo, lo que da una muestra de cuál es el sustrato ideológico que tiene hoy día la empresa. Sin embargo, aun cuando tengamos una condición adversa en el parlamento, es necesario que esto se presente y lo discutamos, que fijemos posición y también que escuchemos a los trabajadores” señala.
Cuello plantea que avanzar hacia la negociación ramal no solo es una modernización del sistema laboral, sino también una señal de madurez democrática, que permite distribuir el poder de manera más justa al interior del mundo del trabajo.
La crisis del transporte en regiones
Para el diputado Luis Cuello, la crisis del transporte público en regiones es una expresión más del abandono estructural del Estado fuera de Santiago. A diferencia de la capital, donde el sistema ha sido modernizado y cuenta con una fuerte participación estatal -como en el caso del Metro-, en gran parte del país el acceso a servicios básicos como la electricidad o el transporte sigue siendo deficiente.
“En Santiago se percibe como resuelto el problema del transporte. Pero en regiones enfrentamos una crisis permanente, que ha sido ignorada durante años”, advierte el parlamentario por Valparaíso.
Si bien Cuello reconoce avances impulsados por el Ministerio de Transportes, como la incorporación de la electromovilidad en algunas ciudades, insiste en que estos esfuerzos son aún insuficientes. “Acá en Valparaíso logramos, por ejemplo, la llegada de 44 buses eléctricos, lo que es un avance importante. Pero falta mucho más”, asegura.
A su juicio, se requiere un cambio profundo en el enfoque del Estado frente a este servicio esencial. “No basta con que el Estado sea solo un regulador. Debe asumir un rol activo en la prestación del servicio, tal como lo hace en Santiago con el Metro. Esa misma lógica debe extenderse a las regiones”, plantea.
Para Cuello, garantizar un transporte público digno, accesible y sostenible fuera de la capital es una tarea pendiente que debe ser abordada con voluntad política y con una mirada de equidad territorial.
Con una visión marcada por la justicia social y la descentralización, el diputado Luis Cuello plantea los desafíos para este período, en que lo urgente es equilibrar el poder entre trabajadores y empleadores, fortalecer el rol del Estado en servicios clave como el transporte público (entre otros)y la necesidad de una reforma tributaria que permita financiar políticas públicas para las necesidades más urgentes.