Del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, Palestina y la ONU

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Nos duelen las muertes de los menores en Gaza, como también duelen los niños y niñas que vemos en las calles de Chile trabajando o acompañando a sus padres en el comercio informal, en lugar de que estén estudiando para romper el círculo de la pobreza.

Pedro Tapia Correa. Concejal de Estación Central. Santiago. 12/6/2024. Durante este 2024, sin duda, no podemos dejar de pensar en los niños, niñas y adolescentes palestinos que han sido víctimas del gobierno criminal de Israel. Tras ocho meses de masacre indiscriminada, 15 mil menores ya fueron asesinados y la cifra va en aumento diariamente. Benjamín Netanyahu ha hecho de Gaza la fosa común más grande del mundo, con casi 40 mil muertos registrados. Los heridos superan las 80 mil personas. Poner fin a este genocidio es tarea una prioritaria de la Humanidad.

Cada 12 de junio, desde el año 2002, se conmemora en todo el mundo el día de la toma de conciencia para erradicar toda forma de explotación que sufren los niños y las niñas en el mundo.

El propósito de esta medida impulsada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es denunciar las prácticas abusivas que obligan a los menores a trabajar, negándoles sus derechos a la educación, la salud y al goce de una vida plena que le permita su desarrollo y bienestar integral.

El trabajo infantil está prohibido en el derecho internacional y comprende tres categorías:

  1. Las peores formas de trabajo infantil: esclavitud, trata de personas, servidumbre por deudas y otras formas de trabajo forzoso, reclutamiento forzoso de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución, pornografía y otras actividades ilícitas.
  2. Trabajos que impiden la educación y el desarrollo pleno: Actividades realizadas por niños y niñas que no alcanzan la edad mínima especificada para ese tipo de empleo según la legislación nacional, de acuerdo con normas internacionalmente aceptadas, que impida la educación y el pleno desarrollo de los menores.
  3. Trabajo peligroso: Un trabajo que ponga en peligro el bienestar físico, mental o moral del niño, ya sea por su propia naturaleza o por las condiciones en que se realiza.

Cada año se pone un énfasis en particular para luchar contra la erradicación del trabajo infantil en el mundo. De esta manera, el 2005 la campaña se tituló “Una carga demasiado pesada: El trabajo de los niños en las minas y canteras”. En 2009 fue “Demos una oportunidad a las niñas: Luchar contra el trabajo infantil: Una clave para el futuro”. Y este 2024 el relato es “Cumplamos con nuestros compromisos: Pongamos fin al trabajo infantil!”.

Para esto, es fundamental que los Estados tomen medidas concretas, en esta dimensión, Naciones Unidas hace un llamado urgente a:

  1. La aplicación real del Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las peores formas de trabajo infantil.
  2. El refuerzo de la acción nacional, regional e internacional para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas, incluidas las peores, mediante la adopción de políticas nacionales y el tratamiento de las causas profundas, tal como se pide en el Llamamiento a la Acción de Durban 2022.
  3. La ratificación universal y la aplicación efectiva del Convenio 138 de la OIT sobre la edad mínima, que, junto con la ratificación universal del Convenio 182 lograda en 2020, proporcionaría a todos los niños protección jurídica contra todas las formas de trabajo infantil.

Este llamado de la Organización de las Naciones Unidas constata un hecho lamentable para los habitantes del mundo, cual es que los Estados miembros-pleno suscriben acuerdos, sin embargo, no establecen mecanismos reales y concretos para la ejecución de medidas que garanticen protección y goce de derechos, en este caso los referentes a la erradicación de la explotación infantil.

Finalmente, un aspecto que no se puede dejar de mencionar a propósito del día que conmemoramos, del año en que lo hacemos y de los crímenes que se perpetran en este mismo instante en la Franja de Gaza, es el actuar displicente, por darle alguna categoría menos negativa, de la ONU. Esto, tras décadas de agresión sistemática en las que Israel hizo de Palestina la cárcel a cielo abierto más grande del mundo con su política de aislamiento en complicidad con gobiernos de Occidente.

Recién el 10 de mayo de 2024, la Asamblea General de la ONU respaldó el intento de Palestina para convertirse en un Estado miembro de pleno derecho, reconociendo que cumple con todos los requisitos necesarios para su admisión. Por supuesto, esta medida fue rechazada por Estados Unidos, Israel y Argentina. Sin embargo, la sensatez primó en 147 de 193 Estados miembros.

Ante esto, cabe la pregunta: ¿Cuántas niños, niñas y adolescentes vivirían si se hubiera reconocido el Estado de Palestina como miembro pleno de la ONU, al menos desde el 2009, cuando lo solicitó por primera vez? ¿Cuántas muertes menos habría?

Nos duelen las muertes de los menores en Gaza, como también duelen los niños y niñas que vemos en las calles de Chile trabajando o acompañando a sus padres en el comercio informal, en lugar de que estén estudiando para romper el círculo de la pobreza.

Los niños y las niñas deben tener una sola tarea: ser felices. Es deber de los padres, adultos y la comunidad en su conjunto hacer todo lo necesario para que eso ocurra. Esa es nuestra misión desde la Concejalía Popular Estación Central.