Con velas, cantos y memoria: Las Condes honra a uno de sus hijos caídos en dictadura

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Organizaciones sociales, juventudes comunistas y familiares rindieron homenaje al “Comandante Benito” en el lugar donde hace 38 años fue ejecutado por la dictadura.

Santiago. 6/2025. Diversas organizaciones sociales, representantes de las Juventudes Comunistas (JJCC) y exmilitantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) se reunieron para conmemorar un nuevo aniversario del asesinato de Ignacio Valenzuela Pohorecky, conocido como el “Comandante Benito”, quien fue abatido el 15 de junio de 1987 por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI), en el marco de la brutal Operación Albania.

El acto, realizado en calle Alhué, en la comuna de Las Condes, contó con la presencia de su familia -incluida su pareja Cecilia Carvallo, su hijo Lucien y su hermano Rodrigo Valenzuela- además de compañeros de militancia, agrupaciones de derechos humanos y juventudes políticas.

“Como Juventudes Comunistas de Las Condes hemos estado presentes durante años en esta conmemoración. Lo hacemos con respeto, con compromiso, y también con convicción política, porque reconocemos en Ignacio un ejemplo de consecuencia y resistencia frente a la dictadura”, señaló Rocío Balbontín, representante comunal de la Jota.

Durante la actividad se realizaron ofrendas florales, encendido de velas e incienso, intervenciones artísticas y palabras de familiares y compañeras/os. Diversos lienzos recordaban no sólo a Ignacio, sino también a los otros once militantes asesinados durante la Operación Albania y a las víctimas de la dictadura en la comuna de Las Condes.

Aunque el acto reflejó tensiones entre sectores del ex Frente y militantes actuales del Partido Comunista, predominó el respeto y la unidad en torno al homenaje. “Más allá de las diferencias, lo importante fue acompañar a la familia y rendir homenaje a quien dio su vida por un Chile más justo”, agregó Balbontín.

Ignacio Valenzuela -ingeniero comercial de la Universidad de Chile, militante comunista desde su adolescencia, dirigente estudiantil y luego miembro de la dirección nacional del FPMR- fue el primero de los doce frentistas ejecutados por la policía secreta de la dictadura durante junio de 1987. Su asesinato fue parte de un montaje, en el que se le colocó un arma y una granada para simular un enfrentamiento.

Hoy, a 38 años de su asesinato, su nombre sigue siendo símbolo de dignidad, consecuencia y memoria activa. La base comunal de la Jota en Las Condes lleva su nombre y mantiene vivo su legado: “Estamos aquí porque creemos que la memoria no puede ser neutra, porque defender la vida de Ignacio es también proyectar las luchas del presente”, concluyeron desde la organización.

Palabras de Ninoska Herníquez

Quien también comentó sobre la conmemoración del 15 de junio fue Ninoska Henríquez Araya, hermana de Juan Waldemar Henríquez, caído en la Operación Albania y nieta del exdiputado comunista Bernardo Araya Zuleta, detenido y desaparecido por la DINA.

Ninoska declaró que “el Frente nació para derrotar la dictadura fascista de Pinochet, adoptando la lucha armada como forma de resistencia. Los rodriguistas fueron verdaderos patriotas que lucharon por un Chile digno, enfrentando a cobardes genocidas. Aún en democracia, persisten estructuras represivas que amenazan la vida de luchadores sociales”.

“La Operación Albania, dirigida por la CNI con Hugo Salas Wenzel a la cabeza, fue un montaje para exterminar a la dirigencia del Frente. Desde entonces nuestras familias han luchado por justicia, dejando claro que estos jóvenes fueron asesinados cobardemente. Nuestra memoria estará siempre viva: honor y gloria a los caídos en la lucha contra el fascismo”, concluyó.

La Operación Albania -también conocida como la Matanza de Corpus Christi- fue una acción de exterminio dirigida por la CNI entre el 15 y 16 de junio de 1987, tras el atentado al dictador Pinochet. En ese operativo fueron asesinados doce militantes del FPMR mediante un montaje planificado por agentes de inteligencia, con apoyo de la Policía de Investigaciones. Ignacio Valenzuela fue el primero en caer, abatido por la espalda en plena vía pública. Le seguirían otros dirigentes y combatientes del Frente, varios de ellos ejecutados en una casa de Recoleta luego de sufrir tortura. Décadas después, los tribunales chilenos confirmaron que se trató de ejecuciones extrajudiciales y condenaron a altos mandos de la CNI. Aún así, persiste el desafío de mantener viva la memoria frente al olvido y la impunidad.