Palabras del académico de la Universidad de Chile, Dino Pancani, en la presentación del libro “En los bordes de la Ilusión, la comunicación política del gobierno de Gabriel Boric”. Indicó que desde La Moneda se pensó que los algoritmos “había que utilizarlos con la misma liviandad de un influencer, con la misma frase incompleta de un titular mercurial, o con la misma imagen frívola de una celebridad del espectáculo”. Expresó que en la comunicación política de esta administración “se priorizó una narrativa tecnocrática dentro de los márgenes que imponía la oposición”.
Dino Pancani. Académico. Universidad de Chile. Santiago. 11/11/2025. El texto que presentamos es el fruto de un trabajo desarrollado durante un semestre por casi una treintena de estudiantes de quinto año de periodismo de la Universidad de Chile, una labor que evidencia un proceso de enseñanza-aprendizaje con la virtud de integrarse al plan curricular de la formación de las y los estudiantes. Esto se logra a través del análisis de temas que abordan cinco grandes ámbitos: sociedad, economía, movimientos sociales, grupos de poder y relaciones internacionales.
El curso “Comunicación política y espacio público” tuvo un propósito y una metodología que promovieron habilidades esenciales en nuestros estudiantes: la revisión y actualización conceptual, el pensamiento crítico y reflexivo, y una participación activa en el análisis de la coyuntura.
El diálogo propuesto estuvo orientado por un marco ético que enfatizaba la verdad y la persuasión como medios legítimos para construir adhesión en la ciudadanía.
Como docente, quisiera destacar la producción académica rigurosa y éticamente fundada de las y los estudiantes, quienes participaron de un ejercicio crítico individual y colectivo.
Este texto es parte de la función pública de la Universidad de Chile, de su aporte a Chile y sus gobernantes. En particular, quisiera agradecer a la Dirección de Investigación y Creación de la Facultad de Comunicación e Imagen por el apoyo prestado.
Analizar la comunicación política del gobierno del presidente Gabriel Boric era una temática adecuada y de interés público debido al carácter transformador con que se presentó antes de ganar las elecciones. Como candidato, el presidente había desempeñado una comunicación política exitosa, y su programa prometía cambios en el sistema de medios.
Al poco andar, o quizás antes de iniciar el camino, ese discurso transformador no se capitalizó. Paulatinamente se abandonaron las propuestas centradas en la justicia social, los derechos humanos en Chile y la profundización de la democracia, y se priorizó una narrativa tecnocrática dentro de los márgenes que imponía la oposición.
Identificamos que las presiones del poder económico y político, la hostilidad de la oposición y el peso de las instituciones lo empujaron a un relato de administración, no diferenciado de los gobernantes anteriores.
Pero también podemos reconocer una falta de convicción estratégica, donde los temas que coparon la agenda no fueron tratados de manera diferenciada en relación con el discurso de la oposición. En este contexto, el discurso transformador se utilizó como una provocación hacia el adversario o un recurso para alinear a los propios adherentes, pero careciendo de espesor ideológico y viabilidad política. De ese modo, se perdió veracidad en las ideas o proyectos expuestos.
El desempeño del presidente estuvo alineado con el de su gobierno: se rompió la institucionalidad presidencial para dar paso a un doble discurso que se transmite esencialmente a través de las redes sociales, provocándose una disociación entre la figura presidencial y su identidad personal.
En términos generales, el gobierno del presidente Gabriel Boric era una alternativa inigualable para avanzar hacia una hegemonía cultural en la sociedad civil, donde los valores que fundaron su programa pudiesen ser difundidos, entre otros espacios, a través de un sistema de medios reformado, plural y democrático. No obstante, se optó por no dar esta batalla, permitiendo que la iniciativa mediática estuviese sin contrapeso en manos de una derecha intransigente, rígida y hostigadora.
Se entendió que el valor de la comunicación política residía en los algoritmos y que, por lo tanto, había que utilizarlos con la misma liviandad de un influencer, con la misma frase incompleta de un titular mercurial, o con la misma imagen frívola de una celebridad del espectáculo.
Invito a leer “En los bordes de la Ilusión, la comunicación política del gobierno de Gabriel Boric”, una obra fresca, profunda y colectiva.
