El resultado de la elección dibuja una disyuntiva de mayor entidad, una verdadera encrucijada para el próximo 14 de diciembre: O Jeannette Jara o José Antonio Kast. O las fuerzas democráticas o las fuerzas autoritarias. O continuar avanzando en las reformas hacia una sociedad con más justicia social (pensiones, salario vital, gratuidad en la educación superior), o retroceder décadas en lo conquistado para retornar a la ortodoxia del neoliberalismo más deshumanizado. O políticas de memoria y respeto a la acción de la justicia en la persecución de los crímenes de la dictadura, o reivindicación del golpe de Estado y de la dictadura, justificación de las violaciones de los derechos humanos e indulto a sus autores. O una posición internacional independiente y progresista que apuesta por el multilateralismo, o sumisión a Washington y alianzas con gobernantes como Milei o Bukele.
Mario Amorós. Periodista, Escritor. “Mundo Obrero”. Madrid. 17/11/2025. La comunista Jeannette Jara y el ultraderechista José Antonio Kast se disputarán la presidencia el 14 de diciembre.
El 16 de abril de 1988, a menos de seis meses del plebiscito que forzaría su abandono del poder político, el dictador Augusto Pinochet concurrió al Club Providencia de la capital chilena, donde más de dos mil jóvenes le expresaron su apoyo incondicional. Allí le aclamaron con fervor los cachorros que posteriormente condujeron las riendas de la derecha: Andrés Chadwick, Juan Antonio Coloma, Pablo Longueira, Marcela Cubillos o José Antonio Kast. Juntos corearon una consigna que era una amenaza a las fuerzas que luchaban por la democracia y la libertad y en defensa de los derechos humanos: “¡Mano dura, Pinochet!”, “¡Mano dura, Pinochet!”…
Casi cuatro décadas después, José Antonio Kast, hijo de un militante del Partido Nazi alemán llegado a Chile en los años 50; hermano de Miguel Kast, uno de aquellos Chicago boys que desde 1975 impusieron, con la ayuda de la represión, el modelo económico ultraliberal; discípulo de Jaime Guzmán, principal asesor civil de la dictadura; aliado de Vox en su cruzada autoritaria, es el favorito para relevar al Presidente Gabriel Boric en La Moneda el próximo 11 de marzo. El 14 de diciembre, la sociedad chilena tendrá que elegir entre él, principal representante local de la ola reaccionaria que recorre el mundo, y Jeannette Jara.
En la primera vuelta de la elección presidencial celebrada ayer, 16 de noviembre, con una participación del 85%, Jara, candidata de la coalición Unidad por Chile, integrada por nueve partidos (desde la Democracia Cristiana y fuerzas liberales hasta el Frente Amplio, el Partido Socialista y el Partido Comunista), logró la primera posición con el 26,85% de los votos, mientras que Kast se quedó a menos de cuatrocientos mil sufragios, con el 23,92%.
La suma de la votación de los candidatos de centro izquierda e izquierda apenas llegó al 29,97%, cuando hace solo cuatro años este porcentaje fue del 46,5% y hace ocho, del 55,43%. En cambio, los votos obtenidos por Kast, más los del candidato “libertario” Johaness Kaiser (13,94%) y la representante de la derecha tradicional, Evelyn Matthei (12,46%), alcanzaron el 50,32%. En un país ahora con voto obligatorio, una de las incógnitas de la segunda vuelta será la decisión de quienes ayer respaldaron al candidato populista Franco Parisi, quien conquistó un tercer puesto (19,71% y más de dos millones y medio de sufragios) que ninguna encuesta había vaticinado.
Además, la derecha y la ultraderecha se han quedado a un escaño de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, que renovaba sus 155 asientos, y en el Senado, que ponía en juego 23 de sus 50 puestos, pero con un cambio inédito en los equilibrios. El Partido Republicano de Kast y sus aliados han logrado 42 asientos en la Cámara (hasta ahora tenían 15), mientras que la Unión Demócrata Independiente (de la que se escindiera Kast hace casi una década), Renovación Nacional y otras fuerzas afines han obtenido 35.
En el centro izquierda, el Frente Amplio será la primera bancada parlamentaria con 17 diputados electos (de 38 candidatos). La segunda es el Partido Comunista, que ha logrado un resultado notable al elegir a 11 de sus 22 candidatos, entre ellos Gustavo Gatica (una de las víctimas de la represión del Gobierno derechista en el marco de la rebelión popular de octubre y noviembre de 2019), Lorena Pizarro (histórica luchadora contra la impunidad), Irací Hassler (exalcaldesa de Santiago), Daniela Serrano (exsecretaria general de las Juventudes Comunistas) o Marcos Barraza, quien fuera ministro de Desarrollo Social durante el segundo mandato de la Presidenta Michelle Bachelet. La coalición Unidad por Chile y sus aliados han logrado 64 diputados, mientras que el Partido de la Gente, de Parisi, ha obtenido 13.
En cuanto a la votación por bloques a escala nacional para la Cámara de Diputados, la derecha y la ultraderecha han alcanzado el 45%, el Partido de la Gente el 12% y los diferentes acuerdos de fuerzas de centro, ecologistas y de izquierda el 43%.
En el Senado, la derecha y la ultraderecha tienen 25 representantes de 50, a pesar de que ayer sólo lograron 11 de los 23 en disputa, el centro-izquierda 23 y hay dos independientes. La candidata elegida con una mayor votación fue la comunista Karol Cariola, por la Región de Valparaíso, por lo que el PC, que regresó al Senado en 2021 por primera vez desde el golpe de Estado de 1973, con Claudia Pascual y Daniel Núñez, tendrá, desde el 11 de marzo, tres representantes en la instancia legislativa más relevante. En La Araucanía a la candidata independiente que apoyaba, la académica mapuche Elisa Loncón (expresidenta de la Convención Constitucional de 2021), apenas le faltaron 800 votos para salir elegida.
Anoche, tras conocerse los resultados, Jeannette Jara llamó a sus partidarios a dialogar y a escuchar a esos millones de chilenos y chilenas que no habían votado ni por ella, ni por Kast. Y de nuevo puso en valor tanto su gestión como Ministra de Trabajo del Presidente Boric, con logros históricos como la reforma del sistema de pensiones, la elevación del salario mínimo a 500.000 pesos (unos 500 euros) o la reducción a cuarenta horas semanales de la jornada laboral, como sus propuestas: instauración de un “salario vital” de 750.000 pesos, derogación del secreto bancario para perseguir la corrupción, políticas de inmigración y seguridad rigurosas, integrales y progresistas…
Hasta ahora el marco de debate ha sido el que han impuesto la derecha y la ultraderecha: la “seguridad ciudadana”, convertida en una verdadera psicosis social por el bombardeo diario, implacable, sensacionalista, del tema desde los medios de comunicación (en manos todos de oligopolios conservadores), y la inmigración presentada como amenaza.
Sin embargo, el resultado de la elección de ayer dibuja una disyuntiva de mayor entidad, una verdadera encrucijada para el próximo 14 de diciembre: O Jeannette Jara o José Antonio Kast. O las fuerzas democráticas o las fuerzas autoritarias. O continuar avanzando en las reformas hacia una sociedad con más justicia social (pensiones, salario vital, gratuidad en la educación superior), o retroceder décadas en lo conquistado para retornar a la ortodoxia del neoliberalismo más deshumanizado. O políticas de memoria y respeto a la acción de la justicia en la persecución de los crímenes de la dictadura, o reivindicación del golpe de Estado y de la dictadura, justificación de las violaciones de los derechos humanos e indulto a sus autores. O una posición internacional independiente y progresista que apuesta por el multilateralismo, o sumisión a Washington y alianzas con gobernantes como Milei o Bukele.
El resultado del 14 de diciembre no está escrito. En 2017, en la segunda vuelta, la derecha logró darle la vuelta a la mayoría del centro y la izquierda y llevar a Sebastián Piñera de nuevo a La Moneda. En mayo de 2023, la derecha y la ultraderecha conquistaron una amplísima mayoría en la elección del Consejo que elaboró la segunda propuesta de nueva Constitución, de contenidos tan reaccionarios que fue rechazada por el 56% en el plebiscito de diciembre de aquel año. Y en 2021 las mismas fuerzas que hoy respaldan a Jeannette Jara fueron capaces de llevar a Gabriel Boric al triunfo sobre Kast en la segunda vuelta de la elección presidencial, con una notable movilización social.
Hoy Chile vuelve a enfrentar otra encrucijada histórica, posiblemente la más difícil desde el fin de la dictadura: derrotar democráticamente a quienes, ayer como hoy, solo saben gritar “¡Mano dura!”.
