Este fin de semana en instancias del Gobierno se habrían realizado análisis y barajado opciones respecto a lo sucedido en torno del exsubsecretario de Interior acusado de violación sexual por una funcionaria de su equipo. Se sabe que en la oposición también hubo intercambios para ver cómo seguirán emplazando al Gobierno. En el oficialismo hubo y se esperan más definiciones sobre este episodio que ya tomó un alto rango político, junto a la grave situación judicial. Claves de un caso que, hasta el fin de semana presentaba no pocas interrogantes, contradicciones, controversias, donde se volvía poner sobre el tapete privilegios de quienes están en el poder.
Hugo Guzmán. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 20/10/2024. “Quizás se podría haber hecho de otra manera…” Esa afirmación del Presidente Gabriel Boric se podría ocupar para abordar los episodios que se produjeron entre el martes y el viernes pasado en torno de la acusación por violación sexual hecha contra el ahora exsubsecretario de Interior, Manuel Monsalve, por parte de una funcionaria pública de su equipo.
Y es que un caso del ámbito judicial fue catapultado al ámbito político. De las indagaciones sobre la acusación judicial en contra de Monsalve, se pasó rápidamente a la controversia política, teniendo a La Moneda en el centro.
Si eso ocurrió, fue por hechos y declaraciones que involucraron al Presidente Gabriel Boric, a la ministra del Interior, Carolina Tohá, a la ministra vocera, Camila Vallejo, y a la ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana. No pasó por alto que el exsubsecretario tuvieran la oportunidad de declararse inocente y él mismo aparecer renunciando en un punto de prensa en un patio del palacio presidencial de La Moneda.
En tanto, se conocieron informaciones sobre la situación judicial. El Fiscal Javier Armendáriz confirmó estar a cargo de la investigación, se conocieron procedimientos de la Policía de Investigaciones (PDI), se filtraron declaraciones de la víctima (como suele ocurrir desde instancias del Poder Judicial), el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género ofreció todo al apoyo a la denunciante, se confirmó que hay un sumario en curso en el Ministerio del Interior, se supo que funcionarias y funcionarios de esa dependencia habrían estado en conocimiento del caso de violación hace un tiempo.
En medio de todo, fue constatable, por la revisión de hechos y de vocerías, que este caso está, hasta ahora, plagado de interrogantes, contradicciones, controversias, y se volvía a poner sobre el tapete lo de privilegios de quienes están en el poder.
Llegando al fin de semana, la ciudadanía ya no sólo esperaba el esclarecimiento de la denuncia de violación hecha contra una alta autoridad del Gobierno, sino también respecto a cómo actuó el Gobierno.
Días de decisiones y precisiones
De acuerdo a versiones extraoficiales, este fin de semana no se descansó del todo en ámbitos La Moneda. Se habrían realizado reuniones y establecido comunicaciones entre autoridades y equipos para revisar el estado de situación, analizar el escenario sobre todo político, y barajar opciones para encarar los días que vienen, sobre todo dando respuestas a los cuestionamientos -provenientes de la oposición, segmentos del oficialismo y analistas- planteados al Gobierno por la forma en que encaró todo lo sucedido.
Si ya el Presidente Boric quiso dar una señal de transparencia y abordaje decidido en este tema en un punto de prensa de más de 50 minutos el viernes pasado -que innegablemente no salió del todo bien, comenzando por el altercado que tuvo con su jefa de prensa y tonos confusos- en los inicios de esta semana habría desde La Moneda una voluntad de cerrar interrogantes, aclarar hechos y precisar vocerías.
De acuerdo a fuentes del oficialismo, se esperaría que este fin de semana se hubiese producido un intercambio entre la oficina de la presidencia con ministras y ministros para esclarecer circunstancias y declaraciones, moldear un escenario más nítido y salir con vocerías ordenadas, claras, coordinadas, algo que en los días pasados no ocurrió.
Parece innegable que un objetivo a abordar desde este lunes, es sacar el Caso Monsalve de las oficinas de La Moneda, específicamente del despacho del Presidente Boric, en un marco donde legisladores de derecha están pidiendo que declare ante la justicia por la acusación en contra del exsubsecretario y que renuncien las ministras Tohá y Orellana.
Todo indica que junto a lo gravitante en términos políticos, se intentaría un ajuste o encaminamiento comunicacional más preciso y ordenado, después de tres días de vocerías contradictorias, enredadas y polémicas.
En áreas oficialistas no se desconoce que esta es una crisis política que golpea a lo medular del Gobierno y que “hay que reparar” y salir de manera proactiva.
En tanto, se sabe que en la oposición también hubo intercambios este fin de semana entre personeros de las directivas de “Chile Vamos” y parlamentarios del sector para ver cómo seguirán emplazando al Gobierno, sobre todo golpeando al mandatario y a las titulares de Interior y de Mujer y Equidad de Género, lo que incluye presionar a Gabriel Boric sobre su actuación en este caso e insistir en que Tohá y Orellana dejen sus cargos.
Como fue la tónica de la virtual candidata presidencial de la derecha, Evelyn Matthei, y otras y otros legisladores y dirigentes de la oposición, habría acuerdo en reforzar una ofensiva contra el Gobierno y contra el oficialismo, en un continuo comunicacional por el Caso Monsalves, junto a acciones judiciales, ante la Contraloría de la República, barajando la posibilidad de comisiones especiales en el Congreso y exigiendo claridad en lo judicial respecto a la actuación del exsubsecretario de Interior.
Una arista a potenciar es cómo ocurrió esto con quien estaba a cargo de las políticas de seguridad del Gobierno y cómo altos funcionarios establecen ese tipo de vínculos con sus subalternos, saliendo a comer y beber los fines de semana.
Se comentó en estos días que, de alguna manera, le viene como anillo al dedo a la derecha este episodio, cuando estaba o está muy presionada por el Caso Hermosilla y disputas intraoposición.
En el oficialismo hubo y se esperan más definiciones sobre este episodio que ya tomó vuelo político, junto a la grave situación judicial. Algunas y algunos personeros de este sector indicaron que no se sumarán “a la jauría en contra del Gobierno”, mientras que otros insistieron en la necesidad del “total esclarecimiento de los hechos”, tanto en lo ocurrido en La Moneda desde el martes en la noche, cuando se produjo la conversación entre Boric, Tohá y Monsalves, como en cuanto a la denuncia de violación.
Este fue otro caso en que se produjeron roces y serios altercados entre congresistas y dirigentes del mundo oficialista por críticas al Presidente de la República, a las ministras Tohá y Orellana y exigencias de medidas a tomar, junto a defensas de la actuación presidencial, de las ministras y del Gobierno en general. De hecho, al terminar el fin de semana, la noticia política era una fuerte pelea entre legisladores del Frente Amplio y de Socialismo Democrático por fuertes señalamientos de un diputado respecto al desempeño del mandatario.
En la semana hay otros aspectos que esperarían respuestas. Por ejemplo, respecto a la actuación de funcionarios de la PDI que habrían concurrido al hotel donde alojaba Manuel Monsalve a revisar cámaras sin orden judicial, sobre la quitada de escolta al Subsecretario del Interior, la declaración de la jefa de Inteligencia de la PDI, la conversación o información del Director de la PDI a la Ministra del Interior, y otras situaciones como acusaciones de obstrucción a la justicia, violación de la Ley de Inteligencia y abuso de poder con irregular uso de bienes públicos.
“¿Se hicieron bien las cosas?”
Es obvio que el proceso judicial por la acusación de violación tiene su curso, la Fiscalía continuará su trabajo y en algún momento se dará la información pertinente respecto a la investigación y procesamientos. Aunque desde el Poder Judicial, como está normalizado, pueden salir filtraciones a la prensa que den luces antes de las versiones oficiales.
Todo indicaría que la indagación sobre la acusación de violación seguirá su camino, donde no sólo aparecen ligados la víctima, el acusado, sino también otras y otros funcionarios del Ministerio del Interior como testigos, y funcionarios de la PDI que eran escoltas de Monsalve.
Habrá atención al resultado del sumario en Interior, con voces que plantearon que ojalá no haya dilación en su conocimiento.
Como sea, una gran interrogante a cerrar es, por cierto, la denuncia de violación. Qué ocurrió realmente, si Monsalve es o no inocente, o determinar si, como lo señalan comentarios no oficiales, hubo otro tipo de circunstancias o delitos en este caso, algo que habría insinuado el propio acusado.
En lo político, más allá de frases formales o evitativas, se esperan respuestas a la evaluación que hace el Gobierno sobre los hechos de la semana pasada, en torno de los cuales hay cuestionamientos, reproches y exigencia de transparencia. Claro que algunos asuntos tiene que ver con consideraciones o interpretaciones políticas y comunicacionales.
¿Qué llevó al Presidente y la Ministra del Interior a no determinar la renuncia o alejamiento de sus funciones del Subsecretario del Interior sabiendo que había una acusación e inicio de investigación por el delito de violación? ¿A qué obedeció darle la facilidad de ir a explicar su situación a su familia (algo realmente del ámbito personal), dejarlo participar en actividades oficiales, mantenerlo a cargo de la seguridad pública y relacionamiento con las policías, y no objetar que acompañara a la Ministra del Interior a una actividad oficial en el Congreso? ¿Por qué no se le informó en tiempo y formalmente a la Ministra de la Mujer y la Equidad de Género? ¿Cómo es que la opinión pública se entera de lo que está ocurriendo por una nota del vespertino La Segunda, qué llevó a que hasta pasadas las 14:00 hubiese una información oficial y que la entregura el propio acusado y no la jefa del Ministerio o la ministra vocera? ¿Cómo se fue coordinando y administrando la situación entre el martes y el jueves? ¿Hay convicción de que Manuel Monsalve hizo abuso de su cargo, que podría haber violado la ley y ciertos protocolos, que mantuvo silencios e hizo movimientos irregulares de septiembre a octubre?
Hace varios años atrás, una alta autoridad de Gobierno solía preguntar a sus equipos, “¿se hicieron bien las cosas?”, como una manera de tener un punto de partida para abordar un problema. Era fundamental saber si las cosas se hicieron bien o se hicieron mal para dar con soluciones y respuestas.
Probablemente esa pregunta es muy atingente a la situación que vive hoy el Gobierno dados los hechos que se configuran en torno del Caso Monsalve. Si hay argumentos para decir que las cosas se hicieron bien, mostrarlos claramente, y si se concluye que no se hicieron bien o hubo errores, precisarlo y explicarlo.
Por lo demás, también en estos días aparecieron cuestionamientos al Gobierno respecto a su definición de feminista, de promoción de los derechos de la mujer, de aplicación de la legislación respecto a estos casos y de eficaz defensa, contención y apoyo a la víctima. Se mencionó que desde el oficialismo, en los primeros días, hubo más preocupación por Monsalve que por la víctima.
Es esperable, como lo advierten personeros del oficialismo, que en estos días continúe “la jauría” contra el Gobierno y que la derecha use este caso para tapar al Caso Hermosilla y sacar al pizarrón a altas autoridades del Gobierno. También es esperable que continúen saliendo versiones e informaciones sobre este caso y abunden vocerías de distinto sello y efecto. Siempre existe el deseo de que no salgan más noticias desagradables y complejas.
Parece que el punto gravitante es si desde el Gobierno y el oficialismo se quedarán en el formato de denunciar “la jauría” y ser reactivos a las informaciones y vocerías, o apuntarán a generar respuestas, clarificaciones y decisiones, en un tono nítido y transparente para redefinir el actual escenario político por el Caso Monsalves.