Casa de Allende

Compartir

La humilde casa pareada de Guardia Vieja no hay cómo evaluarla comercialmente. Allí se incubó la más noble de las tentativas concebida en beneficio de todos los chilenos y las chilenas. Isabel y Maya deben entenderlo y transferirla gratuitamente al Estado de Chile.

Miguel Lawner. Premio Nacional de Arquitectura. Santiago. 1/2025. La casa del Presidente Salvador Allende situada en calle Guardia Vieja, es una modesta construcción pareada, de 140 m2, aprobada por el DFL 2 ([1]). Allí vivió con su familia a partir de 1960 y compartió con todos quienes participamos en sus campañas electorales.

Fue siempre un hogar cálido, modesto, hermoso, arreglado y decorado por Tencha con sobria elegancia, para recibir a sus amistades y tantos, pero tantos cuadros políticos, sociales, culturales o artísticos, que contribuimos con sus anhelos de construir un país solidario para todos sus ciudadanos, cualquiera que fuera su condición social.

La vivienda está cargada de historia social y política. Ninguna evaluación comercial podría cuantificar su infinito valor. El incidente generado en estos días por la disposición del Gobierno de adquirirla a quienes hoy figuran como sucesores del patrimonio del Presidente, tropieza justamente con lo que he sostenido más arriba.

No se puede medir en términos comerciales lo que excede este valor.

Isabel, una de las hijas del Presidente y Maya Fernández, nieta de Allende, hija de nuestra inolvidable Tati (Beatriz), quién ofició como una de las fieles secretarias durante todo su mandato, aparecen como las herederas receptoras del valor de venta de la propiedad.

A mi juicio, no son las disposiciones legales o constitucionales que inhabilitan la transferencia de la propiedad al Estado, la raíz del problema. Lo que para mí resulta inaceptable es que Isabel y Maya no hayan puesto gratuitamente el inmueble a disposición del Estado chileno, para los fines tan loables que se proponen: tener un lugar donde las actuales y futuras generaciones de chilenas y chilenos, puedan conocer y admirar la trayectoria del chileno que más ha trascendido mundialmente, como insigne conductor de la tentativa de construir por vía pacífica una sociedad socialista.

Nadie lo movió de ese camino ni aún en las peores circunstancias. Siempre afirmó que nuestro camino se hacía en pluralismo, democracia y libertad. Y así no más fue. Allende murió, como se suele decir: con las botas puestas.

Lamento que el maldito sistema neoliberal impuesto en Chile sin piedad hace ya más de 50 años, haya permeado las conciencias de quienes más debían estar inmunes a valores éticamente inaceptables.

La humilde casa pareada de Guardia Vieja no hay como evaluarla comercialmente. Allí se incubó la más noble de las tentativas concebida en beneficio de todos los chilenos y las chilenas. Isabel y Maya deben entenderlo y transferirla gratuitamente al Estado de Chile, a fin de transformarla en un faro que contribuya a iluminar los caminos de un país más justo para todas y todos. La casa pasó a ser patrimonio de este país, el mismo día en que murió Allende, defendiendo con su vida la maravillosa tentativa de construir una sociedad mejor y más justa para todos.

[1] El Decreto con fuerza de Ley (DFL 2), fue dictado en 1959 durante la administración del Presidente Alessandri, a fin de incentivar la construcción de viviendas. Aquellas hasta 70 m2 construidos, quedan exentas del pago de Contribuciones de Bienes Raíces, por el lapso de 20 años. Las viviendas hasta 100 m2, quedan exentas por 15 años y las mayores de 100 m2 hasta 140 m2, quedan exentas por 10 años.