Las y los 119 desaparecidos -entre ellos 18 mujeres- continúan en esa condición, “en trámite” como señalan las bajadas de los retratos, cinco décadas después. Pero sus familiares y amigos, organizados en diversos colectivos de memoria, los rescatan del silencio incorporándolos a su quehacer y a las luchas actuales, paseando sus figuras en calles y vinculándolos a diversos espacios del presente y a otros montajes en curso. El arte también es parte del rescate de la memoria.
Lucía Sepúlveda. Periodista. Santiago. 5/2025. En el Museo de la Memoria, uno a uno, 119 rostros nos interpelan en la muestra de xilografías “¿Dónde Estoy?” del artista Bernardo de Castro Saavedra, hijo de Bernardo de Castro López, cuyo nombre figura en el montaje conocido como la Lista de los 119, que la DINA llamó Operación Colombo. La muestra, inaugurada a fines de abril, tiene la curaduría de Paula Solimano y está enmarcada en el año temático Arte Joven, Memorias de la Niñez y Adolescencia. Para Bernardo es también su contribución a las actividades de conmemoración que tendrán lugar en julio de 2025, al cumplirse 50 años del montaje y sus infames titulares en la prensa nacional e internacional.
Las y los 119 desaparecidos -entre ellos 18 mujeres- continúan en esa condición, “en trámite” como señalan las bajadas de los retratos, cinco décadas después. Pero sus familiares y amigos, organizados en diversos colectivos de memoria, los rescatan del silencio incorporándolos a su quehacer y a las luchas actuales, paseando sus figuras en calles y vinculándolos a diversos espacios del presente y a otros montajes en curso. El arte también es parte del rescate de la memoria.
Bernardo de Castro no sólo lleva el nombre de su padre, detenido el 14 de septiembre de 1974, sino también ha seguido sus pasos en el arte. El artista e integrante del Colectivo Familiares y Compañeros de l@s 119, y rastafari, explora su historia personal presentando los retratos de los desaparecidos en la Operación Colombo, utilizando la xilografía, misma técnica que empleaba su padre. También exhibe parte de su archivo personal de la escena punk, propia de su adolescencia en los años ochenta, incluyendo fotografías, collages y afiches. Su crecimiento y maduración lo llevó a participar varios años en la ex Casa de Tortura y actual Centro de Memoria José Domingo Cañas vinculándose estrechamente a una de sus fundadoras, la doctora Luz Moya, madre de Lumi Videla.
El día de la inauguración de la muestra, interrogamos a Bernardo sobre sus comienzos como artista.
-Mis inicios en el arte están ligados a mi padre, porque él era estudiante de artes visuales en la Universidad de Chile. Yo heredé algunas de sus pinturas, libros y materiales, y desde niño me gustó estar en medio de esas cosas. Siempre estuve vinculado al arte, creo que voy a morir un día con los pinceles en la mano empuñada.
¿Qué te ha llevado a expresarte por medio de la xilografía?
-Yo aprendí varias técnicas, xilografía, serigrafía, litografía, agua fuerte y punta seca. Pero me aboqué a hacer xilografía porque encuentro que la madera es muy amigable, muy cercana a lo humano. En los años 80 fui parte de la cultura punk… en plena dictadura nos reuníamos muchos jóvenes, a escondidas, en espacios como el Troley o Matucana 19, con grupos como los Fiskales Ad Hoc, entre otros. Sentíamos que estábamos luchando contra la oscuridad imperante. Eran tiempos muy duros que fueron difíciles de remontar.
¿Hasta cuándo se puede visitar la exposición Donde Estoy?
La muestra se expone hasta el 27 de julio en el primer piso del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, por ello es parte de la conmemoración de los 50 años de la publicación de la Lista de los 119, en julio de 2025.