A 50 años de su asesinato, aun no hay justicia. Un luchador latinoamericanistas, asesor de sindicatos y del Gobierno de Salvador Allende, se quedó en Chile a apoyar la reorganización popular para enfrentar a la dictadura.
Santiago. 29/9/2023. En La Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, donde estudió y se formó como abogado, se realizó un emocionante y combativo homenaje a Arnoldo Camú, asesor jurídico del Presidente Salvador Allende, quien fue asesinado en pleno centro de Santiago a pocos días del golpe de Estado, el 24 de septiembre de 1973, hace exactamente 50 años.
Frente a una Aula Magna repleta de jóvenes estudiantes, académicos, representantes del mundo social y de derechos humanos, hicieron uso de la palabra la Directora de Extensión, Cecilia Domínguez, su compañero en el Liceo Manuel de Salas, Miguel Kiwi Tichauer, la profesora de Derecho Laboral, Pamela Martínez, la secretaria general de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Raquel Roa, la presidenta del Centro de Alumnos de la Facultad, Josefa Fernández, la Consejera de Escuela, Catarina Parada, y el representante del Centro de Formación Memoria y Futuro, Alejandro Cid. Las palabras de cierre correspondieron a la hija mayor de Arnoldo, Andrea Camú.
Posterior a ello, el auditorio en pleno se dirigió al Memorial de víctimas de la dictadura en esa Casa de Estudios, donde se realizó una presentación musical mientras se depositaban claveles rojos.
Abogado laboralista
Camú, siendo aún estudiante de Derecho, se cruzó en una reunión con Eduardo Long Alessandri, abogado laboralista que lo invitó a trabajar en su oficina jurídica. Creció entre ambos una profunda amistad político-laboral.
Junto a Long asesoró profesionalmente a la Confederación de Trabajadores del Cobre, a los empleados bancarios, a sindicatos como los de la Compañía de Aceros del Pacífico, Madensa, Madeco, y a trabajadores textiles, panificadores, entre otros gremios.
Su tesis de grado para licenciarse en Ciencias Jurídicas, fue elaborada con la experiencia que obtuvo en los años de trabajo en la oficina jurídica junto a Long, y en el contacto directo con sindicatos y federaciones que solicitaban capacitación sobre conflictos colectivos, el derecho a huelga, la sindicalización e historia del movimiento obrero.
Su “Estudio crítico de la huelga en Chile” (el tema de su tesis) obtuvo una excelente calificación, tanto así que la Editorial Jurídica de Chile lo publicó en 1964. Recientemente, la Universidad de Valparaíso rescató la tesis del “silencioso olvido” y la reeditó, por considerarla un aporte a las instituciones, fundamentalmente en lo relacionado con el derecho laboral y la huelga.
Latinoamericanista
Desde fines de los años 60, Arnoldo Camú se entrega de lleno a la actividad política, y destaca su actividad latinoamericanista, junto a Inti Peredo, tras la muerte del Che en Bolivia.
Cuando las condiciones chilenas mostraron la posibilidad del triunfo de Allende, se volcó al trabajo en Chile, apoyando la campaña y luego al Gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Salvador Allende.
Para el año ‘73 se desempeñaba como asesor legal de la Presidencia. Apoyó la capacitación de los trabajadores, formó parte del comité editorial del diario Noticias de Última Hora y participó en la constitución y el funcionamiento del GAP (Grupo de Amigos Personales), escolta del Presiente Allende.
A 50 años: no hay justicia
Después del golpe, Arnoldo comenzó a ser intensamente buscado por los aparatos de Inteligencia.
Miembro del Comité Central del Partido Socialista, formó parte del grupo de militantes de izquierda que resistió el golpe militar en las inmediaciones de la población La Legua y de las industrias Sumar e Indumet, del cordón San Joaquín. Posterior a ello pasó a la clandestinidad y decidió permanecer en el país, trabajando por la reorganización de su partido y de las fuerzas de oposición.
Fue detenido por civiles que pertenecían a personal de Inteligencia de la Armada, subido a un automóvil y baleado a sangre fría al tratar de escapar. Su cuerpo fue encontrado 15 días después en una fosa común del Cementerio General.
Esto ocurrió un 24 de septiembre de 1973, en pleno centro de Santiago. Paradojalmente, donde hoy se encuentra un edificio del Poder Judicial.
Tras varias querellas infructuosas presentadas a lo largo de estos años, dos suboficiales de la Armada fueron finalmente condenados a 10 años y un día por el delito de homicidio calificado. Al poco tiempo, se rebajó la sentencia a 5 años y un día, para luego indicar que uno de los acusados cayó en “enajenación mental”…Recientemente, hace unos días atrás (el 20 de septiembre) el ministro en visita Guillermo de la Barra Dûnner suspendió la condena del segundo acusado por presentar -al igual que el otro reo- un estado de “enajenación mental”.
Su hija, Andrea Camú, señaló durante su intervención: “Nos llama mucho la atención que cuando deben cumplir condena de cárcel efectiva, sean diagnosticados casi simultáneamente como enajenados mentales. Tal vez, siempre lo fueron. Eso explicaría que hayan pertenecido a las áreas más oscuras, infrahumanas, de la Armada”.
Precisa que “nunca fue posible que profesionales de nuestra confianza pudieran presenciar las sesiones de evaluación realizadas en el Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz; tampoco fueron considerados los informes de dos médicos forenses, entregados oportunamente al establecimiento”.
“El proceso ha sido una burla. Una burla la tipificación del delito, una burla la sanción, una burla la impunidad, una burla 50 años después…una burla a los anhelos de justicia, una burla hacia su esposa y sus hijos que lo recordamos cada día, a sus nietos y bisnieta que no pudieron conocerlo, a su familia entera y a sus compañeros de lucha, en un país que se debate entre la memoria y el olvido, entre el rescate y la negación de su historia”.
Por eso -concluyó Andrea Camú- como sociedad debemos hacer prevalecer la memoria, para que hechos como éstos jamás vuelvan a repetirse en nuestra patria.