Geopolítica vs Economía Geopolítica

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La conflictiva transición hacia otro mundo que experimentamos se expresa en la imposición violenta de cuatro pilares que sustenta aún a la potencia en decadencia EEUU; el complejo militar-industrial, el sector financiero especulativo, el sector farmacéutico que impone globalmente derechos de propiedad industrial y nuevas tecnologías bajo el control de un grupo oligárquico. Paralelamente la potencia en crisis se ha desindustrializado.

Fernando Bahamonde A. Analista. Punta Arenas. 28/10/2025. Es difícil abstraerse de la contingencia política nacional a las puertas de una batalla electoral que determinará el destino de millones de chilenos. En Chile existe la tendencia centrarnos en lo que ocurre en nuestro pequeño espacio nacional. Las materias internacionales no son recurrentes en los medios de comunicación y cuando lo son, los análisis que pretenden ser “objetivos” terminan por ser sesgados y se sustentan en el desconocimiento histórico.

Vivimos en un mundo en crisis donde presenciamos, con la complacencia de gran parte de la comunidad internacional, el genocidio del pueblo palestino perpetrado por la entidad anglo-sionista. Estado sionista de Israel que se jacta de no reconocer al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, y que al mismo tiempo que ataca a todos sus vecinos en medio oriente.

Estamos, a su vez, en una guerra por poderes que impulsa EEUU y la OTAN (Europa) contra la Federación Rusa cuyo escenario bélico es Ucrania y donde estallan conflictos en África aún en proceso de descolonización, etc. lo cual acrecienta el peligro de una guerra nuclear. Cabe recordar que el único país del mundo que ha ocupado este tipo de armamento es EEUU contra Japón en 1945.

No hay que olvidar la agresión y bloqueo que ejerce “la mayor democracia del mundo” contra Cuba, Nicaragua y Venezuela. Una Venezuela asediada militarmente en el caribe y operaciones “encubiertas” para desestabilizar el régimen de Nicolás Maduro.

Esto ocurre en nuestro propio vecindario con el silencio cómplice de gobiernos “progresistas” y el ataque cipayo de gobiernos de derecha de la región. Y como guinda de la torta, el reciente premio Nobel se le otorgó a una golpista que clama para que su país sea invadido por EEUU.

Luego de este largo preámbulo de contexto, lo que se desea señalar es el intenso debate geopolítico que se produce en mundo anglo sobre este mundo en crisis. En apariencia la discusión dentro de la academia anglo podría parecer un ejercicio meramente intelectual y conceptualmente abstracto.

Sin embargo, debemos recordar que muchos prestigiosos profesores universitarios norteamericanos han sido analistas del pentágono o lo que es lo mismo de la CIA como W.W. Rostow y Francis Fukuyama.  Es aquí donde el análisis de la academia se vuelve peligroso principalmente cuando la potencia hegemónica se encuentra en declive.

En el mundo de la geopolítica una discusión se lleva a cabo entre dos profesores universitarios. Jeffrey Sachs (1954) de la Universidad de Columbia, considerado una paloma, y el halcón o neorrealista John J. Mearsheimer (1947) de la Universidad de Chicago.

Jeffrey Sachs, se plantea la necesidad de evitar una Tercera Guerra Mundial mediante la colaboración multilateral donde las potencias puedan competir y, al mismo tiempo, cooperar en un marco de relaciones internacionales guiadas por reglas. Lo que implica la refundación de la ONU ya que el contexto de su fundación hoy no existe. La multipolaridad del presente y futuro próximo está determinada por EEUU, Rusia, China y la India

Sachs, sostiene reemplazar la lógica de las esferas de influencia por las esferas de seguridad. La esfera de influencia se basa en el ejercicio de poder y control que realizan las potencias en Estados periféricos cercanos al espacio geográfico de otra potencia, lo que en sí genera un conflicto geopolítico que nos acerca a la destrucción mutua asegurada (sigla en inglés MAD) cuando chocan dos potencias nucleares en esferas de influencia que consideran propias.

A su vez la esfera de seguridad significa, por ejemplo, que China y Rusia renuncian a instalar bases militares en Cuba, Venezuela o México. Así como EEUU renuncia a incorporar a Ucrania a la OTAN o a empujar a Taiwán a un enfrentamiento con China. Asimismo, las potencias despliegan una política de cooperación asimétrica con sus Estados adyacentes que deben agruparse en bloques entre iguales para buscar una asimetría con las grandes potencias.

Sachs señala que, con anterioridad, en momentos particulares de su historia EEUU pudo aplicar esta política. Primero, en la administración de Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) hacia Latino América con la “Política del Buen Vecino” y, luego, durante el gobierno de John Kennedy con la resolución de la Crisis de los Misiles de 1962. Cuando la URSS retiró los misiles de Cuba y EE. UU hizo lo propio al retirar sus misiles en Turquía lo que evitó la Tercera Guerra Mundial.

John Mearsheimer, apelando al realismo geopolítico, emplaza a Sachs indicando tres puntos a resolver. Primero, las dificultades de establecer una esfera de seguridad desde un punto de vista geográfico, problema evidente con una esfera de seguridad para China ya que significaría abandonar-política, comercial y militarmente- a los aliados de EEUU en Asia como Taiwán, Corea del Sur y Japón.

Segundo, las potencias tienen la tendencia de ocupar espacios. Geopolíticamente nunca hay vacíos, lo que lleva a la competencia permanente.

Tercero, cómo construir esferas de seguridad mutuas, puesto que siempre habrá potencias con ventajas que no están dispuestas a ceder. Incluso, si se establecen esferas de seguridad a través de tratados no hay garantías del cumplimiento de ellos en un escenario donde prima la debilidad del orden internacional basado en reglas.

Dicho de otra manera, ¿EEUU estaría dispuesto a desmantelar sus cerca de 800 bases militares desperdigadas por todo el mundo? ¿Esto significa que nos acercamos a una Tercera Guerra Mundial o ya estamos viviendo una Tercera Guerra Mundial híbrida? Al parecer, para Mearsheimer, la respuesta es afirmativa en clave de cambio de hegemonía donde se acrecienta la lucha.

Una segunda posición -alternativa a la geopolítica clásica- es la Economía Geopolítica que caracteriza las relaciones internacionales como una totalidad de las relaciones económica-políticas dinámicas.

Radhika Desai (1963), profesora de la Universidad de Manitoba, Winnipeg, plantea examinar las relaciones internacionales mediante la Economía Geopolítica como la unidad de lo económico-político y de lo nacional-internacional. En simple, internacionalizar la crítica a la economía-política marxista, en tanto la lucha de clases dentro de los estados se debe extrapolar hacia las luchas entre estados como agentes de cambio histórico.

Tres elementos básicos para comprender las relaciones entre Estados son: a) la comprensión cabal del capitalismo y sus crisis b) la comprensión del imperialismo y c) la compresión de las luchas de resistencia antimperialistas que se despliegan por el mundo.

La conflictiva transición hacia otro mundo que experimentamos se expresa en la imposición violenta de cuatro pilares que sustenta aún a la potencia en decadencia EEUU; el complejo militar-industrial, el sector financiero especulativo, el sector farmacéutico que impone globalmente derechos de propiedad industrial y nuevas tecnologías bajo el control de un grupo oligárquico. Paralelamente la potencia en crisis se ha desindustrializado.

La profesora Desai, sentencia que en estas cuatro áreas EE. UU ha sido superado por China. Y prontamente Rusia e India harán lo mismo en áreas específicas.

Las recesiones y crisis norteamericanas explican su ingreso tardío a la I y II guerras mundiales cuando su élite se percató que el flujo de créditos e insumos a Europa en guerra se encontraba en peligro de ser rescatado. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos se transformó en el productor de la mitad de los bienes y servicios del planeta, aquello ocurrió a costa de la destrucción de otros e imponiendo su moneda como medio universal de comercio.

Hoy, EEUU empuja a Europa, nuevamente, a la guerra con Rusia. Pero el escenario es diferente porque se ha autodestruido internamente económica y socialmente. Como dice el dicho, nunca la noche fue más oscura que antes del amanecer. O en clave gramsciana, “El viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer, y en ese claroscuro surgen los monstruos”.