¿Hasta dónde podría llegar el candidato presidencial de la extrema derecha, si llega a La Moneda, en la copia o seguimiento de medidas fiscales, carcelarias, antimigrantes, laborales, de restricción de derechos civiles, y opacidad en derechos humanos, implementadas por gobiernos ultraconservadores en Argentina, Hungría, El Salvador, Ecuador, Estados Unidos o Italia? ¿Qué pasaría en política exterior en cuanto, por ejemplo, a las relaciones con Israel? La incidencia de pertenecer a la internacional ultraderechista y ser parte de su ideario.
Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 27/9/2025. 1.-José Antonio Kast, uno de los candidatos presidenciales de la extrema derecha, fue a Hungría a conocer la enorme valla (4 metros de altura y 175 kilómetros de extensión) que instaló el mandatario de esa nación, Viktor Orbán, en la frontera con Serbia para impedir el paso de migrantes; estuvo en El Salvador para conocer el Centro de Confinamiento del Terrorismo, la megacárcel construida por el presidente Nayib Bukele (rodeada de denuncias de ilegalidades, arbitrariedades y violaciones a derechos humanos); visitó recientemente a la Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni, para conocer de cerca sus “políticas muy duras” contra la migración; estuvo hace un tiempo con el mandatario argentino Javier “loco” Milei, afirmando que es “un modelo a seguir” y conociendo sus medidas de cierre de ministerios y quitada de presupuesto para jubilados, universidades y personas con otras capacidades; alabó las medidas de reducción de gasto social y políticas fiscales de Jair Bolsonaro en Brasil y Daniel Noboa en Ecuador (pese a masivas movilizaciones sociales en contra) que significaron reducción o eliminación de proyectos sociales, alza en cuentas como la luz y el término del subsidio al diésel; cuando ganó Donald Trump la última elección presidencial, Kast puso en X “Por el bien de Chile, Latinoamérica y el mundo, el mejor de los deseos de éxito al Pdte. Donald Trump en su nuevo mandato como líder de USA. Un Estados Unidos más libre, seguro y que recupere el progreso económico es un impulso decisivo para el resto de las naciones” (algo que hoy es ampliamente cuestionado dentro de EU y a nivel internacional por problemas económicos y sociales internos, la persecución de migrantes, negativas repercusiones de alza de aranceles, etc.).
2.-Esos son algunos de los antecedentes concretos que muestran que Kast está siguiendo/copiando políticas públicas de gobiernos de extrema derecha para ver su implementación en Chile, lo que incluye políticas fiscales de reducción del gasto social, racionalización de presupuesto público, reducción de garantías procesales, relativización o supresión de derechos civiles, control de salarios y derechos laborales, e instalación de un ideario autoritario, represivo y ultraconservador, como los seguidos por Orbán, Bukele, Meloni, Milei, Bolsonaro, Noboa y Trump. Ideas y proyectos de los que se empapó el candidato presidencial de la extrema derecha al ser parte de la internacional ultraderechista expandida en los últimos años, materializada en encuentros al alero del Foro de Madrid, la Conferencia Política de Acción Conservadora, Political Network for Values (Política por los Valores Laborales), Center for Fundamental Rights (Centro de Derechos Fundamentales), entre otras instituciones. Sin dejar de mirar por un instante lo que está ocurriendo en la mayoría de esos países con extendidas manifestaciones sociales en contra de las políticas conservadoras, antipopulares y restrictivas de derechos, de lo que da cuenta, sólo en las últimas semanas, lo que acontece en Argentina, Ecuador y Estados Unidos con grandes marchas, protestas extendidas por varias ciudades, cuestionamientos legislativos y críticas desde ámbitos académicos y culturales ante las políticas de mandatarios ultraconservadores.
3.-Parece claro que José Antonio Kast quiere tener en Chile las vallas de Viktor Orbán, las cárceles de Bukele, las medidas antimigrantes de Meloni, las políticas fiscales de Milei y Noboa, las líneas de gobierno de Trump, y muchas otras iniciativas implementadas por gobernantes y legisladores de extrema derecha en el mundo como eliminar ministerios de la mujer y del medioambiente, reducir impuestos a los grupos financieros y grandes empresarios, reprimir movimientos sociales y expresiones de la sociedad civil, limitar la labor de periodistas y medios, priorizar por decretos presidenciales para sortear barreras en el Legislativo, apoyar una política exterior ultraconservadora que incluya apoyos a regímenes como el de Israel y colaborar en detenciones/expulsiones de migrantes o activistas. De todo lo anterior hay sobrados ejemplos de las administraciones de Orbán, Bukele, Meloni, Milei, Bolsonaro, Noboa y otros representantes de la extrema derecha. Si a Jeannette Jara le preguntan con tanta insistencia sus apreciaciones sobre los gobiernos en Cuba, Venezuela y Nicaragua, y si comparte las medidas que allí se toman, sobre todo en derechos civiles y humanos, se podría considerar la misma vara y preguntarle a Kast sus opiniones y cercanía respecto a lo que sucede y se hace en Hungría, El Salvador, Argentina, Ecuador o Estados Unidos.
4.-Tanto Kast como dirigentes de Republicanos e integrantes de su comando presidencial, están usando mucho la frase “la gente sabe como pensamos en esos temas”, para evitar referirse de manera precisa/transparente a materias relacionadas, por ejemplo, con derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, con cuestiones bien concretas en política de defensa de derechos humanos, y algunos de política internacional. Eso, por cierto, atenta contra el derecho a la información y la toma de conocimiento de la ciudadanía frente a un candidato a la Presidencia de la República y genera incertidumbre inquietante en cuanto a alguien que podría sentarse en el sillón principal de La Moneda. Y es que hay situaciones claramente análogas en la región y en el mundo, que pueden llevar a reproducir en Chile escenarios de otros países gobernados por la extrema derecha. ¿Estará Kast decidido a implementar un sistema carcelario similar al de Bukele, instalar las restricciones judiciales y aceptar en Chile a migrantes expulsados desde Estados Unidos? ¿Construiría un muro como el de Szeged en la frontera Hungría-Serbia con el rol que cumplen los militares? ¿Tomaría decisiones como quitar subsidios, aumentar costos de servicios, reducir gasto fiscal y quitar dinero a presupuestos sociales como lo hacen los gobiernos de Ecuador y Argentina? ¿Hasta dónde llegaría la implementación de “políticas muy duras” en cuanto a los migrantes como hace Meloni? ¿Seguiría políticas fiscales, económicas, sociales, antimigrantes, comunicacionales, de persecución política, militares y represivas como las que implementa Trump? ¿Alentaría las relaciones amplias con Israel, o Marruecos? Hay bastantes temas de sus relacionamientos internacionales y seguimiento de gestión de correligionarios de extrema derecha a los cuales Kast no se ja referido o prefiere no referirse.