EL EDITORIAL. Otra situación escandalosa que cruza a las FFAA

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Se vuelven a instalar dudas sobre la probidad, excelencia y profesionalismo de las FFAA chilenas que se solía o se suele difundir en el país y el extranjero, cuando son instituciones que llevan decenas de décadas vinculadas a episodios delictivos y oscuros.

“El Siglo”. El Editorial. Santiago. 12/7/2025. Los episodios de tráfico y presencia de drogas en el Ejército y la Fuerza Área constituyen otra situación escandalosa en las Fuerzas Armadas (FFAA).

Actos propios del narcotráfico en las filas militares chilenas se suman a varios y bochornosos casos de corrupción de altos mandos castrenses, hechos graves que costaron la vida a soldados, otros que derivaron en denuncias de abusos y, por cierto, la continuidad de denuncias de falta de colaboración respecto a violaciones a los derechos humanos cometidas por miembros de las ramas militares.

La ministra de Defensa y el jefe del Ejército, definieron como muy grave lo ocurrido y lo tacharon como un acto de traición, dando cuenta del carácter de los delitos perpetrados por uniformados.

No ayudó, sobre todo ante la opinión pública, la actitud de autoridades y funcionarios de la FACH que se negaron a entregar los antecedentes respectivos a la Fiscalía y luego las declaraciones del jefe de la entidad, estimadas como inapropiadas sobre las atribuciones del Presidente de la República.

Otra vez surgió la pretensión de altos mandos castrenses en cuanto a querer estar por encima de la justicia civil e incluso cuestionar atribuciones de poderes del Estado.

En medio de todo, hubo vocerías ministeriales y legislativas que tendieron a generar confusiones y controversias que en nada contribuyen a mostrar eficacia en encarar hechos graves como son acciones de narcotráfico en las FFAA.

También se percibe una falta de celeridad en las investigaciones, cuando se requiere allanar las diligencias para tipificar y perseguir el delito y ampliar la acción policial a cómplices, jefes y bandas del crimen organizado que infiltraron las filas militares.

Como han dicho autoridades, los tres sucesos hasta ahora informados en el Ejército y la FACH, indican que no se trata de algo nuevo, que debe haber una orgánica delictiva detrás, y que podrían existir situaciones no detectadas.

Se habló de al menos una decena de medidas y procedimiento que se tomarán en las FFAA. De la necesidad de prevención y reforzamiento en el funcionamiento interno y calificación del personal. Sin embargo, este nuevo episodio apunta a problemas estructurales en las instituciones militares chilenas, cruzadas en últimas décadas por hechos de violaciones a los derechos humanos y no apoyo a la verdad y justicia, delitos financiaros con multimillonarias afectaciones al erario nacional, malas prácticas, procedimientos irresponsables que costaron la vida a soldados, denuncias de abuso y acoso, y ahora episodios de tráfico de drogas.

De tal manera que con todo esto se vuelven a instalar dudas sobre la probidad, excelencia y profesionalismo de las FFAA chilenas que se solía o se suele difundir en el país y el extranjero, cuando son instituciones que llevan decenas de décadas vinculadas a episodios delictivos y oscuros.

No se debería cesar en insistir en el reforzamiento de cualidades institucionales, éticas, formativas, profesionales y probas dentro de las entidades militares del país, en la transparencia y celeridad frente a casos de delitos de todo tipo, en su subordinación al poder civil y respeto a la institucionalidad.